Ensayo Sobre La Voluntad

INTRODUCCIÓN

En los objetivos principales de los padres frente a la educación de sus hijos siempre ha sido el “Saber” que sea buen alumno académicamente, que tenga una profesión, etc. Actualmente dentro de lo que la sociedad solicita de la educación de los niños se plantea educar el “querer”; es decir, que quieran estudiar, quieran ser respetuosos, quieran ser responsables, etc.

De esta necesidad surge la importancia de educar la voluntad de los hijos como tarea fundamental de los padres, lo que significa que hay que ayudarlos a querer, a comprometerse, a actuar reflexivamente. El querer tiene su asiento en la voluntad, pues con una voluntad sana y fuerte es más sencillo alcanzar lo que uno se propone. La voluntad crece con un ejercicio continuado de actos repetidos una y otra vez, ejercicio al que se da el nombre de formación de hábitos. Este ejercicio consiste en entrenamiento en direcciones determinadas; ejercitarse cada día es vencer, aunque sea en cosas muy pequeñas, con constancia y tenacidad, con la mirada puesta en el objetivo.

La persona con fuerza de voluntad es aquella que se gobierna a sí misma, es decir, aquella que domina sus impulsos (tendencias), instintos y afectos desordenados. Es aquella que no hace lo que más le gusta o lo que es más fácil, sino lo que es mejor para crecer como persona, esto es, la ejercitación de la fuerza de voluntad con esto construimos permanente la autonomía.

En este proceso, los padres deben estimular más el esfuerzo de los hijos no sólo con sus dotes intelectuales si no también con la fuerza de voluntad que muestran al realizar tal o cual actividad. Tampoco se trata de estar formando personas que se limiten a ejecutar lo que se les dice.

Una persona con fuerza de voluntad alcanzará siempre las metas que se propone si estas son claras y posibles; por eso hay que tener en la vida metas precisas y bien delimitadas, pues solamente así se caminará hacia la meta y se renunciará a todo lo que nos aleje de ese objetivo de lo que se quiere conseguir.

LA VOLUNTAD

La palabra voluntad no tiene un concepto único, su significado ha variado y evolucionado desde las diferentes interpretaciones que le dan diversos autores y escuelas filosóficas que han abordado el tema, es por ello, que antes de dar una definición que oriente este trabajo vamos a abordar a la voluntad desde distintas perspectivas.

Etimológica la voluntad tiene su origen en “voluntas: de volo, velle, querer”. Así cuando hablamos de la voluntad, estamos admitiendo el “querer”, la “apetencia”, las “posibilidades”.

Desde este punto de vista, la voluntad, es una construcción personal, una opción ecléctica (elegida), un camino posible.

Por su parte la sociología nos plantea que la voluntad es percibida como la “Capacidad de dirigir la conducta personal mediante dos o más posibilidades” (Pratt).

Desde una perspectiva filosófica, la voluntad es entendida como las facultades o poderes originarios del alma, que se combinarían en su conjunto para producir las manifestaciones del hombre.

En la filosofía contemporánea se presenta como valor fundamental como un apetito intelectual, o la capacidad de decisión propia a un ser dotado de inteligencia y capaz de auto-determinarse a sí mismo desde las ideas.

A decir de Aristóteles, “La voluntad es la apetencia que obra de conformidad a lo racional”; además, este mismo autor, distingue entre actos involuntarios (realizados por ignorancia o bajo una fuerza externa que nos mueve sin que lo queramos) y voluntarios (escogidos con conocimiento de causa y sin constricción exterior).

Platón considera que las elecciones concretas de los hombres son responsabilidad de cada uno, es decir, dependen de la propia voluntad.

Thomas Mann, (escritor Alemán nacionalizado Estadounidense), afirma que La voluntad es la fuente de todos los fenómenos, el engendrador y productor de todo el mundo visible y de toda la vida, presente y actuante en cada uno de los fenómenos.

Arthur Schopenhauer, en su obra, El mundo como voluntad y representación, entiende que la voluntad es la realidad última («cosa en sí») con esto se refirió a la voluntad como la esencia íntima de todas las cosas.

En el antiguo Oriente, se creía que la Voluntad era la parte superior del Hombre. Esta parte practicada por el Hombre es lo que nos acerca más a Dios, por lo que alcanzar este grado de espiritualidad no es sencillo. Implica que tenemos que iniciarnos en el camino de la sabiduría o del autoconocimiento.

Actualmente con el avance de la ciencia y la técnica conocemos que dentro del sistema nerviosos central existen regiones específicas que están vinculadas con la voluntad y el autocontrol. Los científicos han identificado dos zonas en el área prefrontal de la corteza cerebral y son el cortex prefrontal ventromedial (vmPFC, siglas en ingles) y el cortex prefrontal dorsolateral (DLPFC); estando el primer área siempre activa, y el segundo área, solo se activaría en personas con mayor capacidad de autocontrol. En la actualidad se afirma que es posible incrementar la actividad en la segunda zona mencionada en todas las personas mediante técnicas de entrenamiento. La voluntad se puede educar

En un afán de orientar este trabajo y concretizar las diversas concepciones de La voluntad, podemos definirla como una facultad de naturaleza espiritual, y la capacidad consciente que posee el ser humano para realizar algo de manera intencionada. Y realizarlo a pesar de las de las dificultades presentes y los oscilantes estados de ánimo; cuyo acto es la inclinación apetitiva hacia un bien comprendido por la inteligencia.

No es, pues, una actividad intelectual, ni afectiva. Pero tampoco una simple realización de los fines impulsivos. Se coloca delante de esos fines: Los acepta o los rechaza; permite que unos se realicen frente a otros. La voluntad no es sólo la fuerza moderadora, sino también, la fuerza directora y orientadora de nuestra actividad.

En resumen, la voluntad es el poder de auto-dominación de la personalidad humana, para la elección de una posibilidad frente a otra u otras para el bien, personal y social mediante la inteligencia.

Por otro lado, cuando la voluntad se asocia a conceptos como “fuerza” (fuerza de voluntad), se logra comprender a cabalidad la trascendencia de esta palabra. La fuerza de voluntad resulta entonces un proceso de resistencia a corto plazo, para así alcanzar metas

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