Etica Para Amador, Ensayo

Ética para Amador es un libro dirigido de un padre a un hijo, de tal manera que su objetivo no se trata de ser un manual de ética o filosofía, mucho menos un recetario de repuestas moralizantes, por el contrario es un libro para adolescentes, con la finalidad de estimularlos para aprender a pensar con libertar, así mismo lo dice el autor del libro, Fernando Savater, claro; con otras palabras. En el principio el autor hace mucho hincapié hacia su hijo, le explica las razones y motivos por los cuales haces esta obra, etcétera, etcétera, le cuenta una que otra anécdota. El autor de este libro dividió su obra en 9 capítulos que iremos desarrollando en este ensayo.

“De qué va la ética”

En este primer capítulo se habla acerca de las cosas buenas y malas, nos habla acerca de las decisiones que tomamos, nos da un ejemplo relacionado con los animales; él dice que ellos no tienen otra opción más que hacer lo que su naturaleza les manda, compara este ejemplo con la obra “La Ilíada”, como ya sabemos Héctor, tomo la decisión de ir y luchar contra Aquiles, lo hace porque él quiere, esa es la diferencia que nos marca, nosotros tenemos “libertad” (Por así decirlo) de tomar nuestras decisiones. También, en este mismo capítulo, nos habla hacer de nuestra libertad, todos creemos que la tenemos, pero realmente no es así, no podemos hacer cualquier cosa que queramos, pero también cierto que no estamos obligados a querer hacer una sola cosa. No somos libres para hacer muchas cosas, usamos nuestra libertad solo cuando nos conviene, por el simple hecho de no tener culpas. Hay tres diferentes motivos por lo cuales hacemos nuestras acciones: Órdenes, costumbres y caprichos, estos los desarrollaremos en el siguiente capítulo.

“Órdenes, costumbres y caprichos”

Nos dice que aunque tengamos la libertad de decidir en nuestras acciones muchas de las cosas que hacemos, las hacemos de forma automática o por instinto, pues lo hacemos por “comodidad”. A veces tomamos las órdenes sin darle la importancia de que lo son, y las costumbres las hacemos por simple mecanismo, hacemos estas dos acciones por nuestro bien, en cambio. Los caprichos no nos benefician, sabemos que no son buenos para nosotros, es un simple deseo.

“Haz lo que quieras

Seguimos con este mismo pensar de las órdenes, costumbres y caprichos, solo que ahora nos hace hincapié en saber decidir entre todas ellas, saber usar nuestra libertad, pensar las cosas antes de hacerlas, todas las decisiones que tomemos, deben ser buenas para nosotros, debemos de pensar si lo que hacemos está bien o solo lo hacemos por hacerlo. Habla también que tenemos la libertad de hacer lo que queramos, siempre y cuando respondamos a las consecuencias.

“Date la buena vida”

Para entender un poco más este tema, nos hace mención de una historia que está en la biblia, la historia de la primogenitura de Esaú. Hace hincapié en que no debemos confundir en hacer lo queremos con hacer lo que nos dé la gana, nos dice también, que, podemos “Darnos la buena vida” siempre y cuando esta sea de forma humana y bien pensada, llevar una buena vida, relacionándonos con la sociedad, pues nos necesitamos unos con otros.

“¡Despierta, baby!”

Nos habla de las conductas que tenemos con los demás, que tomemos las situaciones o decisiones difíciles con calma, solo así podremos darle soluciones. Muchas veces tomamos decisiones rápidas y equivocadas, pensamos en solamente llenar el vacío de nuestra alma con deseos instantáneos. Nos relata dos historias referentes a esto, las dos historias llegan al mismo punto; como lo decía antes, muchas veces tomamos decisiones incorrectas, pensando que son correctas, queremos estar llenos de riquezas poderes (“La buena vida”), nos damos cuenta (Tarde que temprano) que solo son pasiones, deseos, que, no llenan nuestra alma, lo único que realmente llena ese vacío es el amor, el cariño y el afecto sincero, la amitas y todo eso. Yo pienso que todos somos egoístas en esa cuestión, sin darnos cuenta, lo somos con nosotros mismos.

“Aparece Pepito grillo”

En este capítulo nos habla acerca de la única responsabilidad que tenemos, no ser imbéciles. Hay varias maneras de hacerlo según él:

a) El que cree que no quiere nada, el que dice que todo le da igual, el que vive en un perpetuo bostezo en siesta permanente, aunque tenga los ojos abiertos y no ronque.

b) El que cree que lo quiere todo, lo primero que se le presenta y lo contrario de lo que se le presenta: marcharse y quedarse, bailar y estar sentado, masticar ajos y dar besos sublimes, todo a la vez.

c) El que no sabe lo que quiere ni se molesta en averiguarlo. Imita los quereres de sus vecinos o les lleva la contraria porque sí, todo lo que hace está dictado por

La opinión mayoritaria de los que le rodean: es conformista sin reflexión o rebelde sin causa

d) El que sabe que quiere y sabe lo que quiere y, más o menos, sabe por qué lo quiere pero lo quiere flojito, con miedo o con poca fuerza. A fin de cuentas, termina siempre haciendo lo que no quiere y dejando lo que quiere para mañana,

A ver si entonces se encuentra más entonado.

e) El que quiere con fuerza y ferocidad, en plan bárbaro, pero se ha engañado a sí mismo sobre lo que es la realidad, se despista enormemente y termina confundiendo la buena vida con aquello que va a hacerle polvo.

Nos dice también que hay varias cosas que nos impiden ser felices, o bien, tener una buena vida, cuando no hacemos bien las cosas, por ende tenemos remordimientos. Dice que, ciertamente nadie ha vivido en tiempos fáciles. Que debemos “aplicar” uno de los principios fundamentales de la ética: "no hagas a los otros lo que no quieras que te hagan a ti".

“Ponte en su lugar”

Habla acerca de que la ética trata de guiar al ser humano para llevar una buena vida. Pues ya que todos los seres humanos somos diferentes, debemos humanizarnos, aunque no tengamos cosas en común. Debemos de tratar a los hombre como lo que son.

Este capítulo más que nada trata de concientizar al lector, respecto a las diferentes situaciones que cada ser humano puede tener. Sabemos que todos tenemos nuestros propios intereses, pero no es malo, de vez en cuando, tomar el lugar de otros.

“Tanto

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