James Henry.(1888.) Los papeles de Aspern

James Henry.(1888.) Los papeles de Aspern. Reino Unido: The Atlantic Monthly

Henry James nació el 15 de Abril de 1843 en Nueva York y murió el 28 de Febrero de 1916 en la Ciudad de Londres. Fue un escritor y crítico estadounidense, aunque viviendo tantos años en Europa se nacionalizó inglés casi al llegar a su muerte. Su corriente literaria, aunque no está bien definida, en muchos de sus versos se puede apreciar el Barroco. La novela corta “Los papeles de Aspern”, una de las obras más importantes de este autor, se divide por pequeños capítulos enumerados, en los cuales relata el personaje principal, el paso del tiempo a través de su viaje y estancia en Venecia, indagando para conseguir unos papeles sumamente valiosos que pertenecían a uno de los más grandes poetas de ya hacía, 100 años.

Esta novela corta abarca como tema principal la investigación literaria, indagación, y un cierto amor no correspondido que hace un giro inesperado a la trama y termina en penumbra.

La obra comienza con un crítico literario que viaja a Venecia para buscar unos papeles de un famoso poeta de hacía ya 100 años, llamado Jeffrey Aspern, que ya varios críticos antes, habían intentado conseguir por lo valioso de las memorias de aquél escritor. En estos papeles contenía cartas de amor principalmente que iban dirigidas a la Señorita Juliana Bordereau. Él decide que la mejor forma de conseguir estos papeles es entrar a la casa donde ella vivía, así que logró su propósito (presentándose con un nombre falso para no ser identificado) con el pretexto de que aquél jardín y aquella vista que lograba la casa, eran perfectas para poderse hospedar durante su estancia en Venecia. La señorita Bordereau, aprovechando esta situación y viendo el porvenir de su amada sobrina, la señorita Tita, aceptó la oferta de que él se quedara hospedado unos meses en aquella casa,  por una suma muy elevada de dinero. El crítico aceptó sin tener otra opción, y con el tiempo, para ganarse la empatía de las dos señoritas, comenzó a arreglar aquellos jardínes ya sin vida, y al cabo de 3 meses, al fin, la señorita Tita decidió comenzar a conversar con él, dándole una gran confianza, casi como si fueran amigos de hacía ya, varios años. El personaje principal, entre la desesperación y la empatía que comenzaba a tener por parte de Tita, decide, poco a poco, revelarle ciertas verdades que tenía en su mente, como la búsqueda e importancia en los papeles que Aspern había dejado, sólo mencionándolas al principio como datos curiosos y pertenecientes a su profesión. Él comienza a acercarse a la sobrina de Juliana como muy buenos amigos y la Señorita Bordereau, viendo estos hechos y temiendo el joven se vaya quitando sus ingresos de la renta, decide comenzar a mostrarle empatía y confianza invitándolo a que la visitara a su cuarto de vez en cuando, aunque en todo momento a Bordereau se la ve distante y sospechando de las verdaderas intenciones del crítico. Un día, Juliana Bordereau decide salir del cuarto por mero capricho, para postrarse frente a una ventana en la planta baja de la casa, que daba directamente al jardín, donde el crítico permanecía todos los días. Este quería hablar con ella y ella con él, así que coincidió justo el momento. Juliana le ofreció venderle un retrato del difunto Aspern, al parecer en edad joven, cosa que valía mucho porque todos los retratos que existían de aquel poeta, eran a una edad madura. El crítico estaba dispuesto a pagar lo que pidiera aquella señora por el retrato para emitirle más confianza y porque realmente quería ese retrato valioso, esto extasió a la señora, a tal grado que al subirla al cuarto y aún excitada por aquella noticia de la suma, exagerada debo decir, de dinero, su salud empeoró y tuvieron que llamar al doctor. Afortunadamente Juliana Bordereau mejoró mucho de salud. El crítico aprovechó la salud delicada de Juliana para irrumpir en su cuarto y robarse aquellos papeles, pero en su intento, Bordereau lo descubrió y con tono incriminatorio y furioso, lo echó del cuarto. Sintiéndose apenado el crítico por lo acontecido, decidió irse sólo unos días, porque le parecía era una grosería para la señorita Tita el desaparecer completamente, y en ese asueto recibió la noticia que la señorita Juliana Bordereau había fallecido. Fue rápidamente a la casa para poder cortejar a Tita en un momento tan complicado para ella, que descubrió que la sobrina lo quería como esposo a lo cual, con sus acciones y sus palabras, él respondió que no. Al siguiente día y a punto de retirarse se re-encontró con la Señorita Tita y ella, le dijo que había quemado los papeles del señor Jeffrey Aspern, uno por uno y que no había sobrado nada, igual que no quería volver a ver al crítico. Transtornado por aquellas palabras, el crítico decidió huir lejos de Venecia y regresar a los Estados Unidos dónde aún guarda el retrato del Señor Jeffrey y le entra un coraje sumamente grande al verlo y recordar aquella ocasión.

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