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Investigacion


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2013  •  3.020 Palabras (13 Páginas)  •  174 Visitas

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Capitulo 1.

Saber sobre las posesiones de espíritus paranormales hacia cuerpos de personas humanas es muy interesante. En la investigación sobre las posesiones espirituales ‘’exorcismos’’ nos da el significado de porque sucede, como puede extraerse ese mal espíritu que se encarna en una persona, como saber de qué no se trate de una enfermedad si no de alguna presencia maligna, cuales rezos son buenos para extraer esa presencia que le hace daño a la persona involucrada, etc.

Acción sobrenatural de expulsión, realizada contra una fuerza maligna, utilizando un método religioso para expulsar, sacar o apartar a dicho ente de la persona u objeto que se encuentra poseído por la entidad maligna (ver, como ejemplo, posesión demoníaca). Estos entes, dependiendo de las creencias de los implicados, pueden ser demonios, espíritus, brujos, etc.

El ser maligno o posesión que tiene una persona puede expulsarse con rezos, agua bendita, siempre y cuando estas expulsiones las hagan personas preparadas y autorizadas como lo son los padres o sacerdotes.

Cuando la sanación se realiza en la dimensión espiritual es porque se considera la enfermedad del cuerpo como un reflejo de la enfermedad del alma, en muchos casos producida por algún maligno espíritu que se intentará expulsar de la víctima enfermiza.

El exorcismo puede ocurrir en cualquier lugar, aunque este no se da a la luz solo, el solo se presencia cuando empiezan a rezar, y ese tipo de acciones que para el son una burla, así es como él se da a la luz, una vez dado a la luz lo único que se debe de hacer es combatirlo.

Los espíritus malignos se pueden encarnar en una persona cuando esta tiene contacto con el cómo en juegos, videos, películas, libros, etc. Un ejemplo de un juego es la guija ya que esta tiene contacto con el diablo y el diablo es quien atrae a todos esos malos espíritus

Hacer un ritual de un exorcismo sirve para expulsar la encarnación de algún espíritu paranormal que está dentro de una persona, estos solo pueden ser realizados por personas autorizadas como sacerdotes, ya que si lo practica una persona no autorizada y que no está experimentada puede llegar a asesinar a la persona afectada.

Por otra parte los demonios también poseen a personas religiosas aquellas personas que nunca han tenido contacto con el mal ya que para los demonios es como un desafió poseen a la persona precisamente porque esa persona siempre va con Dios los hechizos y personas satánicas influyen también mucho es eso ya están en permanente contacto con demonios

Muchas veces se cree que el demonio entro en una persona cuando puede que en realidad no sea así simplemente es algo psicológico o también debemos de tener en cuenta si la persona no estuvo llamando o jugando con espíritus en el caso del exorcismo tenemos el más conocido de Anneliese Michelle.

OBJETIVOS

En esta catequesis quisiera poner ante sus ojos la realidad de lo sobrenatural, su posibilidad y en su caso, quién la causa. Espero en Dios, que esto pueda poner, por un lado, paz en sus corazones, pero por otro ponerlos en guardia, sea de los charlatanes, como de la multiforme acción del demonio que busca nuestra infelicidad, y si le fuera posible nuestra perdición eterna.

Es común escuchar personas que dicen: “le hicieron un trabajito”. Esto se refiere precisamente a esta forma de actuar del demonio sobre terceras personas, las cuales pueden verse afectadas gravemente por enfermedades y desgracias que no encuentran ninguna explicación científico ni normal.

Uno de los objetivos que se espera al realizar un exorcismo es que la persona quede totalmente liberada del ser maligno que se a apoderado de ella o el, también que la persona logre salir con bien y que el espíritu no regrese a su cuerpo ni a ninguna persona que este presente en donde se realice el exorcismo.

• Creencia: Estado de la mente en el que un individuo tiene como verdadero el conocimiento o la experiencia que tiene acerca de un suceso o cosa

• Religión: La religión es una actividad humana que suele abarcar creencias y prácticas sobre cuestiones de tipo existencial, moral y sobrenatural.

• Diablo: Ser maligno.

• Espíritu: Algo que es invisible a la vista humana y que da indicación de fuerza en movimiento.

• Exorcismo: Acción sobrenatural de expulsión, realizada contra una fuerza maligna, utilizando un método religioso para expulsar, sacar o apartar a dicho ente de la persona u objeto que se encuentra poseído por la entidad maligna.

• Víctima: Ser viviente sacrificado o destinado al sacrificio.

• Ouija: La güija u ouija es un tablero dotado de letras y números con el que supuestamente se puede entablar contacto con los espíritus de los difuntos.

• Iglesia: El sustantivo posee una doble herencia de significado en la Biblia: Y otros gritaban otra cosa; porque la iglesia estaba confusa, y la mayoría no sabía por qué se habían reunido.

• Religión: La religión es una actividad humana que suele abarcar creencias y prácticas sobre cuestiones de tipo existencial, moral y sobrenatural.

• Sacerdote: Persona que se dedica profesionalmente, en exclusiva o a tiempo compartido, a realizar actos de intermediación entre los miembros de una comunidad religiosa y la divinidad a la que estos adoren.

EL EXORCISMO

Capítulo 2.

Cuando la sanación se realiza en la dimensión espiritual es porque se considera la enfermedad del cuerpo como un reflejo de la enfermedad del alma, en muchos casos producida por algún maligno espíritu que se intentará expulsar de la víctima enfermiza. Sanaciones que se están haciendo muy populares por realizarse a menudo en agrupaciones, con gran alboroto emocional, durante los rituales religiosos que las acogen. El principal cuidado que hemos de tener, si hemos escogido este tipo de sanación, es en las etapas previas a la curación, cuando se nos está diagnosticando el mal que tenemos; porque como se nos diagnostique que nuestra enfermedad es producida por un terrible demonio, es posible que al sacarlo de nuestro cuerpo nos saquen también a nosotros. Se están dando casos de exorcismos realizados por “sanadores” con resultado de la muerte del paciente. Auténticas carnicerías, baños de sangre realizados por chapuzas exorcistas, que destrozan el cuerpo del paciente al hurgar brutalmente en él en busca de un demonio que probablemente ni existe.

Toda secta achaca sus males a las fuerzas maléficas del inframundo. Idea muy peligrosa cuando se cree que esas fuerzas están encarnadas en algún individuo o grupo de individuos, pues se emprenderá una guerra santa contra ellos. También es típico que las sectas se mantengan en una lucha constante contra los estamentos sociales que ostentan el poder calificándolos de demoniacos, incluso países con cierta tradición religiosa pueden emprender una guerra contra otros países de diferentes creencias por considerarlos nidos de fuerzas satánicas. Estas actitudes agresivas son muy peligrosas, han sido siempre la causa de terribles guerras. Y, como todavía la ideología exorcista continúa vigente en los ambientes espirituales de los países desarrollados, su peligrosidad permanece, porque, aunque nuestras leyes y sistema policial ya no permitan guerras santas entre grupos, sí que se permite la sanación de cariz exorcista practicada por aquellos sanadores que creen que esas fuerzas o esos demonios se han encarnado en una persona. Lo que permite iniciar terribles procesos de exorcismo que en ocasiones han terminado matando a la persona afectada.

Cierto es que los casos extremos con resultado de muerte se dan en contadas ocasiones, pero no está de más no bajar la guardia si estamos llevando a efecto algún tipo de terapia espiritual con connotaciones exorcistas. Si nos hemos metido en un proceso de curación semejante y vemos que están desarrollándose los acontecimientos como acabo de exponer, antes de llegar al fatídico final, hay que abandonar la trágica terapia. Y si la persona o personas que nos están tratando insisten en sacarnos el mal del cuerpo en contra de nuestra voluntad, no se debe dudar ni un momento en acudir a la policía. Más vale vivir con un demonio a cuestas que no vivir; porque lo más probable es que el demonio no exista sino en la mente de aquellos que lo necesitan para seguir manteniendo su profesión de sanadores exorcistas.

Cuando un personaje o personajes se escenifican en la realidad virtual espiritual de una religión u otra vía espiritual es porque, habitualmente, les da cuerpo algún tipo de fuerza psíquica o situación especial muy humana. Podríamos decir que el dios benevolente que reina en nuestra civilización encarna ciertas fuerzas positivas del hombre, y el demonio fuerzas negativas. El exorcismo se produce cuando estas dos fuerzas opuestas del hombre se encuentran, y las fuerzas del bien intentan imponerse a las fuerzas del mal. Entonces se produce una resistencia al cambio. Los seres humanos tenemos aspectos del bien y del mal en nuestro interior en un equilibrio inestable, en pugna constante. Cuando una persona se sumerge en una experiencia de lo sagrado, si lo hace bruscamente, sin seguir un proceso lo suficientemente lento como para asimilarlo con naturalidad, vivirá una crisis de rechazo hacia el nuevo estado interior, que incluso podrá ser convulsiva. Entonces tendremos lo que llamamos un exorcismo.

En este estudio estamos denunciando el error que supone creer que son reales los personajes o fuerzas espirituales, pero no los estamos considerando creaciones banales de la mente humana, como ocurre muy a menudo, incluso por algunos profesionales de la psicología, que llegan a afirmar que tanto dios como el diablo son creaciones de la imaginación del hombre para quitarse culpas y eludir responsabilidades, sin más consecuencias.

Nosotros nos inclinamos por pensar que los personajes de las realidades virtuales espirituales son producidos por impulsos psicológicos muy profundos y muy reales, no por banales caprichos de fantasía. El que no hayamos llegado todavía a conocerlos en profundidad, no nos da derecho a negar la realidad que esconden. Sabemos que el dios del rayo fue una creación de la mente religiosa del hombre prehistórico; pero, aunque el rayo no sea un dios, continúa achicharrando a todo el que le cae encima.

Nuestro desarrollo científico nos ha permitido reconocer que las propiedades místicas, que nuestros antiguos atribuían al dios del rayo, no son sino producto de su ignorante imaginación calenturienta; sin embargo, las propiedades físicas continúan vigentes, y continuarán siéndolo mientras sigan cayendo rayos sobre la tierra. Con esto quiero decir que tras cada creación de entidad o circunstancia de los mundos virtuales espirituales, se esconde una realidad que no podemos ignorar aunque no la hayamos reconocido científicamente. A mi entender, está más cerca de la verdad aquel que cree en dios o en el diablo que quienes piensan que tras ellos no hay nada. A estas entidades virtuales las han creado unas pulsaciones psicológicas o espirituales de indudable fuerza e importancia. Que no las conozcamos científicamente, no quiere decir que no existan. Estamos de acuerdo en que las realidades virtuales espirituales y sus personajes son creaciones de la mente humana, ¿pero qué hay detrás de esas creaciones?, ¿qué impulsos psicológicos les dan vida?

No hay otra forma de responderse a estas preguntas que reconociendo las vivencias espirituales puras. Algo que podemos conseguir observando cómo se produce en nosotros el proceso de atribuírselas a diferentes personajes o a diversas características de los mundos espirituales.

Este análisis comparativo, antiguamente, no era apenas posible llevarlo a efecto, pues las personas espirituales, no tenían otra opción de desarrollar su espiritualidad que en la religión dominante del país donde hubieran nacido. Pero, en la actualidad, una persona puede obtener vivencias religiosas semejantes en el seno de diferentes credos, lo que le permite separar por un lado la misma vivencia de lo sagrado y por otro lado las distintas creencias religiosas que la envuelven. Algo que nos permite comprobar que una misma vivencia puede estar representada virtualmente de muchas formas en las diferentes realidades virtuales espirituales que puedan existir. Lo que nos hace sospechar que la vivencia es algo real, mientras que la creencia en el personaje, o circunstancia virtual donde podemos asentarla, son creaciones de la mente, pues varían de una realidad virtual a otra, según la religión o vía espiritual que estemos siguiendo.

Y como hemos sido capaces de llegar a conocer la auténtica naturaleza del rayo y a descartar todas las falsas elucubraciones mentales que el hombre antiguo hacía sobre él, quizás algún día seamos capaces de llegar a conocer la auténtica naturaleza tanto de dios como del diablo, después de descartar todas las abundantes y falsas elucubraciones mentales que el hombre ha hecho siempre sobre ellos.

A las personas que nos ha tocado experimentar a dios y al diablo, en diferentes métodos de realización espiritual o religiones, nos cuesta menos separar la experiencia de la creencia que a las personas que se mantienen en una creencia de por vida. He llegado a conocer tantas personificaciones de manifestaciones divinas y demoníacas que, ya instintivamente, no les doy gran importancia a estos personajes virtuales, mi interés se centra en la esencia que ellos representan y transmiten, y en nuestra capacidad de gozar lo divino o en nuestra fatalidad de sufrir lo demoníaco.

El exorcismo es el resultado del choque de estas dos tendencias humanas opuestas entre sí. A medida que seamos capaces de observarlas en esencia, y de controlar su manifestación en nosotros, irá desapareciendo la teatralidad dramática que habitualmente envuelve a este tipo de sanaciones. Existen vías de realización espiritual y maestros o gurús que son capaces de enseñarte a sumergirte en lo sagrado sin necesidad de desmayos, ni de ataques epilépticos. Su capacidad de iniciarte en el conocimiento de lo divino es de suficiente calidad como para que en el seno de su enseñanza no se produzcan extraños aspavientos sensacionalistas de grandes exorcismos.

Un exorcismo es también consecuencia de un elevado grado de relajación conseguido de forma excesivamente rápida que la paz divina puede producir en el individuo que la experimenta. Como comenté en el capítulo de la relajación, relajarse es liberar las tensiones inconscientes y los impulsos psicológicos que las produjeron. Toda vivencia intensa de lo sagrado implica una profunda paz, una profunda relajación, de esta forma nos liberamos de todo aquello que no aceptamos de nosotros, abrimos la caja de Pandora, y los impulsos psicológicos reprimidos que generan las tensiones inconscientes pueden tomar forma en las realidades virtuales espirituales en forma de demonios, que al expulsarlos tan rápidamente de nuestro cuerpo armarán la marimorena.

Si la paz divina experimentada es de suficiente calidad, penetrará en nosotros progresivamente y podremos asimilarla, a la vez que nos ayudará a integrar todo lo reprimido que desprende de nosotros, sin producirnos las escandalosas crisis típicas del exorcismo muy difíciles de digerir.

Muchas personas han escogido el exorcismo como sanación por el sensacionalismo que encierra. Las indudables fuerzas esotéricas, que se manifiestan durante un exorcismo, alimentan la fe en aquellos creyentes que se dejan deslumbrar por las convulsiones físicas que puede producir el impacto de lo sagrado arrojado violentamente sobre los individuos.

El ritual de exorcismo incluye la repetición continua de oraciones y órdenes de expulsión, y el uso de objetos que pueden repeler al ente, en este caso un demonio, como crucifijos, agua bendita, reliquias, entre otros.

En los primeros siglos no existían fórmulas precisas para exorcizar, aunque sí el carisma de expulsar demonios, el cual era usado por los apologistas cristianos para mostrar la divinidad del cristianismo, por ejemplo Tertuliano o Minucio Félix

El primer libro con fórmulas de exorcismo es el Statua Ecclesiæ Latinæ a fines del año 500, surge así una literatura exorcista con libros como el Malleus Maleficarum de 1494 (J. Sprengurus) el Flagellum Dæmonum de 1606 (V. Polidorus), Manuale Exorcistarum (C. Brognolus) 1720.

Según el artículo del Catecismo de la Iglesia Católica #1673:

‘’Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo practicó (cf. Mc 1:25s), de Él tiene la Iglesia el poder y el oficio de exorcizar. (cf. Mc 3:15; 6:7,13; 16:17). En forma simple, el exorcismo tiene lugar en la celebración del Bautismo. El exorcismo solemne sólo puede ser practicado por un obispo o un sacerdote con el permiso del obispo. En estos casos es preciso proceder con prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas por la Iglesia. El exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia Muy distinto es el caso de las enfermedades, sobre todo psíquicas, cuyo cuidado pertenece a la ciencia médica. Por tanto, es importante asegurarse, antes de celebrar el exorcismo, de que se trata de una presencia del Maligno y no de una enfermedad. ’’

Principales criterios para el correcto discernimiento de posesión diabólica según el nuevo ritual

Habiendo sido descartada una anomalía psíquica, ya sea patológica o paranormal, suelen considerarse signos de posesión diabólica: La aversión vehemente hacia Dios, la Virgen, los Santos, la cruz y las imágenes sagradas.

Además, dependiendo del fin bueno o dañino para el cual las emplea, se podrá discernir si las siguientes producciones de la persona investigada, son dones de Dios, o signos de posesión:

El hablar con muchas palabras de lenguas desconocidas o entenderlas.

Hacer presentes cosas distantes o escondidas.

Demostrar más fuerzas de lo normal.

Para la práctica del exorcismo es necesaria la autorización del obispo, que puede ser concedida vez por vez para cada caso específico o de manera general y permanente al sacerdote que ejerce el ministerio de exorcista en la diócesis.

Los sacerdotes de la Iglesia católica para la realización del exorcismo lo hacen bajo lo estipulado en el Ritual romano. Actualmente se debería utilizar la versión aprobada por el Sumo Pontífice en enero de 1999.

Entre los más destacados exorcistas católicos contemporáneos se destacan Gabriele Amorth y José Antonio Fortea Cucurull.

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