La verdad construye, la mentira destruye

La verdad construye, la mentira destruye

 Por: Valeria Araya Cortés

Es muy seguro que ha lo largo de tu vida te hayan dicho que mentir es malo, pero de esto me nacen un sinfín de preguntas, ¿Es bueno o es malo mentir?, ¿Cuándo la vale la pena mentir, ¿Por qué debemos engañarnos de la verdad, cuando no somos capaces de sobrellevar la realidad?

Desde que somos muy pequeños nos enseñan lo que es “bueno” y lo que “malo” formándonos así llenos de valores, pero uno de los principales es ir siempre con la verdad por delante, esto lo vemos muy reflejado en muchos cuentos y fabulas tienen como principal enseñanza y moraleja decir la verdad, ya que si mentimos nada bueno sucederá, esto pasa de generación en generación y la verdad queda como un valor social que siempre esta en boca de todos, pero en acciones de muy pocos. A medida que crecemos comenzamos a tomar decisiones y con ellos el pensamiento de que, si ponemos la razón por sobre los sentimientos o los sentimientos por sobre la razón, y a la vez esta incertidumbre nos lleva a plantearnos ¿mentir por una razón buena es justificable?, poniéndonos en dilema ¿qué pasa si se miente para no causar daño, seria malo o bueno?, en algunas situaciones ser sinceros conlleva malos ratos con sentir dolor o pena, que con una “mentira piadosa” evitarían el sufrimiento de la persona.

Esta problemática la podemos ver reflejada en el cuento de Julio Cortázar (1996) “La salud de los enfermos”, donde nos presenta a Alejandro que sufre un accidente automovilístico en Uruguay y como producto de este accidente el muere. Por lo que la familia decide no contarle la verdad a su madre hasta que esta se encuentre estable de salud, por lo que comienza una rutina llena de engaños, que la misma familia comienza a creer. Este cuento nos deja un llamado de atención sobre el verdadero papel que debemos de tener en nuestra sociedad, además nos previene de las nefastas consecuencias que puede traernos vivir con las constantes “mentiras piadosas”, ya que nos manifiesta que de tanto vivir en ellas uno comienza a creer en ellas, causando así mas consecuencias mas negativas que positivas.

Por lo que cuando recurrimos a mentiras piadosas para evitar el sufrimiento de otra persona, lo que en realidad estamos haciendo es causarle un mayor sufrimiento con el tiempo, ya que en sí la sinceridad no duele, lo que nos duele o nos causa malestar es la realidad. Y al tratar de evitársela a los demás lo que estamos haciendo en crearle una imagen errónea, llena de fantasía y de falsedad, por lo que cuando esta utopía se desmorona y se cae en cuenta de la realidad esta llega a causar mas dolor de que el talvez hubieran sentido al saberla verdad desde un principio, por que en esa situación no se habrían llenado de esperanzas, por ejemplo en el cuento de Julio Cortázar (19996) cuando se le oculta a la madre de la muerte de su hijo, ella cree y se llena de esperanzas de que algún día lo volverá a ver,  pero al no recibir alguna repuesta de su regreso mediante las supuestas cartas que el escribía, ella se canso y se lleno de tristeza por pensar que estaba prefiriendo trabajar en otro país que estar con ella.

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