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Filosofia

karo222228 de Octubre de 2013

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IV C

Fecha de Entrega:

Martes 22 de octubre de 2013

LIBERALISMO FILOSÓFICO JURÍDICO

I. Concepto general del liberalismo

El liberalismo es una doctrina que se basa en la defensa de las iniciativas individuales y que busca limitar la intervención del Estado en la vida económica, social y cultural.

II. Concepto del liberalismo en el ámbito filosófico-jurídico

Se trata de un sistema filosófico y político que promueve las libertades civiles y que se opone al despotismo. Tiene como finalidad el derecho natural de los hombres que nacen libres e iguales, promueven las libertades civiles y el máximo limite del gobierno sobre las personas, siendo en lo que se fundamenta la democracia y la división de los poderes.

III. Antecedentes

La democracia representativa y los principios republicanos se basan en las doctrinas liberales. En este sentido, el liberalismo se configuró en la región, como una corriente aglutinadora que sentó las bases e inspiró, en un primer momento, a los movimientos independentistas y, posteriormente, a los programas y teorías que sirvieron para la instauración y consolidación de los gobiernos, así como para la reorganización social, necesaria con posterioridad al desquebraja miento del orden colonial.

El liberalismo catapultó a las sociedades latinoamericanas de las postrimerías del siglo XIX al sistema económico mundial, basados en el principio de la libre empresa individual, mediante la instauración de un sistema de instituciones republicanas, constitucionales y representativas, con regímenes de derecho, que superaron el oscurantismo de la sociedad colonial y dan paso a modernos criterios seculares en la educación y la organización civil, así como al surgimiento de los modernos centros urbanos y cosmopolitas.

Desde esta perspectiva, el liberalismo se convierte en un mito unificador contra el orden colonial y constituye la emancipación espiritual de América.

Podemos desplegar que el movimiento liberal es la obra que sale de la burguesía para derrumbar el antiguo régimen y el estado absoluto y construir un nuevo orden político fundado, de forma radical e irreductible, sobre los principios de igualdad, libertad y propiedad.

Para el movimiento liberal, la realización efectiva de los nuevos fines del Estado: la libertad, igualdad, y la defensa de la propiedad sólo puede garantizarse a través del derecho. Mediante la sustitución de la voluntad discrecional del soberano como fuente de todo poder político por un sistema de denominación objetiva basado en el imperio de la ley. En palabras de John Adams, mediante un "government of laws, not of men", un gobierno de leyes no de hombres.

IV. Liberalismo Hispanoamericano

Así como el tránsito de la filosofía latinoamericana del siglo XVIII al XIX estuvo marcado por la pugna entre la escolástica y el positivismo, así también el conservadurismo y el liberalismo constituyeron las ideologías que agruparon a los distintos movimientos políticos y sociales de ese mismo período.

Ahora bien, esta interacción entre filosofía, política y economía que suele denominarse como liberalismo, ha sido múltiple y diversa, al mismo tiempo que muchas otras doctrinas han ido identificándose con esta corriente de pensamiento: individualismo, racionalismo, universalismo o utilitarismo. Por otra parte, no es menos cierto que al ubicarse dentro de los “ismos”, el pensamiento liberal ha adoptado una connotación ideológica, en el sentido de pretender constituir “una doctrina articulada que comprende una visión general del mundo, a partir de la cual se construyen modelos teóricos que pretenden interpretar la realidad, y un cierto modelo prescriptivo, desde donde se señalan ciertas opciones de valor y se enmarcan criterios relacionados con el deber ser o con la posibilidad de un cierto modo de ser del mundo." Aunque sea difícil catalogar a las distintas vertientes del liberalismo e incluso hayan profundas diferencias entre los fundamentos de unas y otras, lo cierto es que su denominador común se encuentra, por un lado, en su noción del ser humano como un ser libre y, por el otro, en su teoría de la limitación del poder público del Estado, las cuales en conjunto dieron lugar a la búsqueda de garantías, por medio de las distintas Cartas o Declaraciones, más o menos eficaces que se han dictado en el transcurso de la historia.

En el mismo sentido, en Hispanoamérica el liberalismo no siempre mantuvo una sola identidad, sino más bien se trató de una corriente que agrupó una diversidad de tendencias históricas, que algunos identifican más bien como un “conglomerado liberal."

V. Características del liberalismo hispanoamericano

El liberalismo hispanoamericano mantuvo rasgos propios, que a pesar de las profundas diferencias entre sus cultivadores y de las distintas realidades a las que se aplicó, permiten diferenciarlo de otras corrientes filosóficas. Entre sus notas específicas se encuentra su individualismo, igualitarismo, universalismo. Asimismo, la actitud liberal encarna una preeminencia de las virtudes de la razón, la creencia en el orden como fuente de bienestar y una confianza en el progreso ilimitado de la humanidad. Sin embargo, las características políticas más importantes y que modificaron la semblanza institucional del continente radican en su republicanismo, constitucionalismo, secularismo y en su aspiración hacia la unidad hispanoamericana, como veremos:

a. Republicanismo:

Frente al Viejo Mundo, los americanos liberales ondeaban la bandera del republicanismo. Así, pues, en el centro del espíritu del Nuevo Mundo, que inspira a sus instituciones libres y las esperanzas del nuevo hombre, se hallaba la República.

La República, entendida como una forma de limitar el poder absoluto, así como una distribución de funciones y competencias, con un conjunto de pesos y contrapesos, que pusiera fin a las formas despóticas del ejercicio del poder, era un rasgo que enfrentaba a los liberales con los conservadores.

b. Constitucionalismo:

El constitucionalismo liberal tiene por finalidad primordial limitar la autoridad por medio de la instauración de barreras jurídicas contra el “despotismo” que se asociaba al régimen colonial.

La noción de este constitucionalismo tiene su fuente en la Ilustración, específicamente en la teoría de los derechos naturales del hombre, por un lado, y en el utilitarismo, por el otro, las cuales si bien son doctrinas opuestas entre sí, ambas reconocían el valor del individuo como ente autónomo. Posteriormente, esta noción del derecho como sinónimo de legalismo, fue abandonada por considerarse abstracta y de discutible aplicación universal, por lo que se renuncia al constitucionalismo clásico, a partir de las ideas de Savigny relativas al método comparativo e histórico del derecho. Así, Alberdi consideró que el derecho no debía considerarse como una colección de leyes escritas, sino como un elemento vivo y continuamente progresivo de la vida social.

Uno de los problemas más importantes a los que hubo de prestar atención desde la perspectiva constitucional, es el relativo a la organización territorial del Estado. Así, se dio un enfrentamiento entre la tradición unitaria versus una federalista que pretendía atender los intereses regionales. Al final, los derroteros adoptados por los países hispanoamericanos fueron diversos, coexistiendo distintas alternativas a la fecha.

c. Supremacía del Estado Secular:

Este aspecto era, sin lugar a dudas, uno de los elementos diferenciadores más importantes entre los liberales y conservadores de la época.

Para los liberales, el Estado moderno, formado por individuos libres, iguales ante la ley y sin restricciones en la búsqueda de su propio interés ilustrado, debía ser un Estado secular. De tal suerte que como ciudadanos su lealtad era a la nación y la ley, no a la iglesia u otros entes corporativos coloniales. Propusieron los liberales que las estadísticas vitales, los procesos fiscales, el procedimiento judicial, la educación, el calendario, los nacimientos, bodas y defunciones, debían apartarse del control de la iglesia.

Otro punto que dividió profundamente a la sociedad hispanoamericana, tenía que ver con la riqueza eclesiástica (diezmos, bienes raíces, hipotecas), la cual desde la perspectiva liberal debía pasar de la mano muerta de la iglesia y convertirse en estímulo de la empresa individual. A tal grado fue el conflicto entre liberales y conservadores en materia de secularismo que provocó la guerra civil de México, entre los años 1854 a 1867.

Por otra parte, en la misma medida que aumentaba la oposición conservadora, aumentaban las exigencias del programa liberal.

En Colombia, por ejemplo, el liberalismo estuvo representada por “los radicales”, un grupo de pensadores y políticos que favorecía el impulso de la enseñanza secularizada, la separación entre iglesia y estado, el federalismo republicano y la no intervención estatal.

d. Aspiración a la Unidad Hispanoamericana:

Aunque algunos conservadores, tales como Lucas Alamán o Diego Portales, se mostraron favorables a la unidad del continente con posterioridad al momento independentista, lo cierto es que pronto declinaron de

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