La conformación del valor y el sujeto. Implicaciones de la polémica entre subjetivistas y objetivistas
elecunafEnsayo22 de Junio de 2023
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Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas
ISSN: 2007-0934 revista_atm@yahoo.com.mx[pic 1]
Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias[pic 2]
México
Castellanos Suárez, José Alfredo
La conformación del valor y el sujeto. Implicaciones de la polémica entre subjetivistas y objetivistas
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas, vol. 1, 2015, pp. 73-79
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias
Estado de México, México[pic 3]
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=263139243010
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La conformación del valor y el sujeto. Implicaciones de la polémica entre subjetivistas y objetivistas
José Alfredo Castellanos Suárezl
1Coordinador del Centro de Investigación Interdisciplinaria y Servicio en Ciencia, Naturaleza, Sociedad y Servicio. Universidad Autónoma Chapingo.
"…el error radica en pretender reducir el todo a una de sus partes. En otras palabras, aciertan en lo que afirman y yerran en lo que niegan. El subjetivismo tiene razón cuando sostiene que no hay valor sin valoración; yerra al negar el elemento objetivo adicional. El objetivismo, a su vez, acierta al indicar la importancia de las cualidades objetivas, pero se equivoca al dejar de lado la reacción del sujeto frente a las cualidades."
Risieri Frondisi
Introducción
Los clásicos de la antigüedad establecieron la virtud y luego la moral como condición de los valores. Lo cual fue sentado como un a priori por Kant, que lo propuso de manera formal en el imperativo categórico para concitar al individuo a participar como legislador universal.
Fue tarea del siglo X IX proponer mecanis mos de validación de la Ética para que los valores discurrieran con fundamentos "científicos" para el aporte de la secularización estatal, en el afán de excluir cualquier base metafísica de orientación filosófica (que seguía siendo su base). Es así como se diseñan posturas subjetivistas y objetivistas para la conformación de los valores que son orientados al entendimiento a través de la Ética y de la Axiología (Figueroa de Fatra, 2005). El propósito es establecer qué formulan, cómo lo hacen, para qué lo hacen y qué fines persiguen. En un tránsito que va de Alexius Meinong a Max Scheler, que sirven de soportes a las actuales corrientes teóricas.
Esto va en búsqueda de aportar hacia la ecohistoria, para comprender cómo operan los valores humanos en la apropiación de la naturaleza. De esta manera se imbrican la Lógica (Ética) y la Estética.
Origen de las vertientes
No cabe duda que el concepto valor es antiquísimo y complejo, pero la discusión en torno a la formación de valores en su acepción moderna es más reciente, se remonta a mediados del siglo XIX.
Comienza en la antigüedad clásica, con dos grandes genios, Platón y Aristóteles, cuando se establece la relación del valor con la ética. Siguiendo a su mentor, Platón en sus Diálogos en el capítulo de Laques o del Valor, pone en boca de Sócrates la finalidad educativa de los valores mediante las virtudes, es por ello que a través la mayéutica propone el mecanismo de definición del valor, "dime cuál es esta facultad, que es la misma en el placer, en la tristeza y en todas las demás cosas que hemos hablado y que no mudará jamás, ni de naturaleza, ni de nombre" (Platón, 1871). De ese modo se establece que el valor se atribuye a las virtudes de quienes realizan bien -no mal- su ejercicio en cualquier actividad, si bien es difícil de conocer "puesto que no es fácil formar idea de sus partes" (Platón, 1871).
Al buen estilo de Aristóteles cuyo rigor exige que la naturaleza sea definida en conceptos, el valor no corresponde de entrada a la virtud sino que ésta decanta en su soporte que es la moral, que a fin de cuentas es la Política. De ese modo es posible establecer el valor en el bien. "La moral, a mi juicio, sólo puede formar parte de la política. En política no es posible practicar alguna sin estar dotado de ciertas cualidades, quiero decir, sin ser hombre de bien. Pero el
ser hombre de bien equivale a tener virtudes; y por tanto, si en política se quiere hacer algo, es preciso ser moralmente virtuoso." (Aristóteles, La gran Moral).
La búsqueda de un camino hacia la ciencia es tarea del siglo decimonónico. En 1832 se publicó la obra de Jeremías Bentham titulada Ciencia de la Moral para abordar de forma laica el concepto de ética que lo separaran del enfoque moral(ista) y, sobre todo, religioso, entonces acuña el término de Deontología (del griego deon, lo conveniente, lo debido, y logos, tratado, estudio, conocimiento), para establecer bases seculares acerca de "aquellas conductas del hombre que no forman parte de las hipótesis normativas del derecho vigente, aquellas acciones que no están sometidas al control de la legislación pública" (González-Vallés Saco). Con ello buscaba alcanzar la pretensión kantiana de eludir la metafísica en la intervención subjetiva en la moral y en la ética, mediante el racionalismo que de paso, con métodos casi matemáticos, el valorar los comportamientos que discurren hacia normas sociales.
La ética de Kant no resuelve, de esta forma, el asunto de los valores, que heredaba de los clásicos, pues la explicación de la moral ofrece un origen en la razón y no en la inclinación a base de una ética formal, como un algo exterior a los sujetos (Autoridad, Iglesia, Estado) por lo cual la ley moral no es autónoma sino heterónoma. Al no ser la ley autónoma y la lógica formal y la razón por sí no son capaces de dar leyes, pues no son ajenas al sujeto, esto no resuelve de por sí la cuestión del concepto de imperativo categórico (prescripciones del comportamiento), pues el comportamiento provenía del sujeto, de modo que no son "prescripciones que la razón tome de algún lugar ajeno sino de ella misma" (Kant Immanuel, b), a partir del sujeto (punto de partida, que lo mismo pasa con la razón, por eso Kant incia en su Crítica de la Razón Pura de la Estética Trascendental) (Kant Immanuel, a). Kant no separaba el concepto de valor del estudio de las leyes morales y del imperativo categórico. Esa es la tarea de la Axiología, que quedaba sujeta a la Ética (el concepto de bien) (Frondisi,
2010); si bien al referir al sujeto (por el concepto de lo bello) entonces es quehacer de la Estética (como lo advirtió Kant), por eso el debate que siguió a continuación nos habla de esa histórica polémica entre subjetivistas y objetivistas.
Subjetivistas
"Las exageraciones del subjetivismo axiológico reforzaron la tesis del objetivismo. Pero no hay doctrina filosófica que pueda construirse con los errores de la tesis opuesta.
Por otra parte el subjetivismo no yerra, sino que exagera alguna de sus verdades y el repudio de todo lo que sostiene condena al adversario a exageraciones semejantes, aunque se signo contrario."
Risieri Frondisi. Ya no es la persona o el humano quien percibe sino que la
inclinación científica busca en el sujeto el que otorga valor
a las cosas. Se recurre a la psicología considerando que se trata de un hecho o estado psicológico (Seijo, 2009). Si bien se considera que las cosas no son valiosas en sí mismas, el sujeto crea la valoración a partir de de las reacciones que en el sujeto se producen. Los subjetivistas recurren a una división de opiniones, unos atribuyen el valor como una experiencia subjetiva (el apriorismo) y otros lo atribuyen como una idea (Seijo, 2009). La Escuela de Austria y la de Praga consideran que algo tiene valor si es agradable, pues obedece a un estado sentimental del individuo, dado que las cosas no son valiosas por sí mismas, el valor es creación humana (Seijo, 2009). Mientras que la Escuela Neokantiana
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