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El Nacimiento De La Postmodernidad


Enviado por   •  25 de Mayo de 2013  •  2.558 Palabras (11 Páginas)  •  428 Visitas

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La postmodernidad es ante todo, un nuevo estilo de vida. Podemos hablar de que hay una "postmodernidad de la calle" y de que hay también una "postmodernidad de los intelectuales" (Lyotard, Vattimo, Baudrillard, Lipovestky, Derrida, etc.). Pero éstos filósofos no son otra cosa que notarios que levantan acta de lo que pasa en la calle.

La postmodernidad surge a partir del momento en que la humanidad empezó a tener conciencia de que ya no era válido el proyecto moderno. No podemos entender bien la postmodernidad si no percibimos que está toda ella hecha de desencanto.

Adiós a la idea de progreso

La modernidad fue el tiempo de las grandes utopías sociales: los ilustrados creyeron en una próxima victoria sobre la ignorancia y la servidumbre por medio de la ciencia; los capitalistas confiaban en alcanzar la felicidad gracias a la racionalización de las estructuras de la sociedad y el incremento de la producción; los marxistas esperaban la emancipación del proletariado a través de la lucha de clases... Las discusiones sobre el "como" podrían ser interminables, pero la convicción compartida por todos era que "se puede".

Pero a lo largo de los últimos cincuenta años, todas estas esperanzas se han manifestado inconsistentes. Es verdad que la ciencia ha beneficiado notablemente la vida de las personas, pero también ha hecho posible desde el holocausto judío hasta las tragedias de Hiroshima y Nagasaki; el marxismo en vez de traer el paraíso comunista, dio origen a la masacre de Tian an men; las sociedades capitalistas avanzadas han alcanzado un alto nivel de vida, pero están a su vez corroídas por dentro por el gusano del tedio y del sin sentido... En resumen, para toda una generación, el mundo, de pronto, se ha venido abajo.

Los postmodernos tienen la experiencia de un mundo duro que no aceptan, pero no tienen esperanza de poder cambiarlo. Y, ante la falta de posibles alternativas, una melancolía suave y desencantada recorre los espíritus.

Los postmodernos consideran a la idea de progreso un espejismo, y no se consideran a sí mismos llamados a superar. Hablan de postmodernidad simplemente porque su tiempo ha aparecido después de la modernidad.

El fin de la historia.

Los filósofos postmodernos afirman que la historia ha sido un invento de los historiadores y ésta sólo existe en los libros de texto. En realidad hay tan sólo acontecimientos sin ninguna conexión entre sí. El mundo está constituido por una multitud de átomos-individuos que estamos juntos por casualidad. No tenemos ningún proyecto. Simplemente nos cruzamos unos con otros, o incluso nos atropellamos unos a otros.

Los postmodernos afirman que los historiadores han tenido poca memoria y han recordado pocos acontecimientos. Si hubieran recordado todos, se habría visto que no existe otra cosa que un caos de biografías individuales. La gran historia se disuelve en muchas historias microscópicas. Tantas como individuos.

Los modernos, creyendo posible construir un futuro mejor, sacrificaron el presente al futuro y, como no hay futuro, se quedaron sin presente y sin futuro. Los postmodernos, convencidos de que no hay posibilidad de cambiar la sociedad, han decidido disfrutar del presente con una actitud hedonista que recuerda el carpe diem.

Hedonismo y "resurrección de la carne".

La postmodernidad es el tiempo del "yo" del intimismo. En las librerías de "best sellers" abundan los libros de técnicas sexuales, los libros sobre la "meditación trascendental", las guías de cuidados para el cuerpo, los remedios para la crisis de la vida adulta, la psicoterapia al alcance de todos, el control mental, el ReiKi, etc. Y todo esto se explica porque a raíz de la pérdida de confianza en los proyectos de transformación de la sociedad, sólo cabe concentrar todas las fuerzas en la realización personal, y aparece una neurasténica preocupación por la salud que se manifiesta en la obsesión por la terapia personal o de grupo, los ejercicios corporales y masajes, el sauna, la dietética macrobiótica y las vitaminofilias, la bioenergética, etc.

Los postmodernos, olvidándose de la sociedad, concentran todos sus esfuerzos en la realización personal. Hoy es posible vivir sin ideales, Lo que importa es conseguir los ingresos adecuados, conservarse joven, cuidar la salud..

La vida sin imperativo categórico.

La postmodernidad significa también la muerte de la ética. Eliminada la historia, ya no hay deudas con un pasado arquetípico ni tampoco obligaciones con un futuro utópico. Cuando queda tan sólo el presente, sin raíces ni proyectos, cada uno puede hacer lo que quiera. Ahora la estética sustituye a la ética.

Freud afirmó "En el proceso de maduración, el yo averigua que es indispensable renunciar a la satisfacción inmediata, diferir la adquisición de placer, soportar determinados dolores y renunciar, en general, a ciertas fuentes de placer (...) El paso del principio del placer al principio de la realidad constituye uno de los programas más importantes del desarrollo del yo." En la Postmodernidad es el ello el llamado a mandar. Desaparece toda barrera; todo es indiferente y, por lo tanto, nada está prohibido. Para los postmodernos ¡vive feliz! es el único imperativo categórico.

Siento luego existo.

En la postmodernidad el homo sapiens ha sido sustituido por el homo sentimentalis. El homo sentimentalis no es simplemente el hombre que siente, sino el hombre que valora el sentimiento por encima de la razón. Milan Kundera, exponente de la postmodernidad en literatura, escribe: "Pienso, luego existo es el comentario de un intelectual que subestima el dolor de muelas. Siento, luego existo es una verdad que posee una validez mucho más general." A la tiranía de la razón ha sucedido ahora una explosión de la sensibilidad y de la subjetividad. En algunos círculos, el ataque contra la razón y la objetividad ha alcanzado dimensiones de cruzada, y algunos jóvenes hacen suya la afirmación de Nietzsche: "Todos los pensamientos son malos pensamientos... El hombre no debe pensar."

Imperio de lo "débil", de lo "light".

Los postmodernos niegan los grandes discursos de la modernidad sin refutarlos, porque emprender el trabajo de refutarlos supondría que siguen tomando en serio la razón. En la postmodernidad no queda más remedio que acostumbrarse a vivir en la desfundamentación del pensamiento; únicamente hay lugar para un pensamiento débil y fragmentario: "Yo, aquí, ahora, digo esto." La

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