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La Filosofia Del Derecho.


Enviado por   •  7 de Abril de 2014  •  1.823 Palabras (8 Páginas)  •  151 Visitas

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“LO MISMO Y NO LO MISMO”

EN LA FILOSOFÍA DE HERÁCLITO Y PARMÉNIDES

I. HERÁCLITO

La doctrina de Heráclito se funda en el incesante cambio. Heráclito se da cuenta de la fugacidad de la realidad. Para Heráclito “todo cambia”, “”; es la concepción en que expresa lo que la realidad le ofrece, nada de todo aquello que existe, en el momento siguiente es igual a lo que era antes. En Heráclito es claro que la doctrina futura del principio de identidad expresado de la siguiente manera: A=A, queda pendiendo de un hilo.

Por su forma de expresarse, se le llamó el “oscuro”, su doctrina impregnada de un misticismo exacerbado, de misantropía; se lleva al extremo. En Heráclito se ven claramente las bases de cualquier tipo de negación de la “diferencia” en corrientes posteriores a Heráclito .

a) La felicidad en Heráclito

Dentro de su doctrina del cambio, encontramos diversos fragmentos correspondientes al tema de la felicidad. Como ya dijimos, la realidad se le presenta a Heráclito como un eterno fluir. Pero la verdadera felicidad debe mantenerse, no puede estar sujeta al eterno devenir, al constante cambio. Por tanto la felicidad no puede identificarse con la realidad material, ya que si se identificara con ésta, no habría tal felicidad. Por tanto encontramos el siguiente fragmento:

Si la felicidad se identificara con los placeres materiales, llamaríamos felices a los bueyes cuando hallan arvejas para comer .

Los siguientes dos fragmentos nos hacen ver dentro de la doctrina de Heráclito sobre “lo mismo y no lo mismo”, como una y la “misma” cosa, con respecto a diversas cosas, es distinta:

Los asnos preferirían más bien la paja que el oro .

Los cerdos gozan más del lodo que del agua limpia .

En ambos fragmentos nos hace notar como en el caso del “oro” y el “agua limpia”, para el hombre son preferibles, en cambio para el asno y el cerdo es distinto. Así, la realidad, aunque una y la misma, es distinta y siempre cambiante, además no tiene nada que permanezca; en el caso del agua limpia o sucia, o de la paja y el oro, nada tienen de permanente, son diversas, respecto a que se digan. Así, nada permanece, nada es constante.

b) La doctrina de los ciclos y la lucha de los opuestos

Una de las principales aportaciones de Heráclito a la filosofía posterior es su doctrina de los opuestos, y de los ciclos. Para Heráclito el origen de todo se da en la lucha de los opuestos, la cual también funge de una manera circular. Por tanto, los ciclos nos dan noción de la realidad. Todo lo que se nos presenta, se nos presenta de una manera por demás cambiante, por tanto no podemos decir que A es A, porque matamos la misma realidad, detenemos su constante fluir.

Tenemos diversos fragmentos a este respecto, donde Heráclito deja ver la realidad cambiante, usando distintas figuras, la más famosa, quizá, sea la del río:

Para los que se sumergen en los mismos ríos, fluyen aguas siempre distintas .

Bajamos y no bajamos a los mismos ríos, nosotros mismos somos y no somos .

No es posible bajar dos veces al mismo río .

En los fragmentos anteriores, vemos la incesante figura del río, aquél que nunca vuelve a ser el mismo, por tanto, ningún hombre puede estar dos veces en el mismo. Esta proposición, llevada al extremo, nos hace ver que al mismo tiempo que el hombre está en el río, ese río ya cambio, y expresar con las palabras que se está bañando en el río, implican detener la realidad, y el río, por tanto, nunca es el mismo. Por tanto en el fragmento 49, dice “nosotros mismos somos y no somos”, este eterno fluir, nunca deja nada que permanezca. Así, dentro de la doctrina de Heráclito, el principio de identidad, del que antes habíamos dicho, no tiene sentido; A=A, es un sin-sentido, la realidad eternamente cambiante no puede ser legislada por este principio. En Heráclito se plantea por primera vez (en sentido estricto), el abismo que existe entre el ser (eternamente cambiante), y el pensar (inmutable).

Pero, para Heráclito, si existe algo que gobierna todo, lo que el expresa con el nombre de que en él, es una especie de razón divina. Para el hombre, la realidad se presenta como una lucha de opuestos, para la divinidad, todo se presenta de una manera ordenada:

Para la divinidad todas las cosas son bellas, buenas y justas. Al contrario, para los hombres, algunas son justas y otras injustas .

Así, lo que para el hombre es pugna entre los opuestos, para la divinidad, es ordenado, sigue pautas. La percepción sensible en el hombre es engañosa:

Los ojos y los oídos son malos testimonios para los que tienen alma de bárbaros .

La nota importante del fragmento anterior, se encuentra en el “...para los que tienen alma de bárbaros”. Para Heráclito, existe un orden en la realidad, pero la simple percepción de la misma es engañosa. Así, la lucha de los opuestos tiene sentido:

La enfermedad hace buena y agradable la salud, el hambre la saciedad, la fatiga el descanso .

Otra de las genialidades de Heráclito es su interpretación, de la armonía de los opuestos, relacionándola de manera cíclica. Aquí su doctrina de los ciclos, que después se retomará por muchos otros pensadores:

El fuego vive la

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