La democracia en el mundo helénico: Los Sofistas y Aristóteles

MONOGRAFÍA

LA DEMOCRACIA EN EL MUNDO HELÉNICO: LOS SOFISTAS Y ARISTÓTELES

ALUMNO: FRANCISCO BERNABÉ

CARRERA: RELACIONES INTERNACIONALES Y CIENCIAS POLÍTICAS

CURSO: PRIMER AÑO, COMISIÓN D

PROFESORES: MARIO MICELI, MAURO SAIZ Y GERÓNIMO ROCCA

RESUMEN

Nos situamos en la Hélade durante el siglo V a.c, en las polis ya conformadas se estaba dando un periodo de desarrollo filosófico dado por el contexto en el que se encontraba Atenas, donde se encontraba la democracia como pilar fundamental, que va a ser tomada como mi objeto de trabajo. El objetivo de esta monografía es analizar las diferentes versiones de la democracia propuestas por los sofistas y Aristóteles en su obra “La política”. Hay que considerar, además, por ejemplo, elementos tanto democráticos como antidemocráticos que poseen sus pensamientos de lo cual se puede traducir en más de un tipo de conclusión, y como pueden emplearse de una forma que se considere justa para la sociedad de hoy en día.

INTRODUCCIÓN

Para ^[a]empezar esta investigación hay que hablar un poco sobre la historia de los protagonistas, simplemente para conocer quiénes eran y de dónde vienen. Los sofistas eran intelectuales que exponían ideas de manera individual, no como un grupo como se puede llegar a creer, cuyos textos por lo general los conocemos por textos escritos por Platón y no por sus textos originales. Estos surgen a partir de querer descubrir el arjé, y eran discípulos de los filósofos considerados como presocráticos. A mediados del siglo V a.c emigraron hacia Atenas debido a factores como la conquista del imperio persa de las costas de la actual Turquía, y dentro de esta polis escribieron sobre cuestiones políticas, morales o económicas, dando lecciones como un negocio de enseñar a como exponer sus posturas, y al ser la mayoría extranjeros, no podían participar en la vida política, incluso se los puede definir como maestros de la virtud política, enseñando el arte de como dominar la palabra utilizando como herramientas a la retórica, elocuencia o la capacidad de persuasión. Ahora hay que hablar sobre Aristóteles, nacido en Estagira, Macedonia, escribió sus obras en el siglo IV a.c, entre esas “La Política” aproximadamente en el año 350 a.c Gracias a su estatus de macedonio aristocrático se pudo educar siendo discípulo de Platón en su escuela “La Academia”. Así, tiene una cierta influencia platónica en su pensamiento, aunque tenga diferencias en otros temas.

Como un pequeño resumen, la democracia en Atenas se termina de establecer gracias a las reformas de Clístenes, Efialtes y Pericles, estableciendo las principales instituciones políticas que ya habían sido impuestas por Solón a principios del siglo VI a.c, otorgándole mayor poder a la Ekklesía y a su vez fortaleciendo la isonomía a partir de la adición del ostracismo, mecanismo a partir del cual por abuso o exceso de poder se expulsaba a la persona por 10 años de Atenas. Luego, por textos de autores como Heródoto más o menos a partir del siglo V a.c empezaron a haber discusiones acerca de las diferentes formas de gobierno a raíz del inicio de la decadencia de Atenas luego de la “Guerra del Peloponeso” (431-404 a.c), al igual que de su sistema democrático. De ahí viene Sócrates con su método y sus jóvenes discípulos, como Platón y de este Aristóteles y sus obras, en contraste con la sofística que tuvo su auge desde la época de Sócrates, cuyos autores mediante la filosofía y la razón empiezan a tratar de resolver cuestiones profundas, como qué es lo que nos hace felices, nuestra naturaleza humana o política y como llegar a donde estamos conformados en sociedad.

DESARROLLO

En el transcurso del siglo V a.c, los sofistas podrían ser considerados como relativistas/individualistas éticos, lo que significa que cada uno tenía su opinión propia acerca de lo bueno o lo malo, lo justo o lo injusto o de la influencia religiosa en la sociedad ateniense. Hay un elemento muy interesante que es que lo justo o lo injusto, que se desprende de los 2 tipos de leyes: physis y nomos. A la primera mencionada se la puede traducir como leyes naturales, mientras que, a la otra como leyes convencionales, aquellas impuestas o creadas por los hombres. Esta antítesis generó una serie de largas discusiones las cuales dividieron al grupo de los sofistas en dos partes: los defensores del nomos, donde podemos encontrar a Protágoras, o los del physis donde encontramos a Trasímaco o Calicles. Igualmente, si bien esta cuestión es importante para ir viendo los diferentes puntos de vista, estaba presente desde las obras de Homero o Hesíodo, que respondían justamente trataban a partir de estos, temas como el origen de la sociedad, las leyes o la justicia. La oposición physis-nomos, lo que es "por naturaleza" y lo que se "instituye", será el principal problema del siglo V ilustrado, problema que se planteará principalmente en los campos ético y político, posibilitados de buena forma por lo que era el cuestionamiento y declive del modelo democrático ateniense (Barbieri 2011). Antiguamente, la administración de la Hélade tenía un cierto orden gracias a los dioses del Olimpo por una physis para gobernar “innata y ancestral que dejaba en los márgenes y el anonimato a la mayor parte de la población ajena a las familias de la aristocracia” (Revista Ecúmene de Ciencias Sociales, 2020, p.268). ^[b]Esto incluso confirmado por el sofista Critias, quien interpretaba a esta physis con elementos del nomos, ya que para él los dioses habían sido inventados por el hombre para resolver el caos que las leyes convencionales no habían podido resolver: “Hubo un tiempo en que en la vida de los hombres no había orden y que estaba asalvajada (…) y a su vez no había castigo para los malos tampoco (…) y paréceme que luego los hombres establecieron unas leyes punitivas (…) más luego (…) el temor a los dioses les descubrió a los mortales” (Sexto Empírico, Contra los dogmáticos, III, 54).

Ahora voy a desarrollar las posturas de los sofistas para empezar a comparar con el estagirita^[c]

Protágoras, defensor del nomos, fue discípulo de Demócrito y una figura cercana a Pericles, participando en su gobierno durante el siglo V a.c. Su relativismo por el cual es fundamentalmente conocido encajaba de buena forma con la forma de gobierno que se estaba llevando a cabo durante su “siglo de oro”, dejándose aconsejar y siguiendo sus indicaciones. Este relativismo que indica que “el hombre, dice, es la medida de todas las cosas, de la existencia de las que existen y de la no existencia de las que no existen” (Platón, Teeteto, p.15^[d]). Esto conduce a una convivencia justa debido a que los hombres quedan liberados de cualquier divinidad, por lo cual todo depende de ellos, que implica que solo puede darse a través de la práctica de la virtud política, es decir, del respeto y la justicia, la cual es introducida en la sociedad a partir de las leyes que nos proveen armonía., lo que quiere decir que para legislar un estado todas las opiniones son válidas en la medida que sean convenientes, y van a ser más convenientes las que provengan de los hombres más instruidos ( del Valle Cama 2003). Esto nos deja entender que el concepto del nomos va a estar sujeta a la opinión más conveniente, la cual siguiendo con lo que dice este autor, si se la respeta por virtud y son buenas, el humano formado gracias a la educación, las va a aceptar. Por esta razón, Protágoras enseñaba el “arte de la política” y justificaba en cierta forma el por qué daba lecciones, lo cual su formación de las leyes y de la justicia en un marco donde no existe una verdad absoluta, sino la elección de lo conveniente, era su gran aporte propicio a la democracia ateniense del momento. Esto queda más claro aun cuando utiliza el mito de Prometeo en la obra de Platón denominada “Protágoras”, a partir de la cual nos deja evidencia para interpretar que este sofista se inclinaría por un gobierno más democrático.

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