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La Republica


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2014  •  4.837 Palabras (20 Páginas)  •  166 Visitas

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LIBRO SEGUNDO:

En este segundo libro Glaucón y Adimanto, amigos de Sócrates, partidarios de la justicia, pero así mismo convencidos de que la injusticia es más práctica realizan conjuntamente un alegato que servirá para que el filósofo despliegue todas sus armas y consiga exponernos a partir de ahí tanto su visión de la justicia como su modelo de estado ideal.

Estos dos compañeros, que comparten convicciones, afirman que una persona es justa por conseguir una vida mejor después de la muerte ya que en la otra vida son premiados todos aquellos que han sabido mantenerse rectos y justos en la vida terrenal y no por otra cosa ya que en la práctica la justicia nada aporta a quienes la practican; consecuencia de esto es la práctica masiva de la injusticia ya que a través de ella se pueden obtener distintos bienes materiales, así como honra y otros privilegios. Glaucón y Adimanto argumentan también la facilidad con la que se puede llevar a cabo la injusticia y las satisfacciones que esta reporta ya que tiene consecuencias inmediatas, cosa que no ocurre con la justicia. Es más, el fin con el que se aplica esta, puede ser alcanzado igualmente por injustos ya que realizando sacrificios a los dioses estos serán perdonados de sus injusticias, salvando así mismo su posterior vida. Por estos hechos el justo debe enfrentarse a la tentación de la injusticia y soportar la humillación a la que es sometido de la mano de quien no es justo. Todo esto nos es ilustrado con el mito del pastor Giges concluyendo con que el justo no es justo por naturaleza sino porque no tiene otra salida.

Sócrates anonadado y sin saber como responder a tan contundentes afirmaciones, decide buscar el nacimiento de la justicia, el concepto de justicia en un estado y así mismo tal definición en un individuo para luego contraponerlo a la injusticia, que no ha de poseer otra cosa que lo contrario a la justicia, para conseguir dar finalmente un argumento capaz de concluir por que se debe ser justo aunque parezca reportar menor número de satisfacciones y mayor número de dificultades. Para ello y como cree más fácil buscar la justicia en conjunto para luego encontrarla en lo individual, comienza a constituir un estado bajo su punto de vista justo aplicando más tarde dicho concepto de justicia en un individuo en concreto.

Platón afirma que el estado aparece debido a la imposibilidad que presentan los seres humanos de subsistir por si solos. Nuestro estado será en un principio pequeño destinado a cubrir las llamadas necesidades básicas y en el se empleará cada ciudadano en una tarea, una única tarea para la que tenga mayor predisposición, de esta manera se entregará a su oficio en cuerpo y alma y lo realizara mucho mejor que si tuviese que realizar varias tareas o hacer algo que no fuese de su agrado. Aparecerá pronto la necesidad e importación de materiales de los que carecerá el estado que Sócrates y sus compañeros están realizando, por tanto se deberán producir excedentes utilizados como intercambio en otras ciudades, esto traerá como consecuencia la constitución de mercados, aparición de mercaderes, acuñadores de monedas y los que fueron denominados como asalariados. Por lo de pronto nuestro estado no es muy grande y la importancia del gobernante no es excesivamente grande, pero ahora asistiremos al crecimiento del proyecto y podremos observar como se hace indispensable la aparición tanto del gobernante como de un ejército.

Una vez complacidas las necesidades primarias de los habitantes, aparecerán las secundarias y con ellas los poetas, los músicos, los actores, etc. Por lo que el Estado se ve obligado a ampliar sus fronteras para albergar a esa gran cantidad de gente que ahora forma parte de sus ciudadanos. He aquí cuando se da paso a la aparición de la guerra y con ella a lo que Platón llamo los guardianes del estado, guerreros que deben concentrar en su alma a la vez fogosidad, que debe mostrar a los enemigos y tranquilidad con los ciudadanos de su Estado. Esto se conseguirá a través de la educación del cuerpo (gimnástica) y el alma (música) de este tipo de ciudadanos. Lo primero será educar el alma mediante dos tipos de discurso: Falso y Verdadero. Se empezará con el falso, o sea, los mitos. Los mitos deberán ser previamente filtrados y preseleccionados para que sean aptos para el guardián con el fin de evitar que estos teman a la muerte y que alberguen en su interior deseos de maldad o injusticia. En ellos deben aparecer dioses ejemplares, que no engañen ni traicionen y los escritores que no presenten a los dioses tal y como exigiría la ley, serán apartados de la sociedad.

LIBRO TERCERO:

En este libro se dirimirán los distintos aspectos referentes a la educación de los guardianes, a saber:

En lo referente a los textos los héroes deberán aparecer como ejemplos de templanza, virtud que debe poseer todo guardián, en ellos tampoco se podrá encontrar una mala imagen de Hades pues los guerreros no deben temer a la muerte.

En lo que a la dicción se refiere se conviene que si los soldados han de imitar a alguien esté este henchido de fuerza y pureza, nunca imitará a alguien débil y piadoso.

En la música las letras seguirás las pautas marcadas anteriormente, la armonía deberá imitar las voces adecuadas para la formación del guardián por lo que únicamente se utilizarán la “doria” y la “frigia” y se prescindirá de las que inciten a la embriaguez, a la pereza o al lamento por lo que solo tendrán cabida como instrumentos musicales cítara, siringa y lira. Los ritmos solamente deben adaptarse a la canción.

El amor que experimentaran en un principio los guardianes, y decimos en un principio porque más adelante Sócrates sugerirá un cambio, será moderado y de base paterno filial.

La educación de los guardianes, una vez ya se ha educado el alma, pasa por el gimnasio. En el gimnasio deberán fortalecerse y ejercitarse. Además deberán llevar una dieta sana y que sea útil para la campaña, por esto lo mejor será la carne asada ya que es lo que deberán acostumbrarse a comer cuando salgan en campaña, algo para lo que deben estar preparados en todo momento.

La medicina ya sea para el cuerpo (médico) o para el alma (juez) debe estar siempre presente en la sociedad. La medicina del cuerpo debe ser un derecho para todo ciudadano y las curas deberán ser rápidas. Los médicos del alma, así mismo, deberán ser personas justas y con vasta experiencia de la injusticia para así poder erradicarla mejor.

Llega ahora el momento de que el estado alcance su tercera y última fase de desenvolvimiento que se da cuando

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