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La Vida Del Ser Humano Tiene Un Valor Logico


Enviado por   •  6 de Septiembre de 2013  •  1.804 Palabras (8 Páginas)  •  1.300 Visitas

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El Valor de la Vida humana

Un gran escritor español José María Gironella, cuenta que allá en diciembre de 1936, iniciada ya la guerra civil española, en un momento en que temían que su vida peligrara en Gerona, decidió pasarse a Francia, y su padre lo acompañó hasta la frontera. Al pasarla, los gendarmes franceses le registraron y, en sus bolsillos, encontraron un papel que, sin que él lo advirtiera, había introducido su padre momentos antes de cruzar dicha frontera. Era una brevísima carta que decía: No mates a nadie, hijo. Tu padre, Joaquín.

La carta era realmente conmovedora, sobre todo en aquel momento. Porque lo lógico hubiera sido que en esa circunstancia un padre hubiera aconsejado a su hijo: “Ten cuidado, no te maten”. Pero aquel padre sabía algo muy importante: que es mucho más mortal matar que morir. El que mata a otro ser humano, queda mucho más muerto, mucho más podrido que el que es asesinado.

Por esta razón Dios, cuando los hombres nacemos, desliza en los bolsillos de nuestra conciencia otra carta que dice: No mates a nadie, hijo. Tu Padre Dios.

El precepto moral del “no matarás” tiene un sentido negativo inmediato: indica el límite, que nunca puede ser transgredido por nadie, dado el carácter inviolable del derecho a la vida, bien primero de toda persona. Pero tiene también un sentido positivo implícito: expresa la actitud de verdadero respeto a la vida, ayudando a promoverla y haciendo que progrese por el camino de aquel amor que la acoge y debe acompañarla.

Jesucristo vino a destruir la muerte y a traer vida y a traerla en abundancia, nos dice san Juan en su evangelio en el capítulo 10. Y la vida que nos trajo Jesús es la vida eterna. Y Él lucha y luchará para que nadie nos arrebate esta vida eterna. Y esta vida eterna traída por Jesús abarca salvar nuestro cuerpo y nuestra alma, es decir, nuestra persona.

¿Quién eres tú para quitar la vida a alguien que está llamado a la vida eterna con Dios?

El escritor americano Louis Begley ha denominado al siglo XX como “réquiem satánico”. Es un infierno de asesinatos y homicidios, de masacres y crímenes violentos, un compendio de atrocidades. En el siglo XX se ha matado a más hombres que nunca. A este siglo le corresponden el holocausto y la bomba atómica. ¿Qué hacer? ¿Dónde ha quedado la vida y la salvación traída por Cristo hace más de veinte siglos?

Compartiré contigo en este mandamiento:

I. Lo maravilloso que es el don de la vida.

II. Las diversas formas de transgredir este mandamiento.

III. Casos especiales: legítima defensa, pena de muerte, guerra.

I. ¡QUÉ MARAVILLOSO ES EL DON DE LA VIDA!

¿Dónde está el valor de la vida humana?

En que eres imagen y semejanza de Dios. Al ser creado, recibiste una chispa divina, que nadie puede darnos sino Dios. Y por tanto, nadie puede quitarnos la vida, sino sólo Dios, que es el Dueño de nuestra vida. Por eso, el que levanta la mano contra la vida humana ataca la propiedad de Dios.

Además nuestra vida humana y terrena es grande en vistas a nuestra vida eterna en el cielo. La vida humana es condición de la vida eterna, a donde estás llamado por Dios para gozar de Él eternamente. Por eso es tan valiosa a los ojos de Dios tu vida terrena, y por esto es también de un precio inestimable para ti que eres cristiano, porque es el tiempo de atesorar méritos para la vida eterna, que te ganó Cristo con su sangre, muerte y resurrección. San Jerónimo dijo en cierta ocasión que esta vida es un estadio para los mortales: aquí competimos para ser coronados en otro lugar14 .

Si has entendido esto que te he dicho, entonces comprenderás que la vida humana es una chispa que salta de Dios. Nadie tiene derecho a extinguirla. La vida humana aquí en la tierra es la posibilidad que Dios nos concede de alcanzar la vida eterna en el cielo. Nadie tiene derecho de despojarnos de ella.

Es Dios quien da la vida. Sólo Él puede quitarla15 .

Tu vida es bien noble. No puedes reducir la vida a lo que decía el filósofo ateo francés Jean Paul Sartre en su obra “La Náusea”: Comer, dormir; dormir, comer. Existir lentamente, dulcemente, como aquellos árboles, como una botella de agua, como el andén rojo del tranvía.

La vida nace en el seno del amor: un hombre y una mujer que se aman colaboran con Dios para dar a un hombre el mayor regalo: la vida, el paso de la nada al ser. ¡Qué noble ha de ser la vida humana si Dios nos da este don, en colaboración con tus papás!

Dios te ha dado la vida para poder entrar en comunión contigo. Por eso con la vida te ha dado una inteligencia para que le puedas conocer, y una voluntad para que le puedas elegir y amar. ¿Cómo vas a quitar la vida a un hombre, cuando está llamado a encontrarse con Dios y entablar con Él un diálogo en la fe y en el amor, a través de la oración y los sacramentos, aquí en la tierra; y después en la otra vida, mediante la visión cara a cara con Dios? No tienes ningún derecho a privar a un hombre de lo más noble que hay: conocer y amar a Dios aquí en la tierra, y gozar de Él después en la eternidad.

No compartimos de ninguna manera la visión de la vida que cuenta Papini, escritor italiano de inicios del siglo XX, al narrar esto.

“Mi amigo Giuliotti me invitó a dar una vuelta, para conocer la población. Me hizo admirar una plaza triangular. En uno de los ángulos

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