La Alteridad
Enviado por desireebonafina • 21 de Junio de 2013 • 7.427 Palabras (30 Páginas) • 249 Visitas
SOBRE LA ALTERIDAD EN LEVINAS
Una aproximación a Totalidad e Infinito
Ensayo por Marlon Orozco Baños
En lo que respecta a la manera de entender al otro y a lo otro, en lo que se refiere a la
fundamentación de la experiencia que es el mundo, en lo que hace a la experiencia más
original, cuando se trata de hallar las respuestas a todas estas preguntas, Levinas nos
ofrece, en Totalidad e infinito una manera que se opone a toda la tradición occidental o, para
usar una expresión del propio autor, «desde Parménides hasta Hegel».
Todas estas concepciones se han basado, desde la naciente filosofía en la antigua Grecia, en la idea de la subsunción de todos los entes y de todas las experiencias en una totalidad. La filosofía fisisista empezó, justamente, tratando de explicar, a partir de un solo
elemento, o de una sola raíz (de una sola υύσις) a todo el mundo. Lo que Levinas nos
plantea no pasa por olvidarse de las verdades que se han encontrado en la tradición filosó-
fica basada en este paradigma1; lo que nos plantea es re-formar las bases de la comprensión de la existencia del hombre en el mundo, de su existencia como ente finito:
Afirmar la prioridad del ser con respecto al ente, es ya pronunciarse sobre la esencia de la filosofía, subordinar la relación con alguno que es un ente (relación ética) a la relación con el
ser del ente, que impersonal, permite la aprehensión, la dominación del ente (en una relación
de saber) subordina la justicia a la libertad.2
Que la relación ética (relación que sólo se da en el cara-a-cara) sea la relación originaria no
es un pensamiento fácil de incorporar en una concepción totalizante, tematizante de la
experiencia humana, que no alcanza a comprender a todo lo que queda fuera de su lógica
aplastante, absorbente (asesina, diría el autor). Encontrar la trascendencia es por donde
empieza esta tarea del pensamiento levinasiano.
1 No se trata, como en el caso de Heidegger, de una descalificación de la tradición por el hecho de
fundarse en el error de ignorar a la experiencia de lo Otro como una experiencia originaria, sino
que Levinas intenta encontrar a lo largo de la tradición filosófica lo que haga ver mejor o que se
encuentre cercano con la revisión que nos propone.
2 Levinas, Emmanuel. Totalidad e infinito: Ensayo sobre la exterioridad. Salamanca: Sígueme, 1977; pág.
69. Nota: A lo largo del trabajo se hará referencia a Totalidad e infinito en esta misma edición; por lo
mismo, y con el único objeto de facilitar la lectura, cuando se cite este libro sólo se incluirá (entre
paréntesis) el número de página de la edición antedicha. Cuando se trate de cualquier otro texto,
se hará la referencia con su debida nota al pie.Sobre la Alteridad en Levinas | Marlon Orozco Baños |
• II
Separación y Trascendencia
En lo de sí, el yo es identidad, y en esta identidad consiste su existencia. No se trata de
encontrar algo que sea fuera de sí (del mismo), sino que lo que lo compone es el hecho
mismo de ser sí mismo y de buscarse a sí, a su gozo, a lo que lo llena. Es saberse en lo que
se tiene, es buscar extenderse en el ser, es encontrarse autosuficiente y encontrarse libre.
Hasta aquí, va lo que ha contado en la tradición que lleva hasta el idealismo de la modernidad. Eso es lo que tenemos como la tradicional respuesta, lo que nos ocurre cuando no
nos vemos cuestionados.
Levinas intenta fundar una manera de escapar de esto, de lo que es en lo de sí, de lo
que es solipsista, de aquél que está como Giges que puede verlo todo sin ser visto (el sujeto
de conocimiento de la modernidad). Esto es el ser separado.
La separación es la condición de posibilidad para las relaciones éticas y epistémicas, es
la relación por la que se funda una manera de estar en el mundo en la que no se necesita
nada más, es la autosuficiencia. Autosuficiencia que no se rompe con el trabajo, sino con la
posibilidad de llegar a encontrar una salida de esta vida separada, de esta vida en la que
no se ofrece nada que dé sentido a la existencia, porque lo que no se puede es encontrar
una manera en la que el existente vaya más allá de sí. No se puede encontrar un fundamento de lo que se vive, porque el ser separado (el ego cogito, la consciencia, el Dasein) no puede fundar su sentido en sí mismo, no puede encontrar un momento en el que se ponga de
manifiesto el sentido (el origen del sentido) en lo conocido (en lo tematizado, en lo que se
pone como integrante de una totalidad). Lo ya comprendido quiere decir lo que se ha
incorporado al Mismo, lo que no puede dejar de encontrarse.
El origen del sentido se da por la trascendencia.
La trascendencia es una «relación con una realidad infinitamente distinta de la mía»
(pp. 65-66). Es un encuentro con lo que me hace frente, pero que, a pesar de hacerlo, no
puede caber en lo que Yo soy. Y el no caber en lo que Yo soy no quiere decir que no lo
pueda tener dentro de mi cuerpo, sino que no puede quedar reducido a mí como sujeto; que
bien lo puedo tematizar, que lo puedo comprender (en
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