El conocimiento compartido a menudo cambia con el paso del tiempo

El conocimiento compartido a menudo cambia con el paso del tiempo. ¿Disminuye este hecho nuestra confianza en el conocimiento compartido actual?

Posiblemente la mayoría o todas las personas que están leyendo este ensayo recuerdan cómo les han enseñado a leer o a qué edad aprendieron a leer. Con esto me refiero principalmente al clásico método de memorizarse todas las letras del abecedario para luego leer por sílabas hasta que finalmente toda una palabra. Lo mismo pasa con la edad, antiguamente los profesores y padres tenían la concepción que a los 6 años un niño está preparado para leer. No obstante, con el paso del tiempo, este hecho ha ido modificándose. Actualmente, en pleno siglo XXI, las nuevas generaciones están bajo la línea del desarrollo de nuevos métodos de aprendizaje y por consiguiente la evolución del conocimiento. Tal es el caso del Método Doman, a través del cual niños desde los dos años de edad, o incluso desde meses, pueden ser estimulados, acorde a las posibilidades del individuo, a leer palabras completas. A partir de ello, puedo afirmar que cada vez que existen modificaciones o cambios en un conocimiento compartido, este se mejora y por ende aumenta nuestra confianza sobre sus fundamentos. Pero, qué pasaría si les dijera que el mismo método de lectura no es eficiente en todos los niños, ¿disminuye este hecho nuestra confianza? ¿En qué me baso para confiar? ¿Cuándo confío? ¿Cuándo desconfío? En ese sentido, ¿En qué medida la evolución del conocimiento determina la confianza que se tiene sobre el conocimiento compartido actual?

Con respecto a la historia, muchas veces la definimos como el estudio del pasado para comprender y evitar errores en el presente, lo cual también puede definirse como historiografía. Sin embargo, con el paso del tiempo este concepto también ha ido cambiando. Actualmente, la historia también podría definirse como el conjunto de evidencias y perspectivas empleadas para reconstruir un hecho. Aun así, ambas definiciones fundamentan el estudio de fuentes confiables, tanto primarias como secundarias, para construir un conocimiento compartido; las mismas que aumentan la confianza de quienes lo aceptan. Entonces,  ¿En qué medida las evidencias justifican nuestra confianza sobre del conocimiento histórico?

En tal sentido, la historia emplea una metodología que manipula diversas fuentes y perspectivas. De esta manera, un historiador se basa principalmente en el uso de la razón para reconstruir un acontecimiento histórico. Todo ello, se puede evidenciar en los recientes estudios históricos acerca de la tumba egipcia con una antigüedad de más 4 400 años. En ella se observan representaciones coloridas de escenas tradicionales de pastoreo, pesca, captura de aves, ofrendas, sacrificios, soldados y recolección de frutas (Mays, 2018 p.1). Como resultado, la naturaleza misma de la historia permite que la constante evolución del conocimiento fortalezca los fundamentos históricos. Asimismo, el uso de la razón empleada en la investigación aumenta la confianza de un individuo. Por consiguiente, el constante cambio del conocimiento compartido aumenta la seguridad que se tiene sobre un hecho, dado que los distintos métodos constantemente incluyen la razón e indagación para modificar un hecho.

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