El Monje Que Vendio Su Ferrari

Para mí el libro EL MOJE QUE VENDIO SU FERRARI me pareció que en este instante de mi vida era el libro perfecto para leer ya que me recordó y enseño que hay que vivir cada día como si fuera el último.

Aprendí que el existo en la vida no es matarse en la carrera que estuviésemos estudiando, que posiblemente tener todo la cuenta bancaria llena, tener el trabajo perfecto pero posiblemente todo esto nos lleve a una frase que me gustó mucho del libro la cual es “Los arboles no dejen ver el bosque”. Un éxito en la vida es aquella llena de armonía, paz, tranquilidad felicidad, sinceridad y equilibrio con nosotros mismos.

Me recordó que todos vivimos pensando ya sea en el futuro o el pasado agobiador “La verdadera generosidad con el futuro, es entregarlo todo en el presente”. Julián nos dice en el libro que los sabios de Sivana del Himalaya decían que cada segundo que invertimos pensando en los sueños de otros, nos vamos apartado de los nuestros, esto me enseño en lo personal que no debemos ir por la vida pensando en los sueños o metas de los demás para tratar de superarlos, si no simplemente correr nuestra propia carrera como lo decía el yogui Raman y dar todo nuestro potencial para lograr nuestros propios sueños. Vivimos preocupados a lo que se supone que debemos hacer, sin plantearnos lo que verdaderamente nos hace feliz. Huimos de nosotros mismos porque es lo más fácil o porque nadie nos ha enseñado a sentarnos diez minutos al día para serenar mente y cuerpo.

Algunas de las enseñanzas que me dejaron las virtudes imperecederas de la vida son:

Dominar la mente: Me enseño que es necesario darle tiempo a nosotros mismos para serenar nuestra mente y así alcanzar lo deseado y no tener esos sesenta mil pensamientos al día, también que en la vida no existen errores solo lecciones que te enseñan a salir adelante y por último que tenemos que enfocar lo que nos gusta en realidad y entregar todas nuestras energías a ello.

Seguir el propósito: En pocas palabras me enseño a no fijarme plazos al ponerme una meta, así como que el secreto del éxito es la constancia del propósito; si queremos o apreciamos algo luchar por ello sin ponernos ningún límite.

Auto liderazgo: Ningún de nosotros es libre si no es dueño de sí mismo. Debemos enfrentarnos a nuestros mayores miedos y enfrentarlos con coraje y valentía. Si ponemos todo ese coraje nos permitirá correr nuestra propia carrera lo que nos permitirá hacer lo que deseamos.

Vivir con disciplina: En este capítulo aprendí que es necesario ponerse disciplina para alcanzar nuestras metas, pero cada actividad que nos pongamos realizarlo diariamente para que este se vuelva un habito. También no hay que ir por la vida compitiendo con los demás sino competir con nosotros mismos para tener una verdadera tranquilidad y satisfacción.

Respetar el propio tiempo: Nos dice que un

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