Filosofía en la educación escolar chilena

En el documento “Filosofía en la educación escolar chilena” que el Ministerio de Educación de Chile (MINEDUC) confeccionara el año 2004 en respuesta a los cuestionamientos de la Red de Profesores de Filosofía de Chile (REPROFICH) sobre la propuesta de una disminución y casi ausencia de horas de filosofía para la educación media (equivalente a 3º y 4º de la ESO y el Bachillerato), el MINEDUC propone dos formas de entender y evaluar la utilidad y pertinencia de la filosofía en el currículum de dichas etapas. Para el ministerio, en una primera acepción

la filosofía es un cuerpo de conocimientos constituido por obras e ideas filosóficas, que son un gran legado cultural-histórico. El objetivo de la enseñanza de la filosofía, desde esta perspectiva, es familiarizar a los jóvenes con este cuerpo de conocimientos, permanentemente vigente por su misma naturaleza.

Desde esta perspectiva, la pertinencia del estudio de la filosofía dentro del currículum debe evaluarse desde la comparación con la pertinencia y el valor de otros saberes, con los que se compite por los escasos recursos de tiempo, ya que “el currículum es por definición una selección de materias y contenidos.”

En una segunda acepción, la filosofía “se concibe más bien como un actuar o estar en el mundo de modo esencialmente indagatorio y explorador. Las preguntas ocupan un lugar privilegiado en este enfoque, y se presume que son susceptibles de variadas respuestas.” En este sentido la filosofía sería útil para promover una serie de habilidades y destrezas cognitivas como la capacidad de análisis, crítica y reflexión. Junto con esto, ayudaría al desarrollo de actitudes y valores relacionados con la ética y la convivencia como son la tolerancia y la resolución de conflictos a través de un diálogo constructivo y razonado. Desde este punto de vista, la pertinencia de la filosofía en el currículum debe evaluarse determinando

hasta qué punto estas destrezas y habilidades, actitudes y valores, son propias de esta asignatura o si son posibles de fomentar también desde otros sectores de aprendizaje o, en el mejor de los casos, por el currículum en su totalidad.

En la circunscripción de la filosofía a estas dos perspectivas, como muestra Fernando Longás, Director del Departamento de Filosofía de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, antiguo Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, se terminan clausurando ideológicamente el estudio de la filosofía en la Educación Media chilena. Como cuerpo de conocimientos, la filosofía no puede competir con las demandas que surgen de los saberes científico-técnicos, los que en definitiva, con una inversión de tiempo y medios significativa, capacitarán al estudiante para instalarse con ciertas ventajas en el mundo actual. Si se la concibe como ese modo indagatorio de estar en el mundo “la Filosofía adquiere la posibilidad

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