Filosofia

La relación del lenguaje con la realidad.

La razón por la cual se inventó el lenguaje fue por la necesidad, a cada expresión que formula con sentido puede caberle otra que no significa nada, este sentido a cada forma del lenguaje (palabras) puede o no corresponderle una múltiple variedad de formas de la realidad.

Platón y aristoteles advirtieron claramente que no era del todo posible separar el plano de la realidad con el lenguaje, que las palabras remitirán necesariamente a las cosas, aun cuando por “cosas” cada uno tuviera su definición.

El lenguajes para aristoteles era expresar algo con susceptibilidad de verdad o falsedad, pero esto implicaba además, la significación. El conocimiento de las cosas entonces debía expresarse con palabras, con términos susceptibles de aplicarles la prueba de la validez lógica, las ideas de platón eran el único medio que se disponía para acceder a la justa nominación de la realidad, y así al conocimiento verdadero de las cosas que son. Era hacia las ideas donde el filósofo debía orientar su mirada puesto que solo la inmutabilidad de la idea podía nombrarse, lo sensible era de desconfiar ya que cambiaba constantemente.

La inherencia y la predicación, de las expresiones sin ninguna conexión cada una de ellas significa o la sustancia o la cantidad, o la calidad o la relación.

Así las categorías en cuanto predicados, son términos, palabras aisladas, cosas que se dicen sin ninguna conexión interna. Un término tomado por si significa algo, pero no afirma nada, y por consiguiente no es ni verdadero ni falso.

El interés en la crítica aristotélica radicara en mostrar inadmisible la homonimia (en sentido platónico) entre el eidos y lo sensible reduciendo aquella que debería de su relación de sinónima.

El punto de partida de aquella búsqueda aristotélica de las posibles soluciones a problemas del habla con consecuencias directas en el plano ontológico, no puede ser otro que el den la realidad en tanto que configuraba por la mediación del lenguajes. No sería erróneo decir que los análisis que, sobre el tema del lenguaje, efectuaron tanto aristoteles como platón no apuntaron a zonas delimitadas y obedecieron, en realidad a intereses que agrupaban rasgos lógicos, ontológicos, lingüísticos y hasta genéticos. El modo como la cultura occidental piensa y dice su filosofía ya incluye las categorías como aquellas estructuras que tiene el hombre para clasificar el mundo, como los modos en los que se nos presenta las cosas o como las expresiones que reflejan la manera de ver y conceptualizar la realidad.

En casi toda la historia de la filosofía, el problema de la existencia y predicación de la cosas estuvo siempre ligado a varios problemas que bien podrían reducirse por lo menos a dos cuestiones fundamentales estas son: las cuestión del ser, y la cuestión del lenguaje. La cuestión del lenguaje no sería otra que la del significado del sentido de las palabras y en última instancia hasta las letras. En platón por otra parte el suelo de la realidad parecía estar constituido justamente por aquellos términos que según se cree equivocadamente en aristoteles no significaban nada aquellas estructuras formadas por ideas que actuaban de soportes principales a la vez que razón de ser de la estructura así pues, sin los conceptos no se podía formular juicio alguno.

Las diversas lenguas tienen en cuenta aspectos diversos. Las palabras no se combinan por casualidad sino en cuanto desempeñan funciones semántico-referenciales complementarias. Al preguntarse sobre la naturaleza de las cosas, sobre la existencia y la materia, nació la relación entre el lenguaje, el pensamiento y la realidad. Esta relación nos hace únicos entre los demás seres humanos y es la raíz del género humano como ser pensante.

La relación es esta: los tres convergen

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