Hegel Método Dialéctico

Método Dialéctico

El método dialéctico consiste en afirmar que la verdad no surge de la identidad, sino de la oposición y aún de la contradicción. Si se establece una Tesis A, y ya analizada a fondo, dará lugar a su antítesis no-A. Para Hegel, de la oposición de dos términos surgirá un tercer término: la síntesis, en la cual A y no-A vendrán a reunirse y darán lugar a un nuevo concepto.

Lo que más importa es la presencia de la negación. La negación nos conduce a la afirmación de una síntesis enriquecida por la presencia de los dos contrarios.

Principio de la Lógica del Ser

La lógica de Hegel inicia con un examen del ser. La noción de ser se niega a sí misma y nos hace pasar a su opuesto: el no-ser. La tesis (ser) nos ha conducido a la antítesis (no ser) hasta llegar a la síntesis, que es el concepto del devenir. El devenir es el concepto de aquello que transita, pasa y se altera y, por lo tanto, implica ser y no-ser. Se precisan entonces dos nociones: la de progreso y la de enriquecimiento.

La síntesis tiene siempre mucho más contenido que la tesis o la antítesis. La filosofía de Hegel es como una vastísima sinfonía en la cual los motivos están ya contenidos desde un principio: una filosofía en la cual el desarrollo para llenar estos motivos de un contenido que es riqueza de espiritualidad.

Así, desenvuelve el tema único del universo. El universo es, para él, un paso constante de pobreza a riqueza, de ausencia a presencia. Habla de la identidad de todos los opuestos en un solo principio que podemos llamar el absoluto o Dios. Este concepto es el mismo y pobre concepto del ser enriquecido por las determinaciones de la naturaleza, del espíritu individual, de la historia, de la vida social, artes, religiones y del pensamiento filosófico.

Espíritu Subjetivo

En la evolución del espíritu subjetivo – evolución que no es una evolución natural sino una suerte de crecimiento interior – asistimos a la espiritualización del espíritu mismo. El nivel más elemental del espíritu humano es lo que Hegel llama “alma”, es decir, el espíritu como lo más alto del mundo natural y lo más bajo del nivel espiritual. El alma (relación alma-cuerpo) es un principio de vida más que un principio inmortal, y está atada en un mundo físico. El primer despertar ya medio consciente del alma se encuentra en la sensación y, todavía en un nivel más natural, en el sentimiento, y crece y progresa más cuando es conciencia.

Hegel concibe el espíritu como una síntesis del alma y de la conciencia y una realización más alta de ambas no ya en las posibilidades de reflexión, sino en la realidad de la misma: en la intuición, el recuerdo, imaginación, y en el espíritu libre. Hegel define la libertad como conciencia y no como capacidad de elección, es la “voluntad como inteligencia libre”.

Espíritu Objetivo

El espíritu objetivo está formado sucesivamente por el derecho, la moralidad y el Estado. Se entiende por espíritu objetivo la presencia del absoluto o Dios, en la historia limitada de los hombres.

Se manifiesta primero bajo la forma del derecho, donde se da el contrato social por el cual se renuncia al libertinaje individual y toma lugar la voluntad universal. La persona humana encuentra su realización libre y subjetiva en la moralidad.

Después sigue la moralidad, donde afirma que el verdadero sentido se encuentra en la familia, que es la más natural y menos espiritual; y la sociedad, donde se encuentran las personas que constituyen la familia.

Por fin, sigue el Estado, que es la realización más precisa y clara de la voluntad social. Para Hegel, la historia humana es la historia de los Estados, desde las sociedades más primitivas en el Estado germánico.

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