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LA ÉTICA Y LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA


Enviado por   •  20 de Enero de 2017  •  Ensayos  •  1.625 Palabras (7 Páginas)  •  157 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Ética se define como el conjunto de costumbres y normas que dirigen o valoran el comportamiento humano en una comunidad y está relacionada con el estudio de la moral y de la acción humana.

El concepto proviene del término griego ethikos, que significa “carácter” y puede asegurarse que una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etcétera, en lo referente a una acción o a una decisión.

Por lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia ética sobre una persona, está realizando un juicio moral.

La ética, pues, estudia la moral y determina cómo deben actuar los miembros de una sociedad

Por lo tanto, puede ser definida como la ciencia del comportamiento moral, aunque se puede diferir de esta aseveración, toda vez que una cosa es la ética y otra muy diferente la moral.

En el presente trabajo, plantearé una percepción personal en torno a este concepto dentro de la investigación científica, pues aunque está estrechamente ligada a la honestidad o a formas de actuar correctas, la ética bien puede aplicarse a situaciones consideradas violatorias al marco de la legalidad.

LA ÉTICA Y LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

De manera involuntaria la palabra ética se vincula a honestidad, a pesar de que su concepto proviene de la forma de comportarse de un individuo o de una sociedad, por lo cual una persona que viola la Ley podría estar, desde su punto de vista, actuando de manera ejemplar.

Tomemos como ejemplo el caso de un asesino a sueldo que cumple con todos los trabajos que le son encargados y sin realizar ningún tipo de cuestionamiento en torno a la persona que tiene que ejecutar.

Esto es, el asesino que cumple con matar a todos su objetivos es ético en su labor, aunque moralmente no actúe dentro del marco de la legalidad.

Este mismo concepto podría aplicarse en otros ámbitos, como sería el de la política, en el que un servidor público comenta algún tipo de irregularidad buscando el bienestar común y considere que su ética de trabajo es correcta porque finalmente beneficia a los ciudadanos.

Igual podría suceder con un taxista que infringe reglamentos de tránsito para trasladar a su destino a un cliente que tiene que cumplir con determinado horario.

Dejar puntual al usuario puede ser algo ético pata el trabajador del volante, pese a que no respetó la Ley.

Por ello es que en el ámbito científico también podríamos encontrar varios puntos de vista en torno a cómo se desarrollan investigaciones relacionadas con tópicos como la salud y en la que se experimenta con personas.

De inmediato surgen preguntas sobre la validez de realizar tales estudios cuando se trata de proyectos que no están debidamente estructurados, a los voluntarios carecen de información sobre eventuales riesgos o bien cuando las pruebas se realizan en animales en situaciones consideradas de maltrato. 

Igualmente pueden cuestionarse estudios que si bien no atropellan directamente a los sujetos participantes, se realizan con fines ajenos o diferentes al beneficio de la humanidad.

Es decir, qué tan ético es que se realicen experimentaciones cuyos planteamientos no revelan temas como el de la responsabilidad social, que obedecen a intereses netamente económicos o bien cuando se trata de simples investigaciones cuyos resultados no reportan aparentes beneficios, pero que podrían representar algún tipo de beneficio de manera circunstancial.

Para muchos, las investigaciones deben cumplir con ciertas características esenciales que deben ser observadas y claramente descritas en los proyectos de investigación, buscando garantizar unos mínimos éticos como el valor social de la investigación; su validez científica; una selección justa de sujetos; deben tener balance favorable riesgo-beneficio; contar con una revisión independiente a través de un comité ajeno a los intereses del investigador y muy en especial, contar con consentimiento por escrito y respeto a los participantes.

Sin embargo, de nuevo se puede argumentar sobre la moralidad de las investigaciones, porque a pesar de contar con el consentimiento de los sujetos, como es el caso de enfermos de cáncer o VIH-SIDA, estos podrían estar actuando de manera desesperada y aún a sabiendas de que ponen e riesgo su propia vida. 

Es cierto, los progresos científicos y tecnológicos aportan el conocimiento de modernos procedimientos y avances en la medicina, pero las investigaciones que se realizan en seres humanos siempre arrojarán diversos dilemas éticos, como producto, en determinadas ocasiones, del no cumplimento de normas, códigos o reglamentación en la investigación experimental.

Si bien es cierto la experimentación en seres humanos tiene como propósito contribuir al mejoramiento de procedimientos para diagnosticar y comprender una enfermedad, no es menos cierto que estos protocolos deben pasar por un cauteloso filtro que proteja los derechos de los sujetos a investigación y, en especial, de aquellas poblaciones vulnerables donde pudiera ser violentada la dignidad de la persona humana.

Y es que las normas éticas han expresado que los experimentos deben hacerse primariamente en animales y, según los efectos por analogía, se podrían emplear en seres humanos, pero existen casos de científicos que, muy seguros de los resultados de sus indagatorias, directamente realizan pruebas en humanos, muchos de ellos tentados por dinero o buscando recuperarse de un mal que hasta el momento no tiene cura.

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