FUNDAMENTOS DE ETICA PROFESIONAL
alexmartinez1981Ensayo4 de Junio de 2014
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CURSO: FUNDAMENTOS DE ETICA PROFESIONAL
MUÑOZ BRAVO, Lino y VIDAL ARIAS, Jesús María. “Ética para Profesionales “. Neiva FX. Ediciones. 1996. Este será el texto básico del curso por cuanto reúne las diversas temáticas desde la Ética como fuente de felicidad, vida y libertad, pasando por la discusión sobre el valor supremo y el tema Ética y sociedad fundamentales para la construcción de un proyecto ético de responsabilidad social basado en el reconocimiento de la alteridad y el bien común como objeto y norma de vida social. Además el texto contiene lecturas complementarias a cada unidad temática y ejercicios que le permiten al estudiante reflexionar y autoevaluarse.
ESCOBAR VALENZUELA, Gustavo. “ Ética “. México . Mc Graw Hill. 1994. Constituye parte del material básico porque presenta la Conceptualización básica del curso y el proceso histórico de la Ética con sus diversos enfoques lo cual permite comparar y establecer los propósitos de cada uno. Al finalizar cada tema le propone al estudiante ejercicios relacionados con la vida cotidiana y vivencias propias del contexto latinoamericano, también le aporta el glosario básico.
CORTINA, Adela. “Ética de los Máximos y de los Mínimos”. Madrid. Taurus. 1998. La autora plantea los fundamentos básicos y los valores mínimos que todo ciudadano y profesional debe tener en cuenta para construir una Ética cívica y ciudadana que nos permita desempeñarnos a plenitud y mantener la convivencia.
CORTINA, Adela. “Hasta un pueblo de Demonios. Ética pública y de sociedad”. Madrid. Taurus. 1998. El texto plantea los aspectos fundamentales que todo ciudadano y profesional debe tener en cuenta para ayudar a la construcción de la ética pública y la convivencia en sociedad. En el capítulo séptimo plantea la Ética de los ciudadanos no estatal que consiste en el conjunto de valores y normas que comparte una sociedad moralmente pluralista que permiten convivir y construir proyectos compartidos para enfrentar los desafíos del mundo contemporáneo. La Ética de la empresa o Ética de los negocios presenta la necesidad de ofrecer calidad en los productos, en los servicios para asegurar el éxito de los negocios. El mundo de las profesiones establece el carácter y los aspectos fundamentales de cada profesión con la cual debe estar comprometido toda profesional que la haya escogido como medio de realización personal y profesional.
SABATER, Fernando. “Ética para Amador”. Barcelona. Ariel Editores. 1992. Complementa los textos anteriores por cuanto plantea una pedagogía para el manejo de la libertad con miras a la obtención de la felicidad. La lectura de este autor permite al estudiante reflexionar acerca de su vida y asumir cambios que repercutan en su entorno familiar, social y laboral.
7.1. CONCEPTUALIZACION BASICA GENERAL DE ÉTICA:
7.1.1. Autoconocimiento (Quién Soy).
Esta es una pregunta que todo hombre debe hacerse y permitir que la vida traiga la respuesta, no el intelecto ni la mente. ¿Por qué creemos que la comprensión de uno mismo y de la vida sobrevendrá milagrosamente en el futuro? ¿Por qué el comprender lo vemos como algo futuro?
Cuando me pregunto quién soy yo no debo permitir que mi mente y mi intelecto respondan porque ellos sólo se mueven en el mundo de lo conocido y esta es una pregunta que tiene que ver con la esencia de mi ser que el intelecto desconoce. Si la pregunta fuera cómo soy yo, entonces es correcto que sea el intelecto el que conteste.
Las filosofías y las religiones han tratado de responder esta pregunta. Juntas fracasaron porque esta pregunta no tiene una respuesta intelectual, la respuesta es una vivencia. Se puede vivir pero no intelectualizar, porque lo contrario sería nada más que una especulación del pensamiento, que por añadidura, nunca llega al final de algo, exactamente igual que la psicología.
La religión no podrá responder esta pregunta, porque es ignorancia basada en la creencia y en la adoración. Ambas son creaciones de la mente humana, a través de especulaciones intelectuales; en resumen, inventos mentales del hombre.
Al intentar descubrirme y tratar de saber quién soy yo, debo partir de la condición de no saber, vale decir, no sé quien soy. De este modo me predispongo al estado de APRENDER y jamás debo creer que aprendí. El aprendí es una conclusión final que clausura definitivamente las puertas al descubrimiento de algo más que pueda haber.
Una de las pocas cosas serias, esenciales y fundamentales que hay en la vida es el auto-conocimiento, puesto que uno puede mentirle a los demás pero no a sí mismo; esto es lo que lo hace serio. Resulta esencial porque sin ese conocimiento propio toda la existencia será vivida en el sendero de la ignorancia, y es así mismo fundamental porque sin ese autoconocimiento la comprensión de la vida, del vivir, de la sociedad, de la humanidad, del mundo, de mi vecino, amigo, conocido, esposa/o hijos, etc., se torna imposible.
El comprender no es optar, no es elegir, no es juzgar, no es perdonar o condenar.
La comprensión se basa en el hecho tal cual es y no en la intelectualización ulterior del mismo. Cuando intelectualizamos un hecho el paso siguiente es nuestro juzgamiento, elección y posicionamiento a favor o en contra, lo que a su vez nos pone en un bando, dividiéndonos de aquellos que no opinan como nosotros. Aquí sólo existe la ignorancia fundamentada en la razón. No hay comprensión: la guerra ya fue declarada.
La comprensión es fundamental para ver la vida tal como es y no como quisiéramos que fuera.
Al nacer viene con nosotros la naturalidad, la pureza, la inocencia de la mente y la espontaneidad. En algún lugar del camino perdemos todo esto y comenzamos a formar una imagen psicológica, la cual se transforma en la arrogancia o personalidad. Esta imagen se va transformando lentamente hasta llegar a ser la cosa más importante de nuestra vida. La imagen lo es todo. Esta imagen anhela llegar a algo, ser algo, conquistar algo, transformándose así en la meta. Por lo tanto, tenemos el ser en su esencia, la imagen y la meta. La fragmentación y el conflicto interno están declarados. Soy esto, pero quiero llegar a ser aquello. A continuación autodefino lo que debo conquistar, poseer y acumular para ¿ser feliz?: dinero, esposo/a, hijos, buena casa, auto, buenos amigos (preferiblemente influyentes) un lugar de retiro en la montaña o en la playa, etc. La imagen que he creado se ha proyectado a un ser perfecto o casi perfecto, en el cual me tengo que convertir algún día… llegar a ser eso. A esta altura de la existencia, ni siquiera recuerdo quién soy en esencia. Todo lo que se de mí es nada más que esta proyección mental que he creado, lo que me hace vivir en un parloteo mental incesante que me recuerda lo que debo llegar a ser.
La vida, tanto interior como exteriormente es un continuo conflicto. Pero tengo algunas opciones para apaciguar, calmar y, por sobre todo, tapar este conflicto; ahí afuera, están en oferta las doctrinas y teorías políticas, sociales, económicas, filosóficas y religiosas. Si compro alguna, lograré empujar hacia el fondo del tarro de basura de mi mente lo que soy realmente -un ser conflictivo y fraccionado interiormente- y podré reemplazar esto con las esperanzas, argumentos nuevos y promesas que la doctrina que adquirí trae consigo. ¿Existe alguna doctrina que no tenga argumentos, esperanzas y promesas?. Ni las políticas, ni las religiosas, ni las filosóficas se encuentran exentas de estas ofertas.
Al adquirir una doctrina me encuentro mucho más lejos que antes de mi esencia original, de mi naturaleza original, de lo que soy en lo más profundo de mi ser. Con todo este conflicto interno que ineludiblemente se transforma en un conflicto externo, deseo salvar, ayudar, conducir, guiar, aconsejar y en-señar a la humanidad. ¿Podrá un ciego conducir a otros ciegos por buen camino? Lo que sí es cierto es que entre ciegos se entienden.
La ambición es la esencia del dolor y el sufrimiento de la humanidad. Se puede ambicionar dinero o a Dios, ser el más perfecto delincuente o el más extraordinario santo, el más genial y bondadoso de los líderes o el más audaz de los asesinos. Ambición es ambición y no importa el lado para el que ella corra, para un extremo o el otro es igual. Una vez que la ambición gana nuestro interior, todo el proceso y mecanismo de nuestro pensar girará única y exclusivamente en su torno, solamente cambiará el objetivo a ambicionar. Soy malo, quiero ser bueno; soy pecador, quiero ser santo; soy pobre, quiero ser rico; soy violento, quiero ser no-violento; etc. Cuando alcanzamos algo y no nos sentimos satisfechos con ello, ambicionamos ser otra cosa. Este es el punto de inicio del conflicto, pero debemos comprender que no por desear intelectualmente cambiar lo que somos, va acontecer nuestra transformación. Para volver a nuestra esencia original hace falta una plena dedicación al auto-conocimiento de nuestra mente, tanto en sus capas más profundas como en las exteriores: el mecanismo de nuestro pensar con sus deseos, ilusiones, miedos, etc. Ser conscientes de que nuestra mente dirige, juega y nos engaña; ser capaces de ver las capas más groseras y también las más sutiles, del ego.
Toda la felicidad o infelicidad que eventualmente debamos vivir, dependen de la armonía y paz mental que reine en nosotros, lo cual nos permitirá comprender desde la inteligencia, la totalidad de la vida y lo divino que ella contiene, y no desde la memoria con todo su lastre de conocimiento intelectual, banal, estúpido y mezquino. ¿Es que acaso puede una mente estrecha, estúpida y mezquina comprender lo inconmensurable? La comprensión desde la inteligencia es de una abertura
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