La causa última.

UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA

FACULTAD DE HUMANIDADES Y COMUNICACIÓN

Departamento de Ciencias Sociales

Carrera en Humanidades y Filosofía

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Ensayo 2: La causa última

Autor: Br. Erick Alexander Torres Torres

Carnet: 2013950006

Asignatura: Métodos del Trabajo Intelectual

Managua, Nicaragua 22 de Febrero de 2013

La causa última

La idea que quiero sostener en este ensayo es que el acto de intelección ocurre en un momento súbito a partir del cual se capta la causa última de un problema que a simple vista no se puede aprehender. Para ilustrar y explicar esta tesis, he decidido valerme de una historia acerca del surgimiento del voleibol que un profesor de educación física me compartió.

William George Morgan, profesor de educación física estaba un día pensando, cómo hacer una actividad deportiva más sencilla y blanda que el baloncesto, para que en la clase nadie se quedara sentado y todos sus alumnos pudiesen involucrarse. Pasó más de una semana, ideando la solución hasta que en el momento inesperado, observó detenidamente la red de metal que cubría la cerca de su casa y exclamó ¡ahora sí!, ¡lo logré! Compró redes como para pescar, se dirigió al aula de clases, y colocando la red en medio de dos árboles estaba a punto de lograr la causa final de aquella situación. Solo le hacía falta un balón, decidió tomar uno de balonmano y dio inicio a la actividad deportiva de sus sueños. Morgan se aferró tanto a este juego que llegó a convertirse en el inventor del voleibol. Quisiera desmenuzar esta historia en tres argumentos.

En primer lugar, puedo expresar que el acto de intelección ocurre en un momento repentino, inesperado, único e irrepetible es a lo que se refiere Sertillanges (1959), cuando afirma que “El espíritu pasa y no vuelve” (p.12, 25). Es en este instante en el cual desadormece el ser interior por completo en una segunda naturaleza, es momento cuando el profesor George Morgan, después de una semana indagando llega al culmen de su investigación y logra parir la idea. Lonergan, (2004) dice que: “el acto de intelección adviene súbita e inesperadamente […]. Llegó como un relámpago, en una ocasión trivial, en un momento de placidez” (p. 32, 22-25).

En segundo lugar, es necesario captar la causa última del interior del problema. Para llegar a este estado de intelección es necesario ver lo que a simple vista no se logra observar, hay que hurgar, remover y sondear el interior de la cuestión, puesto que se tiene el momento inmediato, solo queda gritar como hizo George Morgan ¡Lo logré!, Lonergan, (2004) afirma: “hay una tendencia a conocer, a comprender, a ver el porqué, a descubrir la razón, a hallar la causa, a explicar”   (p. 32, 8-9).  

En tercer lugar, he decidido alojar el término aprehender dentro del acto de intelección, a partir del sentido que ofrece el Diccionario de la Real Academia Española (2001) y lo define como: “Coger, asir, prender a alguien”. En otros términos, el aprehender dentro del acto de intelección es el atenazar, el sujetar lo esencial, lo interior. Luego que lo tenemos apropiado, es necesario convertirlo en el autor principal del acto, ya que es necesario, como “que se aprehende el punto crucial” Lonergan, 2004, (p. 33,23). Este punto William Morgan lo logra cuando realiza el primer partido de voleibol. Además  “es capacidad de discernir […] un asunto y de ver la cuestión en su totalidad, no solo los hechos aislados” (Cf. Wikipedia: 2012).

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