Filosofía De La Ciencia Del Siglo XX
DanielCantu10 de Enero de 2015
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DESARROLLO TEMÁTICO
La importancia de la necesidad de explicar fenómenos, cuestiones, problemas y soluciones a tenido espacio dentro del pensamiento humano como sujeto racional para cultivar una civilización de conocimiento que emane lucidez a sus pasos, procesos y procedimientos que propicien el desarrollo de una sociedad intelectual.
De esta manera, existiendo la tarea de conformar y formalizar las cuestiones a responder, surge como objetivo de estudio en materia de generación de conocimiento científico el brazo principal de todas las ciencias existentes: la filosofía; que es definida por el Diccionario de la Real Academia Española (2003) como: “amor por la sabiduría”, que se vería encargada de responder a una gran variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones tales como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la mente y el lenguaje. Al abordar estos problemas, la filosofía se mantiene en una postura imparcial, distinguiéndose del misticismo, la mitología y la religión para proponer su énfasis en los argumentos racionales por sobre las razones de autoridad. Teichmann, Jenny; Evans, Katherine C. (1999), definen la filosofía como un estudio de problemas que son últimos, abstractos y muy generales. Estos problemas son acerca de la naturaleza de la existencia, el conocimiento, la moralidad, la razón y el propósito humano.
Paralelamente a la filosofía, el concepto ciencia como conjunto de saberes estructurados se une a la anterior conformando en sí una comunión para el proceder científico. El investigador Chalmers (1987) concibe la ciencia como un conocimiento docto, investigador, objetivo, adquirido mediante experimentos y técnicas comprobables que explican un fenómeno y dan respuesta a una cuestión.
Estas definiciones reducen el concepto de filosofía de la ciencia. El autor Karl R. Popper (1980) concluye que la filosofía de la ciencia investiga la naturaleza del conocimiento científico y la práctica científica. Se ocupa de saber, entre otras cosas, cómo se desarrollan, evalúan y cambian las teorías científicas, y de saber si la ciencia es capaz de revelar la verdad de las entidades ocultas (no observables) y los procesos de la naturaleza.
Para el autor Echeverría (1997) la filosofía de la ciencia ha tenido un proceso de transformación y se ha visto en la necesidad de evolucionar durante el transcurso de las décadas, modificando sus estructuras y los fines del método científico para adaptarse a las necesidades que surgen de acuerdo a los cambios del mundo intelectual y tecnológico.
Según al autor, dentro del ámbito de los estudios sobre la ciencia y la tecnología se han distinguido tres corrientes a los largo de los años. El empirismo lógico que sucede entre el lapso de tiempo de los años 20 a los 60, en los que el saber empírico del conocimiento científico sostenía a la filosofía de la ciencia como el análisis y la reconstrucción lógica del conocimiento científico, esta percepción fue determinada como “concepción heredada” defendida por una corriente de pensadores influidos por el empirismo lógico-analítico que entendían a la lógica inductiva, deductiva y probabilitaria como instrumento de análisis que revelaba la estructura conceptual, metodológica y epistemológica de la ciencia.
La primera institución dedicada con científicos e intelectuales al desarrollo de la filosofía de la ciencia con una perspectiva teoría del empirismo lógico fue el círculo de Viena constituido en 1922 bajo la catedra de filosofía de las ciencias inductivas la Universidad de Viena. Este círculo de pensadores se constituyó como una escuela que formuló concepciones propias sobre la ciencia y fue adquiriendo renombre internacional a lado de otros círculos de científicos en Europa.
El círculo de Viena publicó la Enciclopedia para la ciencia unificada, que fue una colección de volúmenes sobre ciencia y filosofía, bajo la tutela del promotor Otto Neurath quien defendía una teoría que promulgaba que todas ciencias físicas tenían un núcleo en común. (Diccionario de Filosofía, 2003). Cuyas posturas científico analíticas descartaban a la pseudociencia de la Metafísica como una rama verdadera debido a que el campo de su análisis lógico se basaba en pretendidas proposiciones careciendo totalmente de sentido.
Con esta postura Neurath decreto el fisicalismo como una doctrina filosófica sobre la naturaleza de lo real afirmando que todo aquello que existe es exclusivamente físico. Tratándose por lo tanto de un materialismo con carácter fenotípico y reduccionista a grado que debía resumirse solo para dar solución a problemas de conocimiento.
Hasta este punto los aspectos históricos no tenían relevancia en cuanto a la reconstrucción del conocimiento, ya que la historia y la sociología eran contempladas con desconfianza por la comunidad científica, siendo así, el proceder investigador se realizaba sin saber el origen o el génesis de los procesos estudiados.
Con la publicación del libro La lógica de la investigación científica de Karl Popper en 1934 se explayó la primera critica a los planteamientos epistemológicos del empirismo lógico, defendiendo a las pseudociencias al considerarlas capaces para encontrar ejemplos ah hoc para verificar sus predicciones e interpretaciones de tipo omnicomprensivo y verificable por doquier. Según el autor Popper insistía en el carácter crítico y refutador de la actividad científica y a la constatación de que si se quiere fundar lógicamente el principio de inducción, se incurre en un círculo vicioso, ya que para justificarlo lógicamente hay que presuponer la validez de una formulación equivalente a la de dicho principio. Para tratar de evitar esta crítica el círculo de Viena propuso una lógica probabilitaria como base de todas las ciencias empíricas.
Con la visión filosófica nacida del empirismo moderno en la experiencia del círculo de Viena, los neopositivistas en América e Inglaterra difundieron que las proposiciones científicas habían de ser, o bien de carácter tautológico (comprobables) o por proposiciones empíricas. (Comprobadas empíricamente). De modo que el conocimiento humano quedo dividido entre un conocimiento cualitativo y cuantitativo, formal y empírico. De esta manera la lógica y las matemáticas quedaron siendo absolutizadas y separadas de las demás ciencias.
Ante este proceder, los científicos analíticos utilizaron la distinción teórico/observacional para las ciencias empíricas, de manera que la controversia de los términos, conceptos y teorías observacionales fueron el caballo de Troya del empirismo lógico. Ya que sus representantes encontraron dificultades considerables para reducir lo teórico a lo observacional, lo que produjo caracterizaciones cada vez más artificiales de las teorías empíricas.
Según el autor, el filósofo Norwood Russell Hanson en su libro Patrones de descubrimiento: observación y explicación, en su célebre slogan “la observación está cargada de teoría” hunde uno de los pilares del empirismo lógico, o sea la confianza en la inmunidad de las observaciones empíricas.
Para mediados de los años 60, con la publicación de La estructura de las revoluciones científicas, del Tomas Kuhn, que defiende el carácter histórico de la ciencia y critica el positivismo lógico presente, se pone en duda algunos de los fundamentos conceptuales de la época. Con este cambio la revolución de la ciencia abre paso a materias de carácter histórico y cultural como la sociología, la antropología y la política. Y como punto representativo de este acontecimiento Kuhn es uno de pensadores más citados en el índice de citación de la ciencia.
Con el historicismo de los años 70, aparecen nuevas concepciones científicas, como la semántica, encargada de aspectos de significado del lenguaje y de los medios de expresión lógicos-cognitivos abriendo paso a disciplinas científicas como la lingüística. Otra de las nuevas concepciones que surgieron fueron las de carácter cognitivo y representacional; teniendo como objeto de estudio el análisis de los procesos mentales implicados en el conocimiento, descubriendo el espacio de estudio de la psicología cognitiva. Equivalente a este acontecimiento aparecen otros campos de formación e investigación sobre estudios sociales, económicos, de género y de política científica.
A partir de este momento se da lugar a creación de líneas de trabajo en materia de investigación tecnológica en la sociedad, consolidando el concepto de filosofía de la tecnología como el pilar encargado de estipular la filosofía de la práctica científica, más que un concepto de teorías del conocimiento.
Esta percepción determinada por un pragmatismo científico estrecho vínculos con la teoría de acción y con los valores que rigen las actividades del proceder científico. En la revolución científica de Kuhn decretaba que, cualquier saber solo pasa a ser científico cuando triunfa a un paradigma, sin perjuicio de que en todo momento puede haber paradigmas rivales. Por ello debido a la historia de la ciencia insta a la comunidad científica a estar atentos de cualquier cambio, edición y nuevas concepciones de la ciencia que puedan surgir.
Este investigador aporto criterios de identificación de paradigmas constituyendo que un paradigma es aquello que los científicos, y solo ellos, comparten y poseen en común para trabajar y reconstruir en ideas finales. Asimismo consideraba a la ciencia formal como una investigación basada en investigaciones pasadas
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