Ensayo Filosófico, Aura De Carlos Fuentes

El tiempo y la vanidad humana son aspectos que muchas veces relacionamos. En Aura son vitales. Las opciones que nos da la vida pueden o no ser influyentes en el desarrollo de la misma. Existe gente que le gusta retrasar el tiempo, que sufre el retraso y ninguna que perdone el paso del tiempo. Para todo esto se especula que existe algo llamado tiempo. ¿Qué es el tiempo? ¿Será una invención práctica para organizar la vida? Creemos que a lo largo de nuestra existencia lograremos descifrar o al menos establecer qué es el tiempo; sin embargo, no hay un concepto certero que mantenga en calma el alma y la curiosidad de muchos.

Según el Diccionario de la Real Academia Española existen diecisiete significados de la palabra tiempo, todos ellos distintos y, claro, no todos son aplicados a lo que se quiere hacer referencia. Conforme vamos madurando y notando distintos aspectos susceptibles al ojo humano podemos ver cómo pasan los años. Los años disfrutados, mal gastados, amados, odiados, pero sobre todo, valga la redundancia vividos.

No hay manera de evitar el paso de esto que llamamos tiempo. Todavía no se ha creado forma alguna para detenerlo, y de esa forma evitar que sucedan las cosas. El ser humano por su parte ha hecho y hará todo lo que sea posible para evitar el paso de los años en relación a su vanidad. Para muchos, el tiempo no trae más que notorios rasgos de su paso, otros agradecen verse no tan jóvenes para así demostrarle al mundo por lo que han pasado, que esa experiencia que se ve en su rostro es grata y bien vivida.

La sociedad en la que vivimos es, a veces, un tanto rigurosa en aspectos físicos, relacionados con la vanidad humana mientras que algunas personas simplemente, se adaptan y recrean modos diversos y únicos para sobrevivir en este mundo superficial y dar así su concepto de vanidad. El tiempo es algo intangible que muchas veces no percibimos, que en ocasiones simplemente nos pasa y nosotros ni si quiera cuenta nos damos.

La trascendencia del tiempo es algo increíble, es notablemente audaz e inevitable; lo peor es que no sabemos si existe o no. Hay algo que llamamos tiempo y le atribuimos diversas características las cuales son modificables según nuestra conveniencia, exceptuando algunas que son inmodificables; la duración de un minuto por ejemplo.

El observar cómo pasa la vida y cómo se refleja el paso del tiempo en nuestro rostro, manos e incluso en los ojos, como bien decía Cicerón «El rostro es el espejo del alma, y los ojos, sus delatores». Existen ocasiones en las que por más que intentemos aceptar el paso del tiempo no podemos, ¿qué será?

«[…] esa cofia de seda que debe recoger un pelo muy blanco y enmarcar un rostro casi infantil de tan viejo.» (p. 15)

En Aura podemos observar claramente como el paso del tiempo es algo que no importa y que por más que hayan sido más de cien años no importó.

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