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Etica Y Moral


Enviado por   •  22 de Octubre de 2014  •  1.747 Palabras (7 Páginas)  •  271 Visitas

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ETICA Y MORAL

Para hablar de la ética como aquellos que construye al ser humano como una persona íntegra es importante resaltar que la ética no constituye un andamiaje de limites predeterminados en la conducta, sino la construcción de criterios de manera autónoma para llegar a la felicidad en un marco de respeto y responsabilidad consigo mismo y la sociedad, lo que implica un principio de compromiso y de permanente reflexión dirigido a mejorar en la conducta que refleja el propio comportamiento, a fin de brindar un mayor trato hacia el prójimo y recibir del mismo un trato respetuoso y noble, siempre que se lo propongan, pues la ética también nos orienta a ser autónomos y tomar decisiones en nuestros comportamientos cuando en ocasiones no deseando reflejar malas expresiones y malas palabras tenemos que actuar en una actitud de distanciamiento a fin de evitar la agresividad o por el contrario de mesura a fin de aportar para la reconciliación y activar la construcción de sentido desde lo absoluto para moderarlos actos triviales que hacen daño a sí mismos y al prójimo.

En este sentido se concibe la “ética no tanto por la idea del deber, sino por la percepción de lo que de cualquier modo está bien, de modo que se tenga en cuenta no solo la perfección en general mirada desde las virtudes éticas, sino también aquellas que tienen que ver con la recta razón” , de modo que se sepa actuar estableciendo clara diferencia entre los actos éticos absolutos y las acciones triviales que tratan de desvincular la razón del hogar humano y darle más valor al placer y al poder que a la ética y la moral, cuando se trata de construir un ser humano integro capaz de moderar sus instintos, sus paciones y su caprichos, a partir de sus principios y sus valores para alcanzar la verdadera autonomía y la verdadera felicidad que nos hacen hombres libres capaces de definirnos y construirnos de forma autentica sin que influya en nuestro propio carácter valores y comportamiento que no corresponden una vida ni a un actuar liberador del espíritu humano y la tenacidad que nos reafirma en convicción de hombres y mujeres en el paso del tiempo donde se hace y se construye la vida de cada ser humano. Ello hace resaltar con gran importancia la virtud indefectible del respeto y el principio ineludible de la rectitud, pues como da a entender Aristóteles la ética se dirige a construir el “bien, la felicidad y la virtud”, es por ello que resulta tan importante para Aristóteles resaltar la importancia de “la mesura o término medio por cuanto la virtud debe apuntar al punto medio para el sujeto en relación con las cosas de cómo aplicar las reglas de las cosas, pues emplearla es saber elegir en medio del orden de la disposición”, a partir de donde el hombre aprende a construir bien y para el bien de su propia existencia y el de la sociedad.

Ello hace necesario relacionar con gran importancia los supuestos de Emanuel Kant quién “clasifica la razón humana en razón teórica que es aquella capaz de conocer y Razón práctica que es aquella capaz de determinar la voluntad y por ende la acción moral, sin intervención de motivos que dependan de la sensibilidad y demuestra la existencia de los principios universales morales válidos para todos los hombres sin excepción, ello es lo que hace demostrar que la mesura y también la rectitud y el respeto nos lleva a la base de la construcción de valores éticos, ya que en la medida que respetamos aprendemos a no ofender y por lo tanto no interferir en la sensibilidad de otras personas de forma inapropiada y rechazada por la sociedad, de igual manera el respeto nos permite interpretar el resto de la virtudes con unos criterios éticos bastante enriquecedores, sin que este nos prive de ser creativos y comunicarnos en la sociedad, pues no se trata de un actuar en vertical, sino de proponer proactivamente con asertividad y con relevancia, pues en muchos casos cuando evocamos la misma felicidad puede ser para otros un modo de faltar al respeto del dolor ajeno, ello nos hace ver que en verdad tenemos que aprender a mirar más allá de nuestra propia persona con humildad y actuar frente al mundo con mesura procurando un equilibrio y enfrentar las situaciones vergonzosas y no deseadas con carácter y suficiencia, a fin de mantener nuestra cordura y garantizar la continuidad de nuestros proyectos para la vida y la perdurabilidad de la propia felicidad.

Lo anterior resulta tan válido y pertinente que Emanuel Kant enseña a “actuar de acuerdo que la voluntad como valor tenga máxima validez, de modo que tu máxima subjetiva se convierta en una ley máxima universal”, lo cual no consiste en imponerse sobre el orden de las cosas, sino de aportar las mejores virtudes y los mejores valores a la sociedad, de modo que se vea en la propia persona más un reconocimiento por su rectitud en el comportamiento que una aceptación por su integridad como persona, sin dejar de ser importante la socialización y la aceptación noble de los unos a los otros, al mismo tiempo que tiene mucha validez la razón para construirnos en

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