Ensayo Reflexivo–Taller integrador: cuerpo, emociones y ciudadanía

Cali, Miércoles 3 de Octubre del 2018

SALOMÉ ALJURE SAAVEDRA

Universidad Icesi

Ensayo Reflexivo–Taller integrador: cuerpo, emociones y ciudadanía

Curiosamente, desde que vi el nombre de la materia, tuve una sensación que navegaba entre la emoción y el nerviosismo. Supe que íbamos a tratar temas que siempre me han interesado pero que al mismo tiempo podrían ponerme en situaciones incómodas, chocantes o de espejo (como las que hemos tenido ya de pararnos enfrente de nuestros compañeros, mirarlos a los ojos, analizarlos, sentirlos, comprenderlos, etc.) Sé ahora que esto no es en vano, pues comprendo que la mirada aparece como otra de las manifestaciones corporales a través de la cual los seres humanos no sólo entramos en relación con otros, sino que comunicamos información y podemos hacer lecturas de aquello que nos rodea. Calmels (2011) citando a Roque, define que ver es un acto vinculado a los sentidos, a la facultad que tenemos, pero mirar está ligado al mundo de las ideas, a la imaginación y a los sentimientos.

La corporalidad, esa palabra que utilizamos todo el tiempo en clase, esa que suscita el yo, mis pensamientos, mis emociones, mis creencias, mi cultura, mi crianza, mis gustos, etc., todo esto en relación con los demás, con lo que me rodea, con lo que convivo día a día, con la sociedad. Esta palabra ha causado en mi un gran impresión, una que antes no tenía. Ahora todo lo veo en torno a ella, y me siento más presente, más aquí, más liviana, más consciente. Y puedo encontrarle respuestas, por fin, a varias preguntas que me he hecho por años. Entiendo ahora que, como dice Toren (1993), desde una perspectiva biológica, pero en concordancia con las manifestaciones del cuerpo que cobra sentido y existencia través de los otros, todos los seres humanos tenemos características biológicas en común y contamos con las mismas condiciones físicas del mundo, sin embargo, somos seres sociales y por lo tanto el significado que le conferimos a lo que nos rodea está mediado por la interacción con otros seres humanos. Entonces, puedo concluir que la corporalidad y el conocimiento, son procesos que se construyen con los otros.

Este concepto lo entendí más cuando en clase socializamos los cuentos que nos mandó la profesora, específicamente el que me tocó, sobre la cultura Tikuna y su rito de purificación según sus leyes. Un relato que todavía me genera contrariedad y un poco de malestar. Pero, ¿qué mejor ejemplo que el del significado del dolor que le damos a algo para entender que somos cuerpos construidos por los otros? La niña tikuna, que se dirigía a realizar su rito de purificación, sabía la importancia de éste, sabía que todas las mujeres de su tribu, incluída su madre lo habían superado, que no era un sacrificio sino un honor volver a abrir los ojos cuando se terminara el ritual, que todos los integrantes de la tribu iban a estar con ella acompañándola, sin hablar de la capa con plumas que le cosieron todas las mujeres de la tribu y una corona que debía usar para que todos supieran que iba a estar protegida durante su viaje y que ningún espíritu maligno se iba a atrever a hacerle daño.

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