La Configuración Interlógica De La Inteligibilidad Y Racionalidad
pedrin9 de Diciembre de 2012
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Philosophy in Latin America
La Configuración Interlógica de la Inteligibilidad y Racionalidad
Dina V.Picotti C.
Universidad del Salvador
RESUMEN: La experiencia contemporánea de pluralidad de interpretaciones, paradigmas científicos, estilos de arte, juegos de lenguaje, culturas, etc. que no sólo conviven sino que se entrecruzan e influyen recíprocamente, nos conduce a plantear más que una legitimación paralógica del conocimiento y del pensar, el reconocimiento de la configuración 'interlógica' -es decir, constituyéndose con el aporte de todos ellos- de un horizonte de inteligibilidad y de una racionalidad correspondiente. Hablamos de 'reconocimiento' en cuanto se trata de asumir, a través de una hermenéutica de vía larga lo que de hecho se da en la historia de la humanidad, hecha por todos sus protagonistas -hombres,pueblos,planteos,formas de vida...-; en tanto reconocimiento, es una tarea de verdad y de justicia, de acogimiento, discernimiento y creatividad, y por lo tanto también de educación. Se ofrecen algunos ejemplos a partir de la experiencia intercultural latinoamericana con respecto a las nociones de forma, espacio y tiempo.
Las siguientes consideraciones en primer término proceden de la experiencia contemporánea de pluralidad, complejidad, diferencia y crisis, para orientarse en una segunda parte más que hacia una legitimación paralógica del conocimiento y del pensar, al reconocimiento de la construcción histórica de los mismos, es decir, de la configuración interlógica de un horizonte de inteligibilidad y de una racionalidad correspondiente, aportando en una tercera algunos ejemplos concretos de la experiencia intercultural latinoamericana con respecto a las nociones de forma, espacio y tiempo.
1. La experiencia contemporánea
Nuestra época aparece indudablemente signada por un fenómeno de globalización, en el que desemboca la civilización planetaria en su estadio informático, a la par que conviven otras matrices culturales como núcleos no indemnes pero sí resistentes entre las redes de la 'aldea global'. A su vez la primera, mientras por una parte fue extendiendo su lógica filosófico-científico-técnica de dominio a todos los ámbitos, reuniendo y homogeneizando en el sistema, por otra, paradójicamente, acaba registrando la diferencia de una pluralidad de paradigmas científicos, estilos artísticos, centros históricos, juegos de lenguaje, etc.que quiebran la pretendida unidad y normatividad.
Se visualiza una trama plural de procesos complejos y múltiples, en los que se entrecruzan factores diversos que se implican y se reconstruyen constantemente. Aparecen o resurgen múltiples ejes problemáticos, que requieren ser cuestionados y asumidos con una actitud que deberá tener en cuenta la diferencia, discontinuidad, la necesidad de diálogo, la imposibilidad de un discurso homogeneizante, de un horizonte de sentido unitario, de categorías unívocas.
Este contexto ha conducido a la formación de nuevas ciencias y de nuevas perspectivas sobre las ciencias, que asumen el papel constructivo del desorden, el caos, la crisis en un mundo rico en evoluciones impredecibles, pequeñas fluctuaciones que se amplifican hacia cambios en gran escala, fracturación en escalas múltiples de diferente magnitud, que vuelven precaria la globalización; el rol de la autoorganización, de la no linealidad; la participación sustantiva del sujeto, del tiempo, de la historicidad, de los diferentes espacios.
La pérdida de certeza lleva a una nueva conciencia de la ignorancia, la incertidumbre, el cuestionamiento; a resistir a la reducción de lo complejo, a la abstracción, a puntos de vista, comprensiones de ser y lógicas normativas, impulsando el método de aprender a aprender. Se advierte la necesidad de abrirse nuevos caminos y normas de acción, de repensar la cultura misma.
Nuevos paradigmas cuestionan premisas y nociones que orientaron la actividad científica hasta el presente, y llevan a reflexionar acerca de la comprensión de ser, el modo de pensar y de lenguaje, la acción social, la subjetividad implicadas. Ello va acompañado por una descentralización de las ciencias: se establecen consensos locales y parciales dentro de cada teoría, se cuestionan las leyes generales, considerándose que sólo son aplicables a áreas limitadas de la realidad y coexistiendo con teorías alternativas que no necesariamente se validan antre sí. Las alternativas, la construcción social del saber y la no adscripción a una única verdad objetiva introducen la necesidad de considerar cuestiones éticas de elección, responsabilidad y libertad, porque la ciencia no es neutra, puede construir como destruir o alterar cursos de acción.
Algo semejante ocurre en otras áreas de la cultura como el lenguaje, las artes, la religión, la política, la economía, las costumbres: coexisten una multiplicidad de estilos o modos como alternativas abiertas, reaparece el regionalismo, se incorporan formas, elementos o técnicas locales, se explora el desequilibrio en la organización espacial y la fragmentación, el interés se desplaza hacia los procesos de deconstrucción-construcción. Los grupos humanos emergen como sujetos en el mismo proceso constructivo, o bien cuestionan desde su marginalidad y pobreza una civilización cuyos logros no alcanzan a satisfacer las verdaderas necesidades de la mayor parte de la humanidad. Ello hace preguntarse acerca de los conceptos de racionalidad, verdad, objetividad, realidad, acerca del proceso mismo del conocer y del pensar, del sujeto y de la red social en la que este conocimiento está distribuido, acerca del bien y la justicia, de la noción y organización política y económica.
Sin embargo, a la vez que la pluralidad de problemas desarticula y hace necesario un reordenamiento intelectual y práctico que nos habilite para pensar y vivir la complejidad y diferencia, también puede ser entendido como un tiempo de creatividad, de restauración de elementos singulares, de lo local, los dilemas, de apertura de nuevas posibilidades, y de búsqueda de equilibrio y justicia.
2. Una configuración interlógica
El carácter ambiguo de este fenómeno impone reconsiderar las cosas. La exploración no puede sino adecuarse a los caminos de acceso que ellas ofrecen, que condicionarán no sólo el contenido sino la forma misma de pensamiento y acción. La posmodernidad filosófica registró, en este sentido, la caída o al menos la insuficiencia de categorías y relatos metafísicos a pesar de su interna y rica historia de replanteos, y en sus posiciones más positivas, trás el ejemplo de superación propuesta por Nietzsche y Heidegger, intentó corresponder a los nuevos signos de los tiempos asumiendo una conciencia acaeciente de ser y configurativa de verdad, (1) o al menos una legitimación paralógica, jugada en la práctica de los saberes. (2)
Creemos que es preciso ahondar en este sentido, exponiéndose a todo la amplitud de ese acaecer en sus múltiples configuraciones y reconociendo explícitamente la construcción histórica del pensar y articulación humanos a través de diferentes modos, es d. la dimensión interlógica de su logos.
De hecho el pensar y el lenguaje se han construido siempre con el aporte de las articulaciones culturales específicas de los diferentes ámbitos de la realidad así como de las diferentes comunidades históricas, quienes equivalen a otras tantas formas de vida, a lo largo de sus propias recreaciones internas y de sus interrelaciones con otras; lo siguen haciendo en la presente situación globalizadora, hasta el punto de que estallan pretendidos modelos únicos o generales, no sólo a causa de sus propios límites ante el constante desafío de lo real, sino también por el poder sugerente o cuestionador y el influjo de otros. El asumir explícito de este status interlógico conduciría a una hermenéutica de vía larga, que reuniría esta dispersión o al menos atravesaría sus conflictos, interpretando y reconociendo asimiladoramente sus diferentes formas y replanteos, no sólo a través de los diversos ámbitos y momentos de la civilización planetaria, (3) sino también de las demás culturas.
Se replantea la misma noción de pensar, porque no obstante sus modificaciones y asunciones a lo largo de la historia de la filosofía y de la civilización tecnocientífica, aun queda por admitirse su constitución histórica interlógica y exponer sus actitudes y procedimientos a las sugerencias y aportes de los diferentes juegos de lenguaje. La concepción paradigmática contemporánea de la ciencia se acerca a ello, así como el arte y la estética a través de la valoración de la diversidad de estilos y concepciones, y la historiografía y las ciencias humanas en general en su admisión de una pluralidad de centros históricos y modos de articulación y sentido. No aún la lógica filosófica, que a lo sumo decreta la caída de criterios y categorías metafísicos y llega a admitir el carácter configuracional y retórico del pensar y la verdad, así como un criterio paralógico de legitimación del saber.
Pero no se trata sólo de reconocer la construcción de mundo y de la subjetividad a través de esa pluralidad y diferencia de juegos de lenguaje que se entrecruzan e influyen recíprocamente, sino retrocediendo al ámbito originario de ser, de pensar además desde las diferentes acuñaciones del mismo articuladas en las culturas. Es preciso admitir que cada tipo de articulación, con sus criterios, posibilidades y límites, sólo define un modo de racionalidad; que a su vez los diferentes modos, en tanto pertenecientes a la misma racionalidad humana, a pesar de operar como caminos diferentes y autónomos, no son imcompatibles
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