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El problema del mal

andreacastillo4Ensayo25 de Enero de 2018

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“El malo puede ser metafísico, físico y moral, el mal metafísico consiste en la simple imperfección, el mal físico en el padecimiento, y el mal moral en el pecado.” Teodicea 21;167

Según Leibniz el filósofo alemán, los males físicos y morales se derivan del mal metafísico ya que este es el origen imperfecto que no impide que nos asemejemos a Dios y a la falta de ser, además esta imperfección es la que hace posible todo mal. En el pensamiento cristiano medieval, el mal metafísico es la carencia, como imperfección y limitación consustancial a las criaturas. También que es la privación del bien, identificada con el ser, es decir que no hay nada malo porque si no sería  impura. Para Santo Tomás de Aquino, el mal es una privación de un bien más que como una realidad en si.

Por otro lado existe el mal físico, que para Leibniz no es tan importante pero lo define como lo que le desagrada a las personas, lo opuesto al bien físico. Dice que “Dios lo quiere muchas veces como una pena debida por su culpa (…) la pena sirve además para producir la enmienda y como ejemplo, y el mal sirve a menudo para gustar mejor el bien y para una mayor perfección del que lo sufre.” (Teodicea 23)

Pero la causa de los males físicos es la naturaleza misma, ya que son males que causan lesiones corporales que impiden que se desarrolle y viva como se debe. Esto está relacionado con el orden de la naturaleza o las variadas condiciones sociales. Estos males pueden ser lesiones corporales, frustración de sus deseos naturales,  impedimento del pleno desarrollo de sus poderes. Directamente pueden ser: enfermedades, accidentes, muerte etc. Estos males existen porque ningún ser es perfecto respecto a Dios y al ser imperfecto está sujeto a cambios y mutaciones. Si alguno fuera perfecto sería Dios.

Un ejemplo: para abarcar el tema de mal físico podría ser el dolor. Si Dios dice ser omnipotente y bueno no permitiría dolor en sus criaturas que tanto ama. Pero este dolor es consecuencia de las criaturas sensibles como consecuencia de la naturaleza. Por lo que en este caso, el dolor es un mal que nos lleva a un bien mayor, la salud. Según San Agustín, el dolor es una muestra de cómo Dios saca un bien de un mal en algunas situaciones límite.

Así pues el mal físico lo permite y lo acepta Dios, primero porque Él fue el creador de la naturaleza y segundo porque puede sacar un bien mayor para el hombre del mal físico.

El mal moral básicamente es el que se opone a la voluntad de Dios y que duda de Él, ya que si Dios es omnipotente podría prever las acciones e impedirlas, sin embargo las permite. Pero básicamente el mal moral o malum culpae, es la desviación que tienen los hombres sobre las reglas morales y las acciones que esa acción causa.
Es restringido por actos de voluntad y los que la conciencia rechaza, por lo que si un acto se realiza con ignorancia no es clasificado como un mal moral, ya que estos están restringidos solo a los actos de la voluntad. Este mal no solo es causado por el orden natural sino también gira alrededor de la religión.

San Agustín afirma que el mal proviene de una perversa voluntad que se aparta de Dios, cuyo responsable es el hombre, ya que este posee la facultad de la libertad. Asimismo el mal moral equivale al pecado, que es el rechazo del amor y de los planes de Dios. El origen del mal proviene del mal uso que se le da a la libertad humana o al libre albedrío.
Concluyendo el pensamiento de San Agustín, dice que es el mismo hombre quien con su libertad es responsable de sus actos malvados y no es Dios el responsable del mal moral.

Por otro lado Leibniz habla del pecado original, que de igual forma ha corrompido al hombre otorgándole la tendencia a pecar. “El mal originado por el ejercicio de la libertad es un mal menor, en comparación con el de crear seres racionales y libres” (Teodicea 23-25). Pero afirma que el mal es producto de la libertad que le concedió Dios a los hombres.

Por lo que San Agustín y Leibniz tienen la misma idea sobre el mal moral, el cual es proveniente del hombre y por el libre albedrío que les concedió Dios. Este lleva al hombre a un comportamiento afectivo y desorganizado y esto conduce a cometer pecados. La diferencia entre ambos filósofos, es que Leibniz termina hablando bien del mal justificando que: “es necesario que el mal sea posible, pero es contingente que sea actual” (Causa Dei 68-69)

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