La Dignidad De Los Nadie

Este trabajo está basado en el documental “La dignidad de los nadie”, dirigida por Pino Solanas; “Las generaciones de Derechos Humanos” de Antonio Enrique Pérez Luño y “Educación Política y régimen político. Un recorrido por la enseñanza de lo político en la escuela media argentina (1953-2003)” de las licenciadas Porro e Ippolito.

El objetivo del mismo es relacionar los hechos y problemáticas sociales que se plantean en las distintas historias del documental con los textos de los autores antes mencionados, acerca de los derechos de los ciudadanos y el dominio y sometimiento de los más vulnerables al desconocerlos.

El documental tiene varios protagonistas, todos ellos victimas del desamparo y desprotección por parte del Estado, ya que no tienen policías, médicos, teléfonos y como crudamente lo relata uno de ellos “no tenemos dinero ni siquiera para enterrar a nuestros muertos”. Las historias muestran las vivencias de las personas o grupos de personas en un contexto atravesado por la negligencia, el desinterés, la pobreza y la corrupción, por ello, los distintos protagonistas se convierten en los personajes principales de la resistencia social en la Argentina a comienzos del siglo XXI, como es el caso de la movilización piquetera, la historia de un joven escritor sobreviviente de la represión de la marcha del 2001, salvado por un maestro, al que todos conocen por Toba, que trabaja en una escuela, alejada de su hogar y donde gana un salario muy escaso. Junto a su mujer, también maestra y vecinos, los fines de semana dan de comer a 170 chicos.

Como así también, las mujeres rurales en la lucha, que hacen frente a los remates de sus tierras hipotecadas por los bancos y a causa de créditos usurarios. Lucy de Cornelis fue la primera que se revelo y lanzo una convocatoria por radio a las mujeres que estuvieran en la misma situación. Así acudieron cientos de ellas, dando origen al movimiento de resistencia, llegaban al remate y cantaban el himno nacional e impedían su ejecución.

En estos grupos que se fueron formando (piqueteros, vecinos, desocupados, desamparados) está presente el principal valor de los derechos humanos de tercera generación que es la solidaridad, así expresado por Pérez Luño en su texto, “los nuevos derechos humanos se hallan aunados entre sí por su incidencia universal en la vida de todos los hombres y exigen para su realización la comunidad de esfuerzo y responsabilidades a escala planetaria. Solo mediante un espíritu solidario de sinergia, es decir, de cooperación y sacrificio voluntario y altruista de los intereses egoístas será posible satisfacer plenamente las necesidades y aspiraciones globales comunes relativas a la paz, a la calidad de vida o a la libertad…”

Este espíritu solidario, de cooperación y sacrificio presente en cada una de las historias de vida relatadas en la película, llevo la propia vida de Darío Santillán y Maximiliano Kostecki, el 26 de junio de 2002, en una manifestación de piqueteros, reprimida en el puente Pueyrredon. Darío era un luchador que mantenía una biblioteca comunitaria donde enseñaba computación, también una pequeña fábrica de ladrillos y trabajaba en un comedor. Ante estos hechos de barbarie e injusticia social es imprescindible que todos los ciudadanos puedan tener acceso a una educación que permita conocer sus derechos y obligaciones, no como un simple “ejercicio de memorización del articulado de la Constitución Nacional”, como afirman Polo e Ippolito, sino a “redimensionar la propia imagen del hombre en cuanto sujeto de derecho” (Pérez Luño 1991). Mientras esto no suceda se seguirá dominando con autoridad excesiva a la gente que reclama por sus derechos que son la base de la vida diaria, pero para que todos los derechos sean efectivos es necesario el compromiso, la responsabilidad y el esfuerzo de una serie de actores sociales, es decir, que es preciso

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