FILOSOFIA DEL SIGLO XX.

Universidad Nacional Autónoma de Honduras[pic 1]

“Conócete a ti mismo y Filosofías del siglo XX”

Asignatura: Filosofía general

Licenciada: María Luisa Bertrand

Sección: 0802

Alumna: Kirly Naomy Velásquez Juárez

Número de cuenta: 20161003802

Fecha de entrega:

Ciudad universitaria, Lunes 08 de febrero de 2016

Conócete a ti mismo

Tanto en oriente como en occidente es posible distinguir un camino que, a lo largo de los siglos, ha llegado a la humanidad a confrontarse con ella. Es un camino que ha desarrollado al hombre; cuanto más conoce a la realidad y el mundo y más se conoce a sí mismo en su unidad, le resulta más urgente el interrogante sobre el sentido de las cosas y sobre su propia existencia.

La exhortación Conócete a ti mismo estaba esculpida sobre el dintel del templo de Delfos, para testimoniar una verdad fundamental.

Una simple mirada a la historia antigua muestra con claridad como en distintas partes de la tierra marcadas por culturas diferentes, brotan las preguntas que caracterizan el recorrido de la existencia humana: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo y a donde voy?, ¿Por qué existe el mal?, ¿Qué hay después de esta vida? Son preguntas que tienen su origen común en la necesidad del sentido que desde siempre acucia el corazón del hombre de la respuesta que se dé a tales preguntas, en efecto, depende la orientación que se de a la existencia.

La iglesia, por su parte aprecia el esfuerzo de la razón, ella ve en la filosofía el camino para conocer las verdades fundamentales relativas a la existencia del hombre y también ayuda para profundizar la inteligencia de la fe y comunicar la verdad del evangelio.

La filosofía moderna tiene el gran mérito de haber concentrado su atención al hombre. Se han construidos sistemas de pensamiento complejos que favorecen el desarrollo de la cultura y de la historia. La razón misma, movida a indagar de forma unilateral sobre el hombre como sujeto, parece haber olvidado que este esta también llamado a orientarse hacia una verdad que lo trasciende. La razón bajo el peso de tanto saber, se ha doblegado sobre si misma haciéndose, día tras día, incapaz de levantar la mirada hacia lo alto para atreverse a alcanzar la verdad del ser. La filosofía moderna, dejando de orientar su investigación sobre el ser, ha concentrado la propia búsqueda sobre el conocimiento humano y ha preferido destacar sus límites y condicionamientos.

La iglesia quiere reafirmar la necesidad de reflexionar sobre la verdad, como también a los teólogos y filósofos les corresponde el deber de investigar sobre los diversos aspectos de la verdad.

La exigencia de una base sobre la cual construir la existencia personal y social se siente de modo notable sobre todo cuando se está obligado a constatar el carácter parcial de propuestas que elevan lo efímero al rango de valor creando ilusiones sobre la posibilidad de alcanzar el verdaderos sentido de la existencia.

La filosofía que tiene la responsabilidad de formar el pensamiento y la cultura por medio de la llamada continua a la búsqueda de lo verdadero, debe recuperar con fuerza su vocación originaria.

Filosofía del siglo XX

El primer tercio del siglo xx: la floración de las corrientes de pensamiento

La situación del pensamiento filosófico en los inicios del siglo XX puede considerarse desde un doble punto de vista:

• Como resultado de una crisis intensa de los sistemas que habían predominado a lo largo del siglo XIX
• Un estado de gran fecundidad motivada por la urgencia de superar la anterior situación de crisis

Ha de tenerse en cuenta que primero, el positivismo filosófico y, después, el científico, habían desautorizado profundamente los planteamientos inmanentistas y el apriorismo.

El vitalismo, la fenomenología y la teoría de los valores

Estas tres corrientes se oponen a los principios filosóficos que subyacen en el positivismo científico y muestran un alto grado de desconfianza hacia el modo de entender seguido por las distintas corrientes de la filosofía idealista. De ahí que todas ellas busquen también nuevas formas de captar la realidad del ser.

El termino vitalismo abarca una pluralidad de significados, pero en todos ellos hay un elemento que destaca, ese elemento, idea o principio de la vida, se utiliza para realizar sus características específicas, consideradas completamente distintas e irreductibles a la materia.

La principal aportación del vitalismo se halla en el mecanismo propuesto para la captación del ser, la intuición como conocimiento directo del objeto que se desvela a y en el sujeto cognoscente. De esta manera el vitalismo asume y desarrolla la idea del modo distinto de conocer las ciencias de la naturaleza.

En la fenomenología, aparece Edmund Husserl, filósofo que elabora sus fundamentos y desarrolla una menta de pensar con lo que delimita las características del pensamiento filosófico y establece su distinción especifica del pensamiento científico. Se propuso hallar unos fundamentos sólidos para el pensamiento filosófico y establecer la relación con el positivismo científico.

La fenomenología ofrece dos aspectos diferentes:

• Metodológico: se intenta asentar las bases para alcanzar el verdadero conocimiento.
•  Propiamente filosófico: se analizan los fenómenos puros de la conciencia y se descubre la entidad del sujeto pensante.

El termino fenomenología equivale a la captación de los fenómenos puros que aparecen en la conciencia; se trata de un conocimiento directo, intuitivo, de las ideas puras que se manifiestan en la conciencia.

Husserl desvela el concepto por el cual el sujeto capta directamente el objeto puro que se le manifiesta. Para ello, el filósofo acuña otros dos conceptos:

• Epoché: suspensión del juicio o la no definición de un objeto hasta la captación de su esencia.
• Reducción: delimita el procedimiento a seguir hasta la aprehensión

La teoría de los valores es  una tendencia filosófica que haya asimismo su espacio en el contacto intelectual que se está tratando. En las corrientes filosóficas ejerce una función primordial en la fundamentación del conocimiento, aunque también presenta implicaciones sobre la acción moral campo que se convierte en el objeto de la consideración preferente a la teoría de los valores.

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