El Prejuicio Es El Hijo De La Ignorancia

"La discriminación de los negros está presente en cada momento de sus vidas para recordarles que la inferioridad es una mentira que sólo acepta como verdadera la sociedad que los domina." (Martin Luther King).

A lo largo del tiempo se ha hablado, escrito y escuchado acerca de la discriminación, del racismo que han sufrido muchas razas humanas y que, al pasar los años la sociedad sigue apoyando a los prejuicios y estereotipos, la discriminación es un tema grave que enfrenta la sociedad y que afecta gravemente la dignidad humana de quien es discriminado; es por eso que he decidido elaborar este ensayo acerca del importante tema de la discriminación, más específico aun, del racismo; para ello he decidido argumentar mis opiniones con el filósofo Immanuel Kant y sus imperativos categóricos.

A principio de los tiempos se hablaba de los hombres con características de piel y rasgos, negros y recios; como un esclavo, un ser inferior que tenía la obligación de realizar las tareas que nadie quería hacer, obligándolo y privándole de su libertad eran considerados objetos remplazables que en el momento que el "dueño" quisiera lo cambiaba, mataba, golpeaba, etc.

El racismo es un problema que está arraigado en la sociedad mundial desde tiempos remotos que no ha podido ser erradicado desde hace largo tiempo, por más que lo escuchemos y nos parezca absurdo el hecho de que en pleno siglo XXI una persona sea discriminada por el color de su piel, muchas personas siguen teniendo esa clase de prejuicios.

El racismo es un problema social que data desde tiempos muy remotos, como antecedente podemos encontrar a Estados Unidos que en 1776 pasó de ser una colonia Inglesa a una nación independiente, lo que se tradujo en una intensificación de los principios racistas de la época colonial; la constitución de los EE.UU fue escrita exclusivamente por gente blanca, en un contexto ideológico explícito de supremacía blanca; otro factor importante fue que el país se diseñó sobre una base racial, según la cual todo el mundo es asignado a una raza al nacer; y, una vez establecida la supremacía blanca y un sistema de clasificación social basado en el concepto de raza, la subyugación de la gente de color se dio, y se da en la actualidad, de forma automática. De igual modo cabe señalar, como suceso en el sentido contrario, el movimiento de los derechos civiles, que supuso un hito comparable con la caída del muro de Berlín en Europa, el fin de apartheid en Sudáfrica o la liberación de Nelson Mandela.

A pesar de que la lucha contra el racismo y la discriminación constituye uno de los temas más trabajados en el sistema internacional desde la creación de las Naciones Unidas, este fenómeno sigue insultando la dignidad humana en el nuevo milenio.

Es de ahí donde podemos partir con Kant quien nos habla de la dignidad humana como el valor intrínseco que tienen los seres humanos; Kant menciona que la dignidad es el valor que tienen los humanos y es lo que nos hace valiosos sobre cualquier precio.

La dignidad humana la posee cualquier persona y ninguno de nosotros debe dañarla; en nuestro mundo existen diferentes culturas, diferentes costumbres y todas y cada una de ellas merecen el mismo respeto que cualquier otra.

Otro punto que me gustaría destacar es que en América Latina ningún sector social y casi ningún grupo político se autodefine como racista, a deferencia de Estados Unidos o Europa donde han surgido múltiples organizaciones que se proponen metas como la “limpieza étnica” o el “exterminio de razas inferiores”; lo que no significa que no exista el racismo en esta zona, sino que evidentemente es menor.

No hay mejor ejemplo para ilustrar este argumento que el Holocausto Judío a manos del régimen nazi, el cual alcanzó el poder en Alemania en 1933 y adoptó de inmediato medidas sistemáticas contra los Judíos, considerados ajenos a una raza aria, se les clasificó por decreto según su relación con la religión, para delimitar quienes eran afectados por las leyes discriminatorias.

Para Hitler, los comunistas eran enemigos de la nación alemana. Pero había un enemigo mayor aún que se fusionaba con ese y con los otros posibles: los

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