ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Filosofia

PIberico4 de Octubre de 2013

12.099 Palabras (49 Páginas)228 Visitas

Página 1 de 49

LOS GRANDES PROBLEMAS DE LA FILOSOFIA EN LA HISTORIA

Desde el origen de la filosofía en la antigua Grecia hasta la actualidad, más de dos mil siglos de desarrollo de la racionalidad filosófica, los problemas que han abordado los filósofos han estado orientados a examinar la realidad objetiva del entorno natural y la realidad subjetiva del hombre, en términos generales. A partir de aquí se han especificado otros tantos a los cuales se han dado respuestas disímiles y por ello, controversiales, desde distintos horizontes filosóficos.

Sin embargo, para efectos del presente estudio, destacaremos problemas generales como por ejemplo el ser, el conocimiento, la sociedad (hombre, la ética y demás aspectos correlativos). Desarrollaremos en lo fundamental los mismos, viéndolos a lo largo del recorrido histórico por las distintas épocas en que se desarrolló la filosofía y sus representantes más connotados.

1. Edad antigua

Para entender esta parte de la historia de la humanidad debemos contextualizarla, para ello es necesario remitirnos a la base económica, condición que permite el desarrollo de la filosofía.

La organización económica y social de esta época, se sustenta en el esclavismo, es decir, la fuerza productiva por excelencia se sustentaba en la fuerza humana, el esclavo, quien sostenía la condición privilegiada de la nobleza aristocrática, los esclavistas, y generaban tiempo libre necesario para el hombre libre ya sea que se dedicara a la política, el arte, la filosofía, etc., así como el comercio. Esta diferenciación económica, social y cultural entre el esclavo y el esclavista, conllevó a serios conflictos entre ambas clases antagónicas, muchas veces originados por los intereses particulares de la clase dominante. En estas condiciones nace la filosofía en la antigua Grecia, siglo VI a. n. e. “La filosofía griega nace no como materia de investigaciones especiales, sino en nexo indisoluble con los acontecimientos científicos en el terreno de las matemáticas y las ciencias naturales, con las embrionarias nociones políticas y, asimismo, con la mitología y el arte.” (Iovchuk-Oizerman-Schipanov: 1978, p. 50). Esto quiere decir que la investigación filosófica tenía todo un componente armónico con la ciencia (matemática, biología, física, etc.), y no era puramente filosófica, como hoy en día con su propio objeto de estudio; de allí en decir que desde su nacimiento, la filosofía se constituyó en madre de todas las ciencias.

1.1. Problema del ser.

Después de tener una vista panorámica del contexto histórico y social de las condiciones materiales en que nació la filosofía, veamos ahora el primer problema con el que se encontraron los filósofos de la antigua Grecia, esto es, el ser, o lo que es lo mismo, el principio que da origen a todo lo existente. Expondremos a los filósofos más representativos, que por razones didácticas hemos escogido a pensadores idealistas y materialistas. A esta etapa del pensamiento griego, también se le conoce como filosofía de la physis. Término griego, este designa a lo físico o natural, por extensión, materialidad del mundo.

Tales (finales del siglo VII y primera mitad del siglo VI a. de n. e.)

Tales de Mileto, es el primer filósofo de la antigua Grecia. Para este pensador, “existe un único principio originario, causa de todas las cosas que son, y sostuvo que dicho principio es el agua (...) Tales basa sus afirmaciones en el puro razonamiento, en el logos...El agua de Tales hay que considerarla de una manera totalizante, como aquella physis líquida originaria, de lo que todo se deriva de la que el agua que bebemos no es más que una de sus manifestaciones...En la práctica su agua llegaba a coincidir con lo divino...Y cuando Tales afirmaba además que ‘todo está lleno de dioses’, quería decir que todo [lo que] está penetrado por el principio originario es vida, todo está vivo y todo tiene un alma (panpsiquismo).” (Rale-Antiseri: 1995, pp. 37-39).

Tales elige este elemento material de la naturaleza porque “se apoyaba tal vez en el hecho de ver que el alimento de todas las cosas es húmedo e incluso lo caliente se engendra y vive en lo húmedo; ahora bien, aquello de que todo se engendra es el principio del todo. Por eso se asió a tal conjetura y aun porque las semillas de todas las cosas poseen una naturaleza húmeda y el agua es en las cosas húmedas el principio de la naturaleza.” (Abbagnano, N.: 1954, p. 13).

El que Tales haga coincidir el principio material agua con lo divino, no significa en forma alguna misticismo o creencia religiosa alguna, sino, dado la cultura de la época de creencia politeísta (mitología), lo divino era el impulso vital. “Su teoría del agua como fundamento de las cosas se remonta a las concepciones más antiguas de los griegos, así como de los egipcios y de otros pueblos de Oriente.” (Dynnik, M. A.: 1963, p. 72).

Pitágoras (571-70 al 497 a. de n. e.)

Este filósofo nació en la isla de Samos, Mar Mediterráneo, cerca de las costas de Grecia. Radicó en el sur de Italia hasta su muerte. Al parecer no escribió ninguna obra, por lo que su doctrina fue dada a conocer por sus discípulos.

Los pitagóricos consideraban como principio de la naturaleza el número, en tanto todo en ella rige un orden, éste es su esencia. “Según ellos, los números formaban el ‘orden’ cósmico que constituía el prototipo del ‘orden’ social...la doctrina pitagórica de los números representaba uno de los primeros intentos encaminados a abordar el problema del papel y de la significación de las determinaciones cuantitativas de los fenómenos de la naturaleza...Los pitagóricos enseñaban que el movimiento de los cuerpos celestes se halle sujeto a ciertas relaciones matemáticas, dando lugar así a la ‘armonía de las esferas’. Esta doctrina de la ‘armonía de las esferas’ expresaba ya la idea de que los fenómenos naturales se ajustan a leyes...Los pitagóricos, o sea la unidad, que para ellos es el fundamento de todos los números.” (Dynnik, M. A.: 1963, pp. 77-78)

El número, por tanto, tiene una “incidencia determinante...en los fenómenos del universo: el año, las estaciones, los meses, los días, etc., están regulados por leyes numéricas las que regulan el tiempo de gestación en los animales, los ciclos del desarrollo biológico y los distintos fenómenos de la vida...el número...es el más real de las cosas...no es un aspecto que nosotros abstraemos mentalmente de las cosas, sino la realidad, la physis de las cosas mismas.” (Reale-Antiseri: 1995, pp. 47-48).

Parménides (aproximadamente siglos VI al V a. de n. e.)

Este filósofo, “procedía de una rica familia aristocrática; vivió en Elea y gozó de renombre como gobernante de esa ciudad. Expuso sus ideas filosóficas en el poema De la Naturaleza.” (Dynnik, M. A.: 1963, p. 80). La educación filosófica que recibió fue pitagórica por el pitagórico Ameinas, llevando así una vida conforme a esta escuela. Sin embargo, la originalidad de su pensamiento hizo que se independizara y formara su propia concepción del mundo.

Este filósofo orienta su pensamiento en un sentido opuesto a la de sus predecesores, que se habían fijado en una substancia material, excepto Pitágoras (el número). Para Parménides la substancia de todo lo existente es el ser. Esta substancia primordial debe diferenciarse del no ser. Según Parménides, “el ser es pura positividad y el no ser, la pura negatividad, siendo cada elemento absolutamente contradictorio con el otro...todo lo que uno piensa y dice, es. No se puede pensar (y por lo tanto, decir), si no es pensado (y diciendo) aquello que es. Pensar la nada significa no pensar, y decir la nada significa no decir nada. Por ello la nada es impensable e indecible.” (Reale-Antiseri: 1995, p. 56).

En base a estas definiciones Parménides distingue las falsas opiniones de la razón. “Parménides considera que los cambiantes y multiformes fenómenos de la naturaleza constituían el objeto de las ‘falsas opiniones’. Solamente admitía como ‘verdadero’ el ‘ser’ en general, inmutable, inmóvil y único, que identificaba con el pensamiento. Así, pues, la abstracción del ser fue separada de la naturaleza y considerada como un ser aislado e independiente...La abstracción del ser llamada a términos absolutos convierte a éste en un ente sobrenatural (el verdadero ser), inaccesible a toda percepción de los sentidos y cognoscible por medio del pensamiento teórico (la razón).” (Dynnik, M. A.: 1963, p. 81). En tanto el pensamiento racional es le verdadero ser, este es el que contiene mayor valor, de ahí que “el conocimiento verdadero no puede ser más que conocimiento del ser, esto es, de la realidad absoluta...el ser es autosuficiencia.” (Abbagnano, N.: 1954, p. 29).

Demócrito (aproximadamente 460 – 370 a. de n. e.)

Este filósofo nació en Abdera y fue un hombre de ciencia. “La fama de Demócrito como hombre de ciencia ha dado lugar a que su figura se estilizase en la de un sabio completamente abstraído de la práctica de la vida. Horacio cuenta que manadas de ganado saqueaban, paciendo, los campos de Demócrito, en tanto que la mente del hombre de ciencia vagaba lejana. En el reparto de la rica herencia paterna quiso tener su parte en moneda contante y así tuvo menos, y lo gastó todo en sus viajes por Egipto y entre caldeos. Cuando el padre vivía todavía, acostumbraba a encerrarse en una casita campestre que servía también de establo; y en ella cierta vez quedó encerrado sin darse cuenta de ello con un buey que el padre había atado allí en espera de llevarlo al sacrificio. El

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (76 Kb)
Leer 48 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com