El Poder De La Cultura
abrilarce1830 de Agosto de 2013
736 Palabras (3 Páginas)216 Visitas
“El poder de la cultura para crear un futuro mejor”
La cultura es parte fundamental de los procesos de identificación colectiva, de solidaridad y de colaboración entre ciudadanos. Tomando las artes como elemento configurador fundamental de la idea de cultura, ¿qué papel juegan éstas en los procesos de fortalecimiento de la ciudadanía? Primero, hay que señalar que el arte es un lenguaje. Y como todo lenguaje es convencional y posee un código propio. El acceso a la comprensión de este código hace posible la comunicación del grupo y por tanto, facilita el conocimiento, la cohesión social y la integración. La gente instruida y culta es un auténtico problema. Para un gobierno, no hay nada más incómodo e inmanejable, menos sumiso, que un pueblo ilustrado. La cultura es la más solida, duradera y eficaz de las revoluciones. Por eso nos quieren lerdos, es decir, dóciles. Lo están consiguiendo: el tiro de gracia a las bibliotecas públicas forma parte de un recorte global del 30% a la industria cultural en los presupuesto de 2013. Un tijeretazo que coincide, qué casualidad, con el mes de mayor consumo televisivo de la historia en España, septiembre, con 234 minutos de media (3 horas y 54 minutos) por individuo al día, según un estudio de Barlovento Comunicación. Menos cultura, menos educación, las bibliotecas bloqueadas y la televisión batiendo records de audiencia y de podredumbre. ¿Un cóctel letal de cara al futuro de España? Quizá necesitemos un cambio radical de funciones, de conceptos, de enfoques: con un consumo medio cercano a las cuatro horas diarias por individuo, ya superado en algunas regiones (Andalucía, Valencia, Cataluña y Aragón), la televisión debería convertirse en el nuevo Ministerio de Cultura. Podría parecer que el Estado pierde el control de la situación, pero es lo contrario. Fuera máscaras. Los intereses de las empresas que gestionan la tele y los del Gobierno son los mismos: obtener beneficios económicos y cambiar de una vez por todas el artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ese que dice que “toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico”. La cultura y la diversidad cultural no forman parte de los objetivos de desarrollo reconocidos internacionalmente, pero son elementos fundamentales para acelerar su cumplimiento. En esta nueva época de límites, el ingenio humano y la innovación constituyen una de nuestras fuentes de energía renovable más poderosas. Ese es el motivo de que la diversidad cultural sea tan importante: como manantial de creatividad, dinamismo y sostenibilidad. Debemos reconocer, apoyar y compartir esta energía, basándonos en los derechos humanos y los valores universales. Este es el objetivo de la Declaración Universal de la Unesco sobre la Diversidad Cultural, aprobada en 2001, que nunca ha tenido tanta importancia como ahora, en un momento en que los gobiernos se replantean las estrategias para el crecimiento sostenible y buscan nuevas fuentes de dinamismo.
A medida que nos acercamos a 2015 y perfilamos una nueva agenda mundial para el desarrollo con posterioridad a esa fecha, hemos de aprovechar al máximo el poder de la cultura y de la diversidad cultural. La posición de la Unesco es clara. La cultura es un factor impulsor del desarrollo, orientado por el crecimiento del sector cultural y las industrias creativas y las ventajas derivadas de la salvaguardia del patrimonio cultural material e inmaterial. Es además un factor que propicia el desarrollo sostenible, el contexto en el que las políticas de desarrollo pueden avanzar, por medio de la implicación local, con eficacia y resultados. En este contexto, el diálogo intercultural es esencial para sacar el máximo partido de la diversidad, profundizar las raíces del desarrollo y compartir sus beneficios. 2013
...