Filosofia del poder politico

LA FILOSOFIA DEL PODER POLITICO

El objeto introductorio principal del tema a tratar es la concepción de poder y autoridad entre autores como Arendt, Searle y Habermas, el escrito debe centrarse no solo en la definición de poder para cada uno de ellos, sino en la divergencia que existe entre cada una de estas definiciones y las dilucidaciones que cada uno tiene sobre las mismas. Contraponer cada uno de los argumentos con la intención de determinar la viabilidad de cada una de las teorías, o contemplar como varia uno de los pilares más firmes y elementales que rigen la bifurcación de la obediencia en una sociedad determinada. En relación con la definición del concepto poder, es preciso brindar la noción global de esta, la cual parte desde la idea que se tiene sobre la forma en la que se está gobernando, de este modo se puede decir que gobernar es mandar con autoridad, tomar o ejercer la dirección y el control de algo; gobernar es algo que está inmerso en la sociedad.

Asimismo se conserva el discernimiento conceptual de lo que vendría siendo gobernar y el desempeño que ejerce el poder en esta acción, no obstante los cuestionamientos a cerca de la interpretación filosófica, tanto como de la aplicación de esta facultad y  la función que se le destine a esta dependiendo de los acontecimientos sociales, los pensamientos filosóficos y políticos concentrados en el ejercicio del poder, obliga a distinguir las disconformidades con respecto a la materia en cada una de las teorías, las cuales serán nombradas posteriormente para poder solucionar asuntos intrínsecos en el campo de la autoridad y el poder ejercido por los gobernantes, mejor llamado, poder político, donde se puede llegar a considerar que “mientras mayor es el grado de poder de un agente, menor libertad tienen quienes quedan sometidos a él” ^[1].

Mientras que otras teorías aluden justamente a lo contrario, haciendo una relación directamente proporcional entre la libertad de los dominados y el poder del agente dominante: “El poder también supone apertura a otras acciones posibles por parte del ego afectado por el poder. El poder es mayor si es capaz de mantenerse incluso a pesar de alternativas atractivas para la acción o inacción. Y sólo puede aumentarse junto con un aumento de la libertad por parte de cualquiera que esté sujeto al poder” ^[2].

Debido a esto y a muchas de los desacuerdos entre cada una de las teorías de los filósofos ya nombrados es imprescindible realizar una recopilación de cada una de las estas en una sola conclusión.

Desde la perspectiva de Arendt el poder político no debe ejercerse por la violencia, siendo esta el medio que se utiliza para buscar el fin de dominar al otro, ya que este poder es propio de la voluntad común, asimismo Searle plantea algo similar en donde el poder político se diferencia del poder militar, ya que el primero no utiliza como medio para su cumplimiento eficaz la violencia, sino que con una serie de persuasiones, por así decirlo, generando una aceptación hacia los estatutos impuestos, consolidando deseos en cada persona, ya sea este impulsado por prudencia o por temor, lo importante es el reconocimiento de una razón suficiente para poder actuar como antes no se quería actuar, es así como las razones pueden motivar los deseos del ser humano, dando paso a la conclusión a la que llega Habermas, afirmando que gracias a la aceptación y al reconocimiento de dichas razones es que puede consolidarse el poder, es por esto que el poder viene desde abajo.

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