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En torno a la noción de sujeto-objeto; praxis libertaria.


Enviado por   •  21 de Julio de 2016  •  Ensayos  •  2.026 Palabras (9 Páginas)  •  392 Visitas

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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

Facultad de Ciencias y Educación

Jhon Richard Triviño Flórez – 20092155071

Guillermo Moreno – Sujeto/objeto en el sentido de la praxis

Junio de 2014

                        En torno a la noción de sujeto-objeto; praxis libertaria.

La relación sujeto-objeto es una de las paradojas filosóficas más extensas durante el desarrollo del pensamiento en la época moderna. Uno de los intelectuales que trabajó este tema fue Hegel y Marx, aunque este ensayo dará de uno de los neomarxistas más importantes del siglo XX: Theodor Adorno. El pensar al ser humano como el centro del mundo, y como propio precursor de su realidad específica, recae en el peso de conceptualizar las características propias de su inacabamiento. Uno de los dilemas y ejemplo de este inacabamiento del ser humano es la noción de libertad, que sólo se hace expresita en esta era moderna, en la capacidad del hombre de poder reflexionar sobre la misma. Esta posibilidad de reflexión se encuentra inmersa en un proceso reificado de la conciencia, consecuencia de las mismas relaciones entre los seres humanos inscritos al sistema capitalista en referencia al entender al objeto simplemente como mercancía que se compra o se vende. Este escenario malogra la práctica del sujeto en referencia a una adquisición de conceptos falsos en referencia a su propia actuar; la praxis es la primera afectada. La teoría, que es pensada y repensada por el sujeto, reflejada en la manera de actuar del sujeto, se ve necesariamente afectada por el sentido mercantilizado de su entorno; es decir, en torno a la reificación como tiempo histórico determinado de la humanidad, el pensamiento y reflexión filosófica del sujeto particular se ve mediada por las relaciones mismas impuestas por el sistema capital, deteniendo así el progreso en referencia al conocimiento propio del sujeto, apoyando de paso una regresión hacía aquello que debe forjar la humanidad desde su propia subjetividad, la libertad.

Filosóficamente se puede entender al sujeto, como un humano cognoscente independiente de su naturaleza con el objeto, lo conocido y determinado por el sujeto. La ambigüedad de los términos sujeto-objeto es compleja en la medida que su reciprocidad (ya que no se puede entender el uno sin el otro: el objeto mediante el sujeto y el sujeto mediante el objeto, relación de veracidad y falsación a la vez por el devenir histórico de la humanidad) “se expresa en la vaguedad de su propia objetivación”. En referencia a la característica propia del sujeto, este debe entenderse como un ser intemporal en torno a su propio inacabamiento y al del contexto determinado en el cual se encuentra; desde un punto de vista idealista este sujeto se entiende como el precursor de los objetos que le rodean, es decir desde un sujeto trascendental planteado por Kant en donde la conciencia es el ente por el cual el sujeto logra comprender y transformar a los objetos. La conciencia de sí mismo es un proceso mediado por la sociedad determinada del sujeto, donde él mismo al ser un homo oeconomicus atraviesa el acto simple que significa vivir de una manera oculta pero que a la vez está presente. Es desde este estado desde el cual el sujeto realiza un proceso de abstracción de la realidad circundante, racional, de forma que se sitúa como objeto en una realidad abstracta que se vuelve concreta; lo que son para sí mismos los sujetos.  Hay que recordar en este punto que la conciencia que se objetiviza por medio de la interacción social a sí misma, se rige y se moldea por lo exterior; por las características propias de un contexto determinado por tiempo-espacio histórico. Por lo consiguiente entablar un enfrentamiento entre sujeto y objeto es una falsa abstracción ligada a un proceso de cosificación típico del capitalismo en torno al fetichismo de la mercancía. El objeto al ser una objetividad desde la conciencia en esta medida, se entiende como primacía desde el punto de vista dialéctico ante el sujeto, ya que este, al entenderse como objeto cosificado, y al entenderse dialécticamente como tal, se configura como ente, medio por el cual el sujeto adquiere la noción que existe. Esta primacía del objeto solo es posible por la determinante objetivizadora del sujeto; es decir al pensar al sujeto en el cómo y no en el qué de su relación con el objeto. No hay objeto sin mediación. Estas determinaciones y mediaciones en referencia a las categorías subjetivas, que darán paso a una maduración de la objetividad según Adorno, son las que sitúan al sujeto en constante reflexión en referencia a su relación consigo mismo y con la sociedad en sí. El sujeto, el individuo, es cautivo dentro de sí mismo, y por lo consiguiente es cautivo de la sociedad, de la universalidad que significa entenderse como sujeto. En esta cautividad dentro de sí mismos,  los humanos perciben este dependencia social; impedir el apreciar este fenómeno sería pregonar la conservación de lo dado, lo existente. Por existente acotamos al contexto productivo por el cual atraviesa el sujeto contemporáneo en referencia a su relación con la producción en el capitalismo, la reificación en la cultura de masas. En esta medida solo la autocrítica social del conocimiento procura al sujeto la objetividad, la cual malogra inconscientemente por el proceso de cosificación por el cual atraviesa la conciencia por en un contexto reificado que significa la mercantilización del objeto, y la relación que el sujeto establece con esta misma mercantilización.

En esta contradicción puede entenderse la conceptualización subjetivista de libertad  la cual el sujeto construye en su relación con la sociedad, y su propia construcción desde el deseo personal en la búsqueda de crecimiento como ser; sólo en término subjetivista, empirista en torno a su praxis; donde el sujeto en la modernidad se sustrae de sí mismo para conformar una práctica en torno a lo que no es él; es decir la posibilidad de actuar es nula en este caso por lo propio retraído que esta de sí el sujeto. En referencia a la conceptualización subjetiva del objeto, la relación que establece el sujeto con él, el pragmatismo establece una racionalización hacía una praxis falsa o ilusoria según Adorno. Lo que conllevaría a una prolongación de la construcción conceptual (que también es práctica por la naturaleza del hombre) de libertad en la relación sujeto-objeto. La razón como ente, medio, salida del sujeto cognoscente para aclarar la falsación en torno a la separación entre sujeto-objeto, siendo sólo desde la modernidad entendida esta contradicción ya que la propia idea de libertad sólo surge en este época, en donde Hegel expresa que la humanidad es la encargada de llevar este cometido, es una de las pocas vías de objetivación de la libertad según Adorno; el pesimismo al determinar el objeto por el sujeto como ente principal es inminente.

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