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El deporte


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2014  •  Tesis  •  1.765 Palabras (8 Páginas)  •  140 Visitas

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Se dice que practicar deporte promueve la estabilidad mental, la autoestima, que nos permite evadirnos de los problemas cotidianos, que reduce la agresividad, sin embargo cuando mezclamos política y deporte todos estos efectos positivos suelen desaparecer y transformarse en violencia. En este contexto, muchos aficionados utilizan los eventos deportivos o los triunfos de sus equipos como un escaparate en donde exponer su rabia y su descontento.

En el deporte, como en pocas de las actividades humanas que realizamos, se hace tan evidente la lucha que se produce cuando intentamos humanizar nuestra herencia biológica. Al analizar la violencia en general, nunca podemos perder de vista que formamos parte de los seres vivos que habitamos el planeta, de modo que tenemos una base homínida que nos impulsa a competir, a ser agresivos y a utilizar la violencia en la consecución de nuestros objetivos.

El deporte es un fenómeno de masas que tiene mucha importancia en las sociedad contemporánea, ya que sirve para acercar a los pueblos y establecer contactos de forma pacífica. Conociendo este hecho, deberíamos utilizar el deporte para luchar contra la violencia o la discriminación, por ejemplo. Los Juegos Olímpicos, los mundiales de futbol, la NBA, el béisbol o la Fórmula 1, son acontecimientos de masas que nos deberían ayudar a difundir mensajes de paz y respeto por los demás.

A pesar de los esfuerzos que se han hecho desde organizaciones como FIFA, numerosos grupos utilizan los eventos deportivos para provover actitudes racistas, xenófobas o violentas. En numerosos estadios españoles y europeos es común ver esvásticas o cruces gamadas, banderas preconstitucionales (las del águila franquista) o banderas Rebeldes, Dixie o Navy Jack, sin olvidarnos de los abucheos que reciben los "jugadores de color" en algunos de ellos.

En el fondo estos pitidos no solo van dirigidos a los jugadores negros, sino que acompañados por la parafernalia simbólica se convierten en un rechazo hacia todo el colectivo "inmigrante" en general. La sociedad no tendría que ser tan permisiva con este tipo de actitudes, que podrían alterar la convivencia y generar problemas de orden público. Algunos medios de comunicación magnifican este tipo de acciones y actiudes porque entienden que en nuestra sociedad, la violencia es la que vende. Siguiendo este argumento, muchos telediarios parecen más una lista de sucesos que un resumen de la actualidad.

El meollo de la cuestión es que nuestras ultramodernas sociedades dejan poco margen para que los descontentos se manifiesten, por lo que muchos de ellos se ven obligados a aprovechar las oportunidades que brindan las celebraciones deportivas como excusa, pero también porque les permite camuflarse mejor entre la multitud cuando realizan sus actos vandálicos. Es evidente que en la mayoría de los casos, los detenidos poco tienen que ver con el deporte sino que son victimas de un sistema al que consideran injusto y opresivo. Esta es la razón por la que aparcen con tanta frecuencia grupos de extrema derecha y antisistemas cuyo objetivo no es otro que el de reventar cualquier celebración a la que tengan acceso a través de altercados con la policía o destrozando el mobiliario público o privado. Para estos alborotadores la aparición en los medios de comunicación es la que mide su éxito o fracaso.

Según los Mossos (policía autonómica catalana) 16 de los 115 detenidos en las Ramblas de Barcelona por daños y enfrentamientos tras las victorias del FC Barcelona en la Liga y en la Copa del Rey, tenían antecedentes penales y policiales diversos, entre ellos robos, tráfico de drogas, violencia de género, agresión sexual y conducción bajo los efectos del alcohol. Resulta curioso pensar que ninguno de estos angelitos había sido detenido con anterioridad, cuando la mayoría de los arrestados tenía entre 19 y 31 años. Ante este tipo de individuos, comerciantes, vecinos y autoridades se encuentran desprotegidos, ya que la colocación de cámaras de seguridad en la vía pública es objeto de debate porque atenta contra la intimidad de las personas. Pocos de estos individuos se detienen a pensar en que sus actos dañan la imagen de la ciudad a nivel internacional. La victoria en la Champions nos demostró que las autoridades no han aprendido la lección.

En demasiadas ocasiones, numerosos grupos ultras utilizan los partidos de fútbol para difundir su mensaje como queda expuesto en el interesante libro "Diario de un Skin" del periodista español Antonio Salas. En Inglaterra, ocurre algo parecido con los hooligans. En Francia, muchos de los aficionados más violentos proceden de la banlieue. Como he dicho antes, se trata de aprovechar el trampolín mediático que significa un estadio de fútbol como plataforma para difundir sus mensajes.

En España, en concreto, la extrema derecha y el fútbol están tan relacionadas porque no existen partidos fuertes que aglutinen a la extrema derecha y porque la compleja composición sociopolitica impiden que aparezcan con fuerza este tipo de partidos a nivel nacional. La España de las autonomías posibilita la aparición de partidos de extrema izquierda (independentitas), en cambio obstaculiza la articulación de la ultraderecha. En Cataluña y el País Vasco, un partido de extrema derecha inevitablemente, se opone a las diferencias socioculturales de esas regiones, por lo que se convierten en grupos radicales

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