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La Felicidad


Enviado por   •  4 de Febrero de 2014  •  3.297 Palabras (14 Páginas)  •  228 Visitas

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Introducción

La pregunta por la felicidad no requiere una respuesta meramente conceptual. Al descubrir la complejidad del problema que esconde el concepto, no podemos dejar de preguntarnos si no hay algún rasgo básico que siempre queda en manos del azar, del destino, de la suerte, de la fortuna o, simplemente, de la «aventura».

Además, una inadecuada conceptualización del hecho ha traído como consecuencia que los filósofos morales se dediquen con mayor apuro a la legitimación de normas que a la elaboración de los problemas racionales que determinen las condiciones de felicidad.

Se busca llegar a conocer más allá de las sensaciones materiales, aunque en algunos casos es importante lo material, a las realidades que se obvian no son cosas sino más bien le pertenecen a otro tipo de realidades, llámese "más complejas". Por ejemplo, es imposible determinar la vida o la muerte a partir de encuestas o estadísticas, hay que pensar en este caso en realidades complejas que no contienen componentes materiales.

Es necesario conocer todo nuestro sistema intelectual, para poder afrontar las realidades afectivas que supone el mundo y por consecuencia, como dice Julián Marías "remediar en lo posible ciertas ausencias".

Queda claro afirmar que todas las palabras poseen un significado y a su vez se le atribuyen ciertos sinónimos que pueden ser discutibles. También existen las realidades contrarias a ciertas palabras. Supongamos, a la felicidad se puede atribuir como suerte, fortuna, beatitud; pero en realidades contrarias, infelicidad, desgracia, mala suerte, entre otras. Como dice el autor, lo malo deriva de lo bueno por eso se parte de la felicidad como tal y luego de lo contrario. Lo que se intenta con la lingüística es saber si la felicidad es un verbo o un adjetivo, y que queda claro que es muy difícil saberlo, pero nos ayudaría a responder que se entiende de ella. Por ejemplo, si partimos de que es un verbo, sería como se expresaría la felicidad; y si es un adjetivo, hay varios términos para enumerar, como afortunado, próspero, entre otros.

Qué es la felicidad?

¿Cómo podemos definirla? Podríamos decir que es todo aquel conjunto de cosas buenas que cualquier ser humano es incapaz de no querer. Pero hay que decir, antes que nada, que la felicidad es un estado de ánimo, un estado del alma; es una vivencia personal, subjetiva, interior, que ve la propia vida y siente de ella una impresión positiva (felicidad) o negativa (infelicidad).

En un nivel más elemental, la felicidad es una llamada universal de todo ser humano. Casi todo ser humano quiere por encima de todo alcanzar la felicidad, pero realmente pocos la consiguen. Da la impresión de que la felicidad no es de este mundo, como si fuera algo fugaz que circula a nuestro alrededor, pero que nunca llegará a invadirnos interiormente.

La felicidad surge cuando deja de intervenir lo viejo -la memoria, el pensamiento- y uno deja que surja el momento presente con todo su esplendor.

La felicidad surge del ser consciente y del obrar apropiadamente en la vida cotidiana. La felicidad no puede buscarse, porque con el mismo “buscar” aparece el ego... y jamás se ha oído decir que alguien egoísta pueda haber sido feliz, al menos en los niveles que la vida otorga a quienes permiten disolver el “yo”.

¿Cómo se Obtiene la Felicidad?

¿Qué cosas son las que pueden hacer feliz al ser humano? ¿El dinero, la riqueza, el poder, la fama, la gloria, la salud, el bienestar, los distintos placeres, el verse libre de preocupaciones? La felicidad es siempre una ilusión, un proyecto incompleto, inacabado, que está siempre haciéndose. Pero, de una forma concreta, la felicidad descansa sobre dos pilares: conocerse a sí mismo, por un lado, y tener un proyecto de vida, por otro. Ahí se esconde la felicidad

El proyecto de vida no es otra cosa que anticipar el futuro programándolo aproximadamente. El proyecto personal debe tener tres ingredientes esenciales: amor, trabajo y cultura. Estas van a ser las notas fundamentales que lo definen. Si la felicidad es proyecto, futuro, anticipación, quiere decir que la felicidad consiste en vivir con ilusiones, en vivir hacia delante, con esperanza.

¿Qué cosas nos brindad la Felicidad?

¿Qué cosas no nos brindan la Felicidad?

No soy el único. En el transcurso de todos estos años, he convivido con todo tipo de personas: ricas, pobres, poderosas y acomodadas. En todos los ojos que se cruzaban con los míos, siempre me pareció que faltaba algo – e incluyo a los guerreros, y a los sabios, gente que no tendría nada de qué quejarse.

Algunas personas parecen felices: simplemente, no se plantean el asunto. Otras hacen planes: tendré un marido, una casa, dos hijos, una casa de campo… Mientras se encuentran ocupadas realizando esa lista, son como toros embistiendo: no piensan, sólo avanzan. Consiguen su coche, a veces consiguen hasta su Ferrari, les parece que en eso consiste el sentido de la vida, y no se hacen nunca la pregunta de arriba. Pero, a pesar de todo, los ojos arrastran una tristeza de la que estas personas ni siquiera son conscientes.

Yo no sé si todo el mundo es infeliz. Lo que sé es que las personas están siempre ocupadas: trabajando más tiempo del que les corresponde, ocupándose de los hijos, del marido, de la carrera, del diploma, de lo que harán al día siguiente, de lo que hay que comprar, de lo que hay que tener para no sentirse inferior, etc.

Pocas personas me dijeron: “Soy infeliz”. La mayoría me dice: “Estoy de maravilla. Conseguí todo lo que quería”. Entonces, les pregunto: “¿Qué es lo que te hace feliz?”

Me responden: “Tengo todo lo que cualquiera puede desear: familia, casa, trabajo, salud…”

Les pregunto de nuevo: “¿Alguna vez te paraste a pensar si eso era todo en la vida?”

Y responden: “Sí, eso es todo”.

Insisto: “En ese caso, el sentido de la vida es el trabajo, la familia, los hijos que crecerán y acabarán marchándose, la mujer o el marido que con el tiempo se transforman más en amigos que en auténticos enamorados. Y el trabajo terminará un día. ¿Qué harás cuando llegue ese momento?”

Llegados a este punto, no me responden. Se van por las ramas. Pero siempre queda algo escondido: el empresario que aún no hizo el negocio que soñaba, el ama de casa a la que

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