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Etica Para Amador

14 de Septiembre de 2012

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ETICA PARA AMADOR

Primera Conclusión:

Es necesario un saber que guíe nuestros comportamientos por el buen camino, que nos ayude a diferenciar lo bueno de lo malo en cada situación. Ese saber es la ética.

Como el hombre es libre, puede tomar decisiones por si mismo y, por supuesto, pude equivocarse al tomarlas; por ello, para no caer en ese error, necesita un “saber vivir” que le ayude a acertar.

Capítulo II

Órdenes, costumbres y Caprichos

Temas:

En este segundo capítulo se vuelve a mentar la idea de libertad. Savater se centra en la idea de la imposibilidad de elegir lo que nos pasa (haber nacido tal día, de tales padres, en tal país...) frente a la de elegir lo que hacer en consecuencia de lo que nos sucede (ser prudente o temerario, obedecer o revelarse...) Es decir, no podemos elegir lo que nos pasa pero si que podemos actuar frente a ello. De la misma manera que yo no puedo elegir haber nacido en España o no, pero si que puedo elegir entre emigrar a otro país o quedarme en mi país natal. Un ejemplo muy bueno es el que ponía Aristóteles, el de un capitán de un barco que a causa de una tormenta se vio obligado a elegir entre arrojar la carga por la borda o arriesgar su vida y la de su tripulación para salvar el cargamento. El capitán no era libre de decidir que la tormenta le fastidiara, pero si que era libre para actuar consecuentemente y tratar de hacer aquello que a él le pareciera más adecuado.

En el resto del capítulo, Savater, se dedica a establecer los motivos por los que actuamos. Al principio establece tres tipos de motivos:

*Órdenes: Aquello que alguien nos manda que hagamos.

*Caprichos: Aquello que realizamos “sin motivo aparente”, simplemente porque nos apetece, porque nos da la gana.

*Costumbres: Lo que se suele hacer a menudo, aquellos gestos que se repiten casi sin pensar, o también aquello que suele hacer todo el mundo a nuestro alrededor.

Las órdenes y los caprichos son algo que “viene de fuera”, que se nos impone sin pedir permiso a diferencia de los caprichos que es algo que sale de nuestro interior.

Por último, el autor vuelve a retomar la idea del capitán del barco y muestra que ninguno de los motivos anteriormente citados (caprichos, costumbres u órdenes) puedan regir su comportamiento de una manera aceptable. Entonces, ¿habrá otros motivos?.

Segunda Conclusión:

Las personas no podemos elegir lo que nos pasa, pero si que podemos actuar frente a ello.

Necesitamos unos motivos, unos valores que nos ayuden a comportarnos de la manera adecuada en cada ocasión.

Capítulo III

Haz lo que quieras

Temas:

Vuelve a reflexionar sobre el tema de los motivos. Mediante ejemplos, muestra que los tres que había citado en el capítulo anterior (órdenes, costumbres y caprichos) en algunas situaciones son insuficientes. Por ejemplo: “¿debo votar al político que considero mejor para la mayoría del país, aunque perjudique con su subida de impuestos mis intereses personales o

apoyar al que me permita forrarme más a gusto y los demás que espabilen?” En esta situación no bastarían ni órdenes ni costumbres para decidir qué hacer y los caprichos no son en este caso un buen motivo.

Siguiendo el hilo de lo anterior, el autor, comienza a tratar el tema de la libertad. Muestra que cuando ni órdenes, ni caprichos, ni costumbres son motivos suficientes es cuando nos toca elegir y decidir a nosotros y esa posibilidad de decidir lo que hacer es la libertad. Pero esa libertad consiste además en darse cuenta de lo que se decide, en pensar dos veces lo que se hace y no dejarse guiar tan sólo por los caprichos, las órdenes y las costumbres.

Savater muestra la libertad como un atributo de las personas adultas, no de los niños porque mientras que estos últimos actúan dejándose llevar por los caprichos, las costumbres y las órdenes los adultos tratan de hacer su propia vida, de tomar decisiones y no vivir simplemente la vida que otros han inventado para uno.

Por último comienza a hablar de lo bueno y de lo malo. Plantea la dificultad de diferenciar una cosa de otra. Insiste que la base de esa dificultad se debe a que no existe ningún reglamento fijo puesto que los juicios respecto a lo bueno y lo malo varían según las circunstancias. Como no hay ningún reglamento fijo, nada que nos ayude a elegir de forma aceptable entre lo bueno y lo malo finalmente la propuesta de Savater es “haz lo que quieras”. Una propuesta que según él es la misma que ofrece la propia ética.

Tercera Conclusión:

Las órdenes, los caprichos y las costumbres no son suficientes para determinar nuestras acciones.

La capacidad y el hecho de ser un ser racional es lo que le permite al hombre ser libre.

No hay ningún reglamento fijo que nos permita diferenciar entre lo bueno y lo malo, es decir, hay varios puntos de vista respecto a ello; por eso debe ser cada individuo quién decida lo que el mismo debe hacer, “cada cual debe construir su propio camino”.

Capítulo IV

Date la buena vida

Temas:

Comienza retomando el tema de la libertad, centrándose en la última idea del capítulo anterior: “haz lo que quieras”. En esta primera parte del capítulo, el autor, se dedica a aclarar esta idea. Insiste en que no tenemos más remedio que ser libres, porque siempre tendremos que decidir lo que queramos, siempre tendremos que crear nuestro propio camino.

Por otra parte establece la diferencia entre los caprichos y hacer lo que se quiera. Un capricho es hacer lo primero que se te venga en gana, que no es ni mucho menos lo mismo que hacer lo que se quiera. Aclara esta idea con la historia de Easú y Jacob. Easú decide tomar lentejas como un capricho que se le pasa en ese momento por la cabeza, pero no se detiene a pensar que el trato que hace con su hermano Jacob (cederle el derecho de primogenitura) no es realmente lo que le conviene para su futuro.

“Haz lo que quieras” no quiere decir que haya que hacer eso, sino hacer lo que tu mismo decidas pero después de haberlo meditado, después de haberlo pensado y razonado. Entonces la diferencia entre un capricho y hacer lo que se quiera es que lo primero no exige uso de razón mientras que lo segundo sí.

Más adelante, Savater, establece la equivalencia entre “haz lo que quieras” y “date la buena vida”. Es decir darse la buena vida es hacer lo que uno quiere. Por otra parte afirma que la ética es el intento racional de averiguar cómo vivir mejor.

En la última parte del capítulo de dedica a reflexionar acerca de la dependencia del ser humano como individuo respecto de la sociedad. Nadie puede prescindir de la sociedad porque todos necesitamos la compañía, el apoyo, la cultura... y todo eso lo obtenemos de ella. Con el ejemplo de Kan muestra claramente esa dependencia. Kan (un personaje imaginario de una película)

Era un hombre rico, con todas las posesiones materiales que siempre deseó. Mientras vivió utilizó a las personas como cosas, como medios para conseguir más dinero y poder. Murió en la soledad dándose cuenta de que todo lo que tenía no le servía de nada si la sociedad no le trataba como persona.

Cuarta Conclusión:

Lo que verdaderamente vale es la sociedad: la familia, los amigos...; el dinero y demás posesiones materiales no sirven de nada sin la sociedad.

Para “darse la buena vida” hay que “dar la buena vida” puesto que según tratemos a los demás así se nos tratará. Si queremos recibir el bien, tendremos que sembrarlo y aunque no siempre lo recibamos no debemos por ello sembrar el mal.

Capítulo V

¡Despierta Baby!

Temas:

En la primera parte del capítulo se vuelven a mentar las anécdotas de Easú y de Kan. Savater señala que ambos querían darse la buena vida pero que se confundieron en su forma de conseguirlo. El error de Easú fue que sacrificó demasiados aspectos importantes de su vida, la simplificó más de lo debido. El pensar que la muerte le llegaría pronto fue la causa de esa simplificación, que no es nada compatible con la complejidad de la vida.

Por otra parte, el error de Kan fue su ambición y su obsesión por acumular dinero y otras posesiones materiales. Una ambición y una obsesión que le llevaron a tratar a las personas como si fueran cosas.

A partir del error de Kan, establece las diferencias entre las personas y las cosas. La diferencia principal es que de las cosas sólo se pueden obtener más cosas, mientras que las personas pueden ofrecernos algo que no podemos obtener más que de ellas: amistad, respeto, amor...

En lo que resta de capítulo, el autor, establece la primera condición ética. Esta indispensable condición consiste en estar decidido a no vivir de cualquier modo, es decir: estar convencido de que no todo da igual aunque antes o después vayamos a morirnos. Es aquí donde introduce la moral como ese código que ayuda a comprender por qué ciertos comportamientos nos convienen y otros no. Es decir, la moral nos ayuda a diferenciar lo bueno de lo malo.

Quinta Conclusión:

Las personas dependemos de la sociedad, necesitamos compañía, respeto, amistad, amor... algo que sólo ella nos puede ofrecer.

Debemos estar decididos a no vivir de cualquier modo y estar convencidos de que no todo da igual aunque antes o después vayamos a morirnos.

Capítulo VI

Aparece Pepito grillo

Temas:

Comienza el capítulo afirmando la obligación de tener conciencia, de no ser imbécil. Más tarde muestra las cinco maneras de ser imbécil:

• El que

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