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Filosofia


Enviado por   •  15 de Julio de 2013  •  1.607 Palabras (7 Páginas)  •  217 Visitas

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En cuanto conocemos, deseamos, y en cuanto deseamos, estamos descontentos de la realidad.

El amor por la guerra es propio de las naturalezas nobles que pronto llegarán a ver a Dios.

“Ése es mi espíritu que va solo con su carga, nutriéndose de ella”.

La libertad será siempre un ideal y por eso siempre serán guerreros.

EL HOMBRE NO PUEDE SER LIBRE, PERO LA GUERRA LO VA LIBERTANDO DE LOS SUCESIVOS TIRANOS.

Indudablemente, el hombre es un ser que está perdido o que busca una cosa que se le perdió

Para nosotros DIOS ESTÁ MÁS BELLO CUANDO TENEMOS SINERGIA ORGÁNICA.

“Más vale morir que caer en garras de mujer”.

Nos engañamos a nosotros, o sea, a la conciencia, pero no puede engañarse a la mente instintiva.

SOMOS EL ANIMAL ERECTO QUE MIRA HACIA EL CIELO.

El hecho de que la mente rija el cuerpo, a pesar de que se olvida en biología y medicina, es lo más importante que conocemos sobre el proceso de la vida.

Dr. Franz Alexander

La medicina se enfrenta a la enfermedad dándole una orientación equivocada. Sigue actuando como si la enfermedad se apoderase de la persona sin comprender que es ésta la que coge la enfermedad al hacerse sensible al germen de la dolencia, al cuál todos estamos expuestos constantemente (…) La mayoría de los médicos apenas considera que la actitud de un paciente hacia la vida conforma la longitud y la calidad de esa vida.

(…) La mente puede influir en el cuerpo y que la actitud de amar no está limitada por la enfermedad corporal.

(…) todos sabemos que mucha gente vive sus vidas como intentando darlas por terminadas.

Personalmente yo siento que dentro de nosotros tenemos mecanismos biológicos de “vida” y de “muerte”. Otras investigaciones científicas de médicos y mi propia experiencia clínica día a día me han convencido de que el estado de mente cambia el estado del cuerpo actuando a través del sistema nervioso central, el sistema endocrino y el inmunológico. La paz en el cerebro envía al cuerpo un mensaje de “vida”, mientras que la depresión, el temor y los conflictos no resueltos dan su mensaje de muerte. De esta forma, todas las curaciones son científicas, incluso si la ciencia no puede aún explicar cómo se producen los inesperados “milagros”.

El problema fundamental con que se enfrentan la mayoría de los pacientes es su falta de habilidad para amarse a ellos mismos, por no haber sido amados por otros durante alguna época crucial de sus vidas. Este período es generalmente la niñez, cuando las relaciones de nuestros padres establecen las formas características de reaccionar al estrés. Siendo adultos, repetimos estas reacciones y nos hacemos vulnerables a la enfermedad, y nuestra personalidad determina frecuentemente la naturaleza específica de la dolencia. La habilidad para amarse a uno mismo, combinada con la de amar a la vida, aceptando plenamente que ésta no durará siempre, nos permite mejorar la calidad de vida. (…) Intento ayudarles a que se pongan bien y al mismo tiempo que entiendan por qué cayeron enfermos, Entonces pueden ir a una verdadera curación, no meramente a un cambio de enfermedad.

Una vez y otra, los estudios han demostrado que las personas que dan paso a sus emociones negativas sobreviven a las adversidades mejor que quienes se contienen emocionalmente. (…) los sentimientos no expresados deprimen la respuesta inmunológica.

Al principio, las emociones de un paciente y sus actitudes no son totalmente accesibles a la conciencia. Para recuperarlas he creído que se deben analizar las respuestas a cuatro preguntas básicas.

1.- ¿Quiere llegar a ser centenario?

2.- ¿Qué le ocurrió un año o dos antes de su enfermedad?

3.- ¿Qué representa para usted la enfermedad?

4.- ¿Por qué necesita usted la enfermedad?

El primer paso hacia la paz interior consiste en decidirse a dar amor, no a recibirlo.

La imaginación canaliza energía mental hacia la realización del resultado deseado, y cuando uno comienza a actuar con arreglo a su nueva idea de las cosas, crea nuevas oportunidades, tanto conscientes como inconscientemente.

Jung decía: “el futuro es inconscientemente preparado con muchísima antelación y, por tanto, pueden adivinarlo los clarividentes”.

Nosotros (…) tratamos de ayudar a los pacientes a entenderse a sí mismos como procesos dinámicos en transformación constante. Esto se consigue reconociendo que todos somos perfectamente imperfectos.

Decía Jung:”todo problema, pues, depara la posibilidad de un ensanchamiento de la conciencia, pero también la necesidad de decir adiós a la inconsciencia infantil y confiar en la naturaleza”, proceso éste que él identifica con el abandono del jardín del edén.

cuando médicos y pacientes comprendan el poder curativo

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