JEAN-JACQUES ROUSSEAU

UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO                                                  Profesor. Rubén serrano peña  EMPRESARIAL Y PEDAGÓGICO                                                                    Rivera Perez Ana PATRICIA UNAMDEREC11810[pic 1]

                                                                 Derechos humanos                                                                                                                                         

JEAN-JACQUES ROUSSEAU

[1712-1778]

Introducción

Rousseau plantea el problema político en una forma más radical, y así mismo sugiere el principio revolucionario de que casi todos los regímenes existentes son ilegítimos, Se cuestiona por qué el hombre vive encadenado si nació libre, como la sociedad encadena al hombre con leyes, trata de aclarar cuál es la auténtica naturaleza del hombre y, sobre esto, definir las condiciones de un buen orden político, el pensamiento de Rousseau tiende a ser contradictorio  pero es notablemente coherente, y sus contradicciones reflejan las contradicciones que hay en la naturaleza de las cosas. Rousseau se propuso aclarar el significado de la teoría y la práctica modernas, y al hacerlo sacó a luz consecuencias radicales de modernidad de las que los hombres no tenían conciencia entonces.                                                                                                                              

El pensamiento de Rousseau   es firmemente antimoderno y su ofensiva se dirige principalmente contra los teóricos del contrato social pero también, y quizás aún más decisivamente, contra Maquiavelo. La ley natural moderna habría perdido de vista el verdadero fin de la política y la justicia al desconectar al hombre de su fin natural; En Locke y Hobbes siempre hay una obligación una ley natural, en la perspectiva donde el estado de la naturaleza reemplaza, al menos se renueva sustancialmente el concepto clásico de la naturaleza humana; donde las causas mecánicas alejaron las causas finales. La ley natural moderna ya no tiende a la excelencia de una naturaleza humana trascendente que ya pretendía ser política; sino que, en mayor medida, exhuma las leyes que establecen la transición de un estado prepo lítico a uno político (Estado político).

La crisis de la modernidad es un paso intermedio entre una ley natural clásica distorsionada por la ley natural moderna y una delicuescencia total del pensamiento político de ahí el derecho natural, cualquiera que sea su significado; delicuescencia o final puro y simple del pensamiento político marcado por el advenimiento pernicioso de nuevas teorías sobre las cuales el agente descansa en el rechazo radical de una materia teórica  normativa entre lo real y lo ideal, entre lo que es y lo que debe ser. Las dos partes de este estado científico "pospositivo" son el historicismo y el positivismo. El historicismo hace de la historia, el proceso histórico como tal, la razón suficiente para todas las teorías políticas: la historia para sus propios fines y el hombre está condenado a nunca ir más allá de la realidad pura presente "  Cada comprensión, cada conocimiento implica un marco de referencia, un horizonte, una visión general en la que está situado y fuera del cual cualquier , observación, referencia es imposible; La visión de la totalidad no puede ser apoyada por el razonamiento, ya que es la base de todo razonamiento. ". El positivismo, por otro lado, se basa en la diferencia entre hecho y valor; los valores no provienen del hecho científico sino de una simple elección; Puede haber un sistema de valores transhistóricos, pero escapa al conocimiento racional.

Rousseau, encarna esta etapa intermedia de la modernidad en crisis. Si bien es fácil ver en el tradicionalismo las premisas de un historicismo progresivo su concepción singular del estado de la naturaleza y el contrato social, pretende, de hecho, dinamizar aún más que sus predecesores (Hobbes y Locke) la pareja para ser / debe ser, reduciendo, por un lado, la ley natural de la libertad y, por otro lado, del estado de naturaleza, un estado prehumano y no simplemente pre-social (Hobbes) o pre-político (Locke). Rousseau habría iniciado desde muy lejos, preparando el terreno, el relativismo historicista y positivista.

Rousseau arraigó, como Hobbes, la ley natural en principios anteriores a la razón, "en otras palabras, en pasiones que no necesitan ser específicamente humanas ". El fundamento de la justicia se deriva de estar en lo más primitivo: el deber de ser injertado en una base instintiva y una libertad radical (que Strauss llama licencia: “la licencia es hacer qué la libertad consiste en hacer de una manera justa lo que es bueno, y nuestro conocimiento del bien debe provenir de un principio superior, debe venir de arriba “). Entonces como fundamentalmente peligroso en el pensamiento de Rousseau es la idea moderna de libertad entendida como el hecho de no tener una "naturaleza humana" o, para usar la frase, de no ser " inicialmente nada “. Esta crítica también se aplica a Hobbes, pero en menor medida. De hecho, Hobbes anula la licencia hostil del estado de naturaleza al identificar el contrato social con una transferencia de poder y conferir así al Leviatán el alcance total de los poderes atomizados. El estado de cosas hobbesiano, para remediar su naturaleza fundamentalmente beligerante, requiere que los individuos sean liberados de su derecho natural en el sentido de libertad natural o el poder de actuar para preservarse, por lo tanto, de la licencia. Leviatán simboliza, de cierta manera, una ruptura con el estado de naturaleza anterior.

En Rousseau la situación cambia. El hombre ya no es malo por naturaleza sin llegar a ser originalmente bueno, y esto por una simple razón: Rousseau ya no describe al hombre estrictamente hablando sino al salvaje, el (subhumano), sin ningún logotipo: "El hombre es bueno por naturaleza porque es por naturaleza este ser subhumano capaz de volverse bueno o malo ". Para Hobbes, el hombre pre-social ya es un ser dotado de razón y el contrato social deriva de un abandono razonable de su libertad el mejor uso que el hombre hobbesiano puede hacer de su libertad vinculado a una necesidad esencial; El estado de naturaleza obliga necesariamente a los hombres a abandonarlo. Leo Strauss culpa a Rousseau por haber acentuado aún más los rasgos de una causalidad mecánica al reducir la transición del estado de naturaleza al estado político a una " serie de accidentes naturales “: El estado civilizado sería un mero evento fortuito. Rousseau, al sugerir que los orígenes del hombre no tienen rasgos humanos, parece reconocer “lo que caracteriza al ser humano no es el don de la naturaleza sino el resultado de lo que el hombre ha hecho o se ha visto obligado a hacer para superar o cambiar la naturaleza: la humanidad del hombre es fruto de la evolución histórica “. Sin embargo, debemos evitar esta tesis ya que el filósofo del contrato social vio bien que una evolución histórica, en esencia accidental, “no puede proporcionar al hombre estándar y que, si tiene un propósito oculto, su propósito no se puede reconocer si no hay un líder que trascienda la historia “; en otras palabras, “no es el conocimiento de esta evolución histórica sino el del derecho público real lo que proporciona al hombre el verdadero estándar. ". Desde el momento en que Leo Strauss admite que el estado de naturaleza de Rousseau tiene un doble significado, es decir " que describe no solo la condición original del hombre, sino también un estándar positivo. y, como tal, Rousseau aún mantiene la idea de lo que debe ser “, por lo tanto, su crítica solo puede relacionarse con la calidad de este deber o norma"   o, más precisamente, con el hecho de que es puramente "formal", puramente humano y no sustancial u "objetivo “.

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