El Humanismo Durante El Renacimiento

El Humanismo durante el renacimiento

El termino humanismo aparece en una época más actual. Niethammer fue el encargado de utilizar ese término por primera vez para poder indicar el área cultural a la que se dedican los estudios clásicos y el espíritu que les es propio, en contra del área cultural que cubren las disciplinas científicas. Este término de humanista nació a mediados del siglo XV, inspirado en los términos “legalista”, “jurista” o “artista” para indicar a quienes enseñaban la gramática, la poesía y la filosofía en el siglo XIV ya se había hablado de studia humanitatis y de studia humaniora, citando afirmaciones famosas de Cicerón de Gelio, para señalar tales disciplinas. Para los hispanoamericanos, humanistas significaba lo que los griegos habían expresado con el termino paideia, ósea educación y formación del hombre. Se consideraba que en esta tarea de formación espiritual desempeñaban un papel esencial las letras, es decir, la poesía, la retórica, la historia y la filosofía. Estas son disciplinas que estudian al hombre en lo que posee específicamente. Por eso resultan apropiadas para darnos a conocer la naturaleza peculiar de hombre mismo y para incrementarla y potenciarla y todo esto va de acuerdo con su naturaleza espiritual.

El Humanismo es un movimiento intelectual, filológico y artístico europeo ligeramente unido al Renacimiento cuyo origen se sitúa en el siglo XV en la península Itálica (especialmente en Roma, Venecia y Florencia). Retoma el antiguo humanismo griego del siglo de oro y mantiene su hegemonía en buena parte de Europa hasta fines del siglo XVI, cuando se fue transformando a voluntad de los cambios espirituales provocados por la evolución social e ideológica de Europa, fundamentalmente al coludir con los principios puestos por las Reformas (luterana, calvinista, etc.), la Contrarreforma católica, la Ilustración y la Revolución francesa del siglo XVIII. El movimiento, fundamentalmente ideológico, tuvo así mismo una estética, el clasicismo renacentista, plasmada, por ejemplo, en un nuevo tipo de letra, la redonda conocida como letra humanística, imitada de la letra uncial latina antigua, que vino a sustituir poco a poco a la letra gótica medieval. El Humanismo propugnaba, frente al teocentrismo de la teología escolástica medieval y el canon eclesiástico de prosa, que imitaba el pobre latín tardío de los Santos Padres y el simple vocabulario y sintaxis de los textos bíblicos traducidos, el antropocentrismo y los studia humanitatis, una formación íntegra del hombre en todos los aspectos fundada en las fuentes clásicas grecolatinas, muchas de ellas recién descubiertas entonces y previamente entrevisto gracias al trabajo de traductores como Averroes y a la infatigable búsqueda de manuscritos por eruditos humanistas en los monasterios de toda Europa, que accedieron así a un latín más puro,

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