El Siglo De Las Luces
luicasro11 de Agosto de 2014
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Filosofía de la Ilustración MAYO 2014:
DESAGREGACIÓN EPISTEMOLÓGICA SOBRE LA LECTURA DE “LA FILOSOFIA DE LA ILUSTRACION” DE ERNST CASSIRERi.
Ing. Luís Alberto Castañeda M.D.O.
luicasro@gmail.com.
El “Siglo de las luces" es más que el periodo cronológico estrictamente secular o centenario, es más y con creces, una época histórica del pensamiento universal.
Es la historia de esta eclosión, la que nos presenta Ernst Cassirer, con una fuerza, claridad y exquisita prosa. Se trata de un libro único, “pues no hay otro que se haya atrevido a dominar la abigarrada variedad del periodo con una decisión semejante”. El libro de Ernst Cassirer1 intenta destacar “la raíz intelectual y sus principios determinantes” más que el conjunto de sus resultados y amplitud histórica.
Intentaremos destacar en estas pocas páginas lo que el autor quiere significar sobre la esencia del pensamiento intelectual de los filósofos de la ilustración y su fuerza trasformadora.
El libro lo presenta Cassirer dividido en seis hitos: Forma del pensamiento, la Naturaleza y su Conocimiento, la Psicología y la Teoría del Conocimiento, la idea de la Religión, la conquista del Mundo Histórico, el Derecho, Estado y sociedad, finalmente, problemas de la Estética.
La obra comprimida de Cassirer sobre un tema tan vasto le exige una universalidad del conocimiento de la historia de la filosofía y le permite puntualizar fenomenológicamente la esencia de las contribuciones de los filósofos que transitan por una de las épocas más prolíficas del conocimiento humano.
Distingue a Cassirer la universalidad de sus intereses: las ciencias naturales, las ciencias sociales, la antropología, la filología y la lingüística, la historia. Sus numerosas contribuciones a la historia de la
1 Cassirer Ernst, Filosofía de la Ilustracion, Fondo de Cultura Economica, Mexico , 1993
filosofía, forman parte integrante de su pensamiento filosófico”.2
Es útil recorrer este resumen en seis etapas en las que Cassirer divide su libro: Forma del Pensamiento, la naturaleza y su conocimiento, la psicología y la teoría del conocimiento, la idea de la religión, la conquista del mundo histórico, el derecho, estado y sociedad y los problemas con la estética
1. FORMA DE PENSAMIENTO
Cassirer irrumpe con la distinción entre la filosofía cartesiana y la de la Ilustración. La primera, cuyo fundamento es la “deducción”, caracteriza el origen de la razón desde determinados principios y conceptos generales hasta obtener lo factico. La influencia de Newton partiendo de los fenómenos y ascendiendo hacia los principios, en donde la observación es el datum y la ley lo buscado, crea una nueva lógica más allá de la física. “La lógica de los hechos” más allá de la matemática y la lógica escolástica.
Muy claramente explica el autor que, en este proceso de búsqueda del conocimiento, Kepler parte de la observación de los fenómenos celestes y los lleva a un grado de exactitud matemática nunca antes alcanzada, Galileo va un poco más allá y considera que es necesario conocer las condiciones bajo las cuales se originan los fenómenos, es decir descomponerlo y reducirlo a sus diferentes factores constitutivos. Este proceso analítico “constituye para Galileo el supuesto previo de todo conocimiento previo de la naturaleza”: el método resolutivo y compositivo. “Solo cuando descomponemos u hecho, aparentemente simple, en
2 J. Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía, Ariel, Barcelona, 2001
Filosofía de la Ilustración MAYO 2014:
sus elementos y lo volvemos a reconstruir valiéndonos de esos elementos, podremos comprenderlo”
Por diferentes caminos Leibniz y Newton crean el cálculo infinitesimal, el uno desde las explicaciones de las leyes de la física y el otro en el cálculo de las ecuaciones cuadráticas típicas de las trayectorias curvilíneas.
Lo interesante de la filosofía del siglo XVIII es que este principio newtoniano se comienza a aplicar universalmente.
Se transita entonces desde los grandes sistemas metafísicos cartesianos, donde la razón es una posesión de las verdades eternas que nos conducen a dios desde la misma, hasta la nueva epistemología que con su método de inducción y reconstrucción, retan la inteligencia, más a “hacer” que a “poseer”.
Cuando Cassirer aborda la filosofía de la historia refiere la importancia del aporte de Montesquieu, el cual centra su pensamiento en su famosa doctrina de la división de poderes, para establecer una constitución política que garantice la mayor libertad posible en la que se reconozcan las diferentes fuerzas antagónicas del estado, se limiten y se contengan por otra contraria. El pensamiento subyacente de este principio es demostrar las condiciones que prevalecen entre los diferentes aspectos del fenómeno político, vistos como un todo y luego analizarlos en sus coexistencias individuales.
2. LA NATURALEZA Y SU CONOCIMIENTO
Cassirer considera que el pensamiento del racionalismo clásico, cuyos pensadores centrales fueron Descartes y Spinoza, suponen la naturaleza como una obra divina y como tal un reflejo de su inmutabilidad, de su eternidad y como dios no puede ser pensado más que como unidad, condiciona ese pensamiento, así como la construcción de un conocimiento de la naturaleza, solo desde una perspectiva deductiva racional. Para Spinoza la uniformidad de “la naturaleza mana de la forma esencial de dios”. Aun cuando Leibniz también parte del supuesto de que las «leyes de lo real no pueden discrepar de las leyes puramente ideales de la matemática y la lógica» (Cassirer, op.cit, p.76), su dirección epistemológica va en sentido contrario.
La ciencia de la naturaleza por su carácter fáctico debería argumentarse desde una perspectiva empírica y no metafísica. Ya el autor revela la carga teológica acumulada desde la escolástica como un velo espeso del espíritu del filósofo que debe enfrentarse a la inmutabilidad de dios.
A tal punto que, desde el punto de vista de la ciencia pura, para el filósofo debería ser una rutina el abordaje de los hechos de la naturaleza con los principios de la lógica formal, la disputa con el espíritu y la esencia de lo divino, lo condenaría a transitar por el camino de la herejía y la apostasía.
Entonces aparece el escepticismo de Hume, cuyo pensamiento fue nutrido por los conceptos del empirismo inglés, Bacon, Hobbes, Locke y Berkeley; también de los investigadores holandeses quienes profundizaron y orientaron el estudio exacto de los hechos y en «el valor de la formación de hipótesis en la ciencia natural» (Cassirer, op.cit, p.78).
Huyghens en su “Tratado de la Luz” expone «los principios fundamentales sobre la relación entre experiencia y pensamiento, entre teoría y observación: principios que rebasan con mucho a Descartes por su claridad y precisión» (Ibid p.78).
Hume separa de la teodicea reinante todos los componentes metafísicos que manipulan el pensamiento claro de los hechos empíricos e introduce el método inductivo en el razonamiento epistemológico. A partir de Hume se libera el concepto de sustancia o esencia indisolublemente vinculada de las apariencias y fenómenos.
En este sentido, dice Hume3 :
Descartes mantenía que el pensamiento era la esencia de la mente; no este o aquel pensamiento, sino el pensamiento en general. Lo cual parece ser absolutamente ininteligible, puesto que todo aquello que existe es particular.
3 Extracto de Hume, 1977, p.25 del Compendio de un tratado de la naturaleza humana.
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Con lo cual Hume refuta su posición crítica al deductivismo metafísico de Descartes de una manera contundente.
Pasada la página de ver la naturaleza de manera contemplativa, el conocimiento de la misma y el medio para conocerla, debe ser el que proporciona el ejercicio de la razón; además esta búsqueda trasciende lo real, lo fáctico y los fenómenos naturales y se atreve a incursionar al mundo sensible y metafísico también.
Surge el pensamiento de Newton, el cual explica la relación entre el conocimiento humano y la naturaleza mediante las funciones intelectuales universales: observar, discriminar, comparar, contar, enlazar y separar que constituye la esencia de la epistemología. La comprensión del conocimiento matemático de Newton y su formulación en las leyes de la gravedad, constituyen un hito en la historia del desarrollo del conocimiento científico, cuyo ámbito universal solo fue parcialmente cuestionado dos siglos después, por la teoría de la relatividad.
En el mundo estrictamente filosófico de la metafísica la influencia de Newton condiciona el pensamiento de Kant porque una cosa es explicar los orígenes de la naturaleza por medios metafísicos y otra es entender que la metafísica como prueba ontológica necesite de los métodos del conocimiento aportados por el pensamiento científico para comprenderla y ponderarla «¡que quedará, entonces de esa supuesta necesidad de la naturaleza, de esas leyes universales y sin excepción, eternas e inviolables?» (Cassirer, op.cit, p.77). Esto implica, abandonar por un momento el orden fisicoquímico de los fenómenos y trasladarnos al metafísico de las sustancias. El sistema monadológico de Leibniz busca una condición teleológica de la sustancia mínima o monada la cual es una “entelequia” con autonomía y capacidad de despliegue cuya esencia deriva de la conciencia en donde se encuentra su vínculo metafísico con la ciencia. Más adelante destacaremos la pureza del pensamiento leibniziano, en el tratamiento sobre la estética.
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