MENTIRA LA VERDAD
Enviado por cortito2008 • 7 de Octubre de 2014 • 2.674 Palabras (11 Páginas) • 409 Visitas
Capítulo 3: El otro
Filosofía
Ciencias Sociales - Filosofía / Nivel Medio - Nivel secundario
Economía
Contenido del capítulo
Actividades
Capítulo 3: El otro
La cultura occidental y la expansión del yo moderno. El otro como límite
del proyecto totalizante del yo moderno. Los otros del yo moderno, occidental,
blanco y “macho”. La paradoja del otro: ¿inaccesible o accesible,
reductible o irreductible al yo? Los prejuicios en torno al otro. Mismidad
y otredad como dimensiones constitutivas de la identidad personal. El
otro y el problema de la identidad personal y del lazo social. Entre la
tolerancia y la hospitalidad: distintos modos de vinculación con el otro.
La animalidad y la reformulación de la pregunta antropológica. Ética y
alteridad.
Filosofía
La problemática filosófica en torno al otro cobra significación en
la modernidad. Uno de los filósofos destacados de este período
ha sido René Descartes (1596-1650), quien planteaba la siguiente
tesis: el sujeto, y no una instancia trascendente o divina, es el
fundamento último de la verdad. Es conocida, en este sentido,
la conclusión que extrae este filósofo en Meditaciones metafísicas
(1641), cuando tras haber puesto en duda el valor de verdad de
cada una de sus creencias, encuentra sin embargo que existe
una verdad indubitable:
“De modo que luego de haberlo pensado y haber examinado cuidadosamente
todas las cosas, hay que concluir, y tener por seguro,
que esta proposición: pienso, existo, es necesariamente verdadera,
cada vez que la pronuncio o la concibo en mi espíritu”.
En la medida que pienso, sostenía Descartes, no pueden caber
dudas de que existo, porque tiene que existir un sujeto capaz
de sostener ese pensar/dudar. Por lo tanto, para Descartes, el
ser y el existir coinciden con aquello que caracteriza, desde su
perspectiva, al sujeto: el pensar. Y, lo que es más significativo,
Descartes afirmaba que esta verdad era una verdad “evidente”,
es decir, un tipo de verdad que se podía alcanzar de manera directa
e inmediata. Ello significaba que, para Descartes, el sujeto,
entendido como el conjunto de actos involucrados en el pensar
–dudar, sentir, reflexionar, desear, etc.–, era accesible de manera
directa y clara para “sí mismo”.
Ahora bien, la filosofía moderna, y mucho más la contemporánea,
cuestionará el “pienso, existo” cartesiano. Por dos razones:
en primer lugar, para concluir que el “yo” no es evidente ni siquiera
para el propio sujeto, esto es, que entre el sujeto y su
propio ser hay un conjunto de mediaciones que constituyen el
“sí mismo”, es decir, la identidad personal: la historia, las determinaciones
de clase, el inconsciente, etc., entre otras distintas
instancias que fueron señaladas como constitutivas del sí mismo
y que, sin embargo, no son directa e inmediatamente accesibles
para el propio sujeto. Por otro lado, lo que fue cuestionado
de la filosofía cartesiana es que una filosofía basada en cogito, es
decir, en la propia subjetividad, tenía enormes dificultades para
Filosofía
ACTIVIDADES DE SISTEMATIZACIÓN DEL CONTENIDO
Este capítulo de Mentira la verdad dedicado al otro desarrolla las paradojas
y los problemas que esta cuestión plantea a las filosofías de la mismidad,
es decir, a las filosofías basadas en la creencia de que existe un único y
privilegiado fundamento –en la modernidad, como vimos, ese fundamento
es el sujeto– de lo real. Para trabajar algunos de esos problemas, y para
apreciar cómo la cuestión del otro permite reflexionar sobre cuestiones tan
importantes como la identidad personal o el lazo social, sugerimos que los
estudiantes respondan en grupo las siguientes consignas:
1) ¿Cómo se define en principio la otredad? ¿De qué modo esa definición
involucra la idea del yo?
2) Al inicio del capítulo, se plantea la “paradoja de la otredad”, que puede
resumirse así:
Solo puedo pensar al otro desde mi yo, pero el otro justamente es lo que
excede a mi yo.
Esta paradoja permite plantear las siguientes preguntas:
pensar el vínculo con los otros, entre ellos, los otros sujetos. En
efecto, si la filosofía parte del yo: ¿cómo pensar a los otros? La
única opción que habilitaba la filosofía cartesiana era pensar a
los otros
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