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Justificacion Del Estado

raul1234598765 de Marzo de 2014

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Justificación del Estado: conceptos y análisis doctrinal. Desarrollo temático de Carlos Fayt. El Problema de la Justificación del poder y las doctrinas tradicionales y actuales

El problema de la justificación del poder implica el examen racional de porque manda el que manda y porque obedece quien obedece, a fin de determinar porque los seres humanos deben dedicar una parte de su actividad y sujetar su conducta a la acción del poder en el Estado. En relación con este problema se encuentran las cuestiones de la finalidad de la organización politica y la legitimidad de la autoridad como encarnación del poder en el estado. Estas cuestiones están todas implícitas en el problema de la justificación del poder, tema dominante en la Teoría del Estado, por la cuestión de la necesidad de fundamentar racionalmente el poder político, porque este se nutre y existe en función de su justificación. Es claro que resulta indispensable para este poder tanto en lo espacial como en lo personal sus caracteres de dominante e irresistible y el aspectoteleológico, si se quiere, que es su finalidad respecto de la realización del orden social, acreditar las razones de la dominación que ejerce y de la obediencia que imperativamente exige. En la forma politica moderna dicha respuesta se expresa en términos jurídicos el elemento modal de laestructura es la dominación legal, en virtud de lo cual el poder se transforma en un poder jurídico, cuya existencia se justifica como intermediario y ejecutor e interprete de la idea de derecho que tiene una comunidad determinada en un momento dado de su vida, conforme al modelo ideológico imperante de dicha comunidad o el sistema de creencias y valores que en este ordenamiento influya.

La doctrina actual se orienta a justificar el poder:

-Por su función.

-Por el derecho.

-Por la obediencia.

Al lado de dichas doctrinas encontramos a las tradicionales:

-Doctrina religiosa.

-Doctrina de la fuerza.

-Doctrinas jurídicas.

-Desarrollo de la doctrina psicológico moral.

Pero aún más tenemos a las doctrinas negativas de las anteriores (positivas): Consideran al poder como la negación más flagrante y completa de la humanidad, que quiebra la solidaridad universal entre los hombres y asegura el dominio de unos pocos por sobre los demás. Ven en el poder un elemento explotador y violento, como una mistificación de la violencia y la explotación del hombre por el hombre:

-Marxismo.

-Anarquismo.

1)Doctrina actual(desarrollo):

-Por su función.

-Por el derecho.

-Por la obediencia

a)La Justificación del poder por su función (Laski): esta función radica en la satisfacción de las demandas y requerimientos sociales. En su realidad, el Estado nos presenta siempre el espectáculo de un gran número de hombres obedeciendo a un pequeño número de otros hombres, que formulan leyes obligatoriamente impuestas, no por ser buenas o justas, o sabias, sino por la única razón de haber sido establecidas y sancionadas por ellos en nombre del Estado. Agrade o no la ley todos están obligados a obedecerla, so pena de castigo que la autoridad tiene en sus manos. Siempre en el seno de una comunidad nacional, una minoría participa en la conservación y formación del Estado, y el resto de los ciudadanos, obligados por grado o por fuerza a cumplir las reglas sociales, obedece por habitualidad psicológica. La autoridad de un Estado depende de que pueda asegurar y realizar un orden social deseable. La posibilidad del poder de satisfacer los imperativos sociales condiciona su existencia. Cuando una demanda social se torna imperativa, actúa hasta convertirse en regla social obligatoria. Entre los motivos fundamentales de los gobernantes se encuentran los de índole económica. Desde un punto de vista puede considerarse como regla general la de que el carácter de un Estado determinado sea una función del sistema económico que prevalezca en la sociedad en que dicho Estado rige. Cualquier sistema social se revela como una lucha por el dominio del poder económico. Entonces el modo de como esta distribuido el poder económico en un tiempo y lugar determinado, imprimirá su carácter a los imperativos legales. El orden enmascara un interés económico dominante que se asegura el beneficio de la autoridad politica. El Estado cuando actúa, no busca deliberadamente la justicia en general, sino el interés en el sentido más amplio, de la clase dominante de la sociedad.

Esto implica que la exclusión de la propiedad importa una exclusión del poder. Esta circunstancia se acentúa en los Estados que tienen como forma y régimen de gobierno a la democracia. Lo cierto es que en realidad los pobres desconocen el poder que poseen , no tienen conciencia de la posesión del poder , ignoran el mecanismo de la organización y apenas se dan cuenta de lo que pueden conseguir organizando sus intereses, desenvolviendo su existencia bajo una sensación de interioridad, en relación de dependencia perpetua a órdenes, sin posibilidad de adquirir hábitos de mando yconfundiendo “las instituciones que han heredado con los cimientos de la sociedad”. De este modo el Estado se presenta dentro de esta consideración unilateral , como un sistema de fuerzas cuya situación varia según cómo este distribuido el poder económico…Pero ¿Porqué las reglas del Estado merecen obediencia? ¿Qué razón justifica la existencia del poder? En la politica no hay leyes naturales. No se puede colocar al poder fuera del ámbito humano, como pretenden las teorias religiosas o teológicas, o las que pretenden asimilar los procesos humanos a procesos cósmicos análogos a los de la naturaleza inanimada. De ahí que la única justificación posible del poder sea su función, es decir: “el poder sólo puede justificarse en los términos de lo que desee hacer”. “Su derecho a la obediencia debe estar cimentado en su poder de dar máximo carácter, a la respuesta de las demandas sociales. El poder del Estado se justifica por cuanto asegura, con el menor sacrificio posible, la máxima satisfacción de las necesidades humanas y la cualidad con la cual realiza esta función le da derecho a una obediencia más que puramente formal”.

Critica: Este criterio de hacer derivar la justificación del poder por su función, es decir por “lo que hace”, no nos proporciona más que de modo parcial su fundamentación racional. Visto así cualquier tipo de dominación estaría justificada siempre que asegure la satisfacción de las necesidades humanas con el menor sacrificio posible. Esto puede admitirse como válido para las sociedades rudimentarias. Pero no satisface los requerimientos de una sociedad evolucionada donde el área de conformidad sufre la presión por parte de las fuerzas disidentes o disconformes, las cuales asumen una representación anticipada del porvenir. Sobre todo si tenemos en cuenta que la forma politica moderna, se caracteriza por un conflicto permanente entre el poder establecido y las fuerzas políticas que luchan por sustituirlo para cambiar el orden y la estructura social. No hay dudas respecto de que la habilidad del poder para satisfacer las demandas hace a su estabilidad y permanencia, tampoco hay dudas respecto de que la fuerza de la tradición, con toda su carga de habitualidad psicológica, convierte al hombre en un ser políticamente inerte, inconsciente de su poder. Pero este hecho no basta para justificar la dominación que ejerce el poder, que en el Estado no actual no puede ser sino dominación jurídica.

La justificación del poder por el Derecho (Heller):

Parte de la base de que todo poder vive de su justificación, y que cada generación se plantea como necesidad psicológica, el problema de la justificación, sostiene que no puede fundamentarse en su función social. Esa función de organización y actuación de la cooperación social-territorial explica porque existe el Poder, pero no por qué debe existir. Es decir, una justificación no puede realizarse en virtud de que “el poder ha existido siempre” y ello es la razón por la cual debe seguir existiendo. “Toda explicación se refiere al pasado, toda justificación se refiere al futuro”, es decir que tenemos que explicar el pasado y justificar la permanencia de lo que queda aun en el presente y porque tiene proyección al futuro.

No puede decirse tampoco que algo sigue existiendo porque asegura el orden. Pero si se puede hacerlo en relación con el derecho con la función jurídica referida a una ordenación justa, fundada en principios suprapositivos del derecho. En consecuencia la justificación debe ser moral, pues el derecho adquiere la preeminencia de un valor de distribución y medida. Ese derecho no es derecho positivo, sino sus principios generales, lo universalmente valido destinado a la recta ordenación de la vida social.

Durante dos mil años, dice Heller, se justificó al poder , por la necesidad de asegurar al derecho natural suprapositivo, hasta que durante el siglo XIX , con el romanticismo Hegel y el historicismo, se abre camino a la concepción positivista que sostiene que el pueblo y el espíritu del pueblo son la única fuente del derecho sin establecer limitación alguna, entonces de este modo , el que se apodere del poder en el Estado, por el hecho de poseerlo puede invocar su espíritu y sentirse justificado para representar al pueblo y darle leyes. Es decir, ejercer el poder en el Estado sin subordinación a ningún principio jurídico. Esa subordinación del poder al derecho que es la raíz de su justificación y legitimidad, no se obtiene con la simple legalidad, sino con la juridicidad que emana del derecho justo. Ni la fuerza

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