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Las Relaciones


Enviado por   •  20 de Agosto de 2014  •  1.021 Palabras (5 Páginas)  •  167 Visitas

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Las relaciones entre cognición y afecto

Para tratar el tema de la relación entre cognición y afecto, este último constituido por emociones y sentimientos, resulta necesario primero explicar qué son las emociones.

Tres teorías son las más importantes que hablan sobre el origen y el carácter de las emociones.

1. Teoría de James-Lange (James, 1890): afirma que las emociones son la repuesta a señales fisiológicas. Se desprende entonces que primero experimentamos tensión muscular y luego sobreviene una emoción tal como la ira.

2. Teoría de Cannon-Bard (Cannon, Lewis y Britton, 1927): a diferencia de la teoría de James-Lange, esta teoría plantea que las reacciones subjetivas y las reacciones fisiológicas, van dándose sucesivamente, respondiendo ambas a un mismo estímulo.

3. Teoría de los dos factores (Schachter y Singer, 1962): sostiene que “las cogniciones interpretan el significado de las reacciones fisiológicas a eventos externos”. De aquí se desprende que las emociones vienen a ser evaluaciones de estímulos externos, una interpretación de lo que el entorno nos sugiere debemos sentir.

La hipótesis del feedback facial se vincula con la teoría de James. Propone que nuestras expresiones faciales pueden alterar nuestras emociones, al enviar cierta información al cerebro.

En un estudio realizado por Strack, Martin, & Stepper (1988) se le dijo a los participantes que se estaba llevando a cabo un estudio para determinar cuán difícil resultaba cumplir ciertas tareas sin el uso de manos ni brazos. Se dividió a los participantes en tres grupos. Una de las tareas era llenar un cuestionario pero sosteniendo el lápiz de una manera particular: el grupo de control lo sostuvo con la mano izquierda (y si eran zurdos con la derecha), otro grupo lo sostuvo con los labios, de modo que se les frunciera el ceño y por último, el tercer grupo lo sostuvo con los dientes, contrayendo los músculos, generando una sonrisa.

Luego de realizar otras tareas, de se mostró a los tres grupos reunidos una caricatura y se les pidió determinar cuán cómica era. Como era de esperarse, los del tercer grupo (que sin querer había sonreído) la encontraron más divertida que los del segundo (que habían fruncido el ceño), demostrando así que las expresiones faciales influyen en las emociones. Por lo cual podemos decir que las emociones pueden ser la respuesta a estímulos externos así como también pueden ser la respuesta a cambios corporales, o sea a cuestiones internas.

Influencia del afecto en la cognición: “nuestros sentimientos influyen en la forma en que pensamos y en la forma de realizar nuestros juicios sociales” (Baron y Byrne, 1998)

Existe un efecto del juicio congruente con el estado de ánimo, que sugiere que cuando estamos de buen ánimo tendemos a pensar positivamente, y cuando nuestro estado de ánimo es negativo tenemos pensamientos tristes y evocamos ese tipo de recuerdos.

El ánimo positivo puede incrementar la creatividad. Un ejemplo de esto es un estudio publicado por la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences. El estudio consistía en resolver un problema creativo que requería asociaciones de tareas inusuales y una tarea visual que requería ignorar la información distractora. Se indujo a los participantes a estados ánimo positivos y negativos con música animada o triste y haciendo pensar a los participantes en cosas alegres o tristes, respectivamente. Finalmente la tarea creativa de resolución de problemas resultó mejor en quienes había sido inducido a un estado de ánimo positivo, pero la realización de la tarea visual fue defectuosa, ya que los individuos felices se distraían más fácilmente que los individuos tristes.

Esto último puede deberse a que quiénes están de mal humor están en un ambiente difícil, lo que los pone “en guardia”.

A pesar de lo recién expuesto, Golstein y Strube han descubierto que no siempre los estados de ánimo van a influir en la cognición en sentidos contrarios, a menos que estos sean muy fuertes.

Modelo de infusión afectiva (MIA) propuesto por Forgas (1995). De acuerdo a este autor existen dos mecanismos a través de los cuales los sentimientos pueden influir en nuestros pensamientos.

1. Afectando a la atención y a la codificación de la información (se atiende y codifica mejor la congruente con el estado de ánimo), y a la activación de categorías y esquemas (evocando asociaciones y conocimientos congruentes con ese estado).

Este mecanismo se pone en marcha cuando percibimos información del medio y necesitamos interpretarla recurriendo al conocimiento almacenado.

Congruencuas y asociación

2. Sirviendo de pista informativa para inferir nuestro juicio sobre un estímulo (buen humor -> el estímulo nos agrada, aunque el estado de ánimo no tenga nada que ver con el estímulo). Este mecanismo actúa cuando empleamos heurísticos para hacer inferencias.

El afecto influye también en el contenido de la información que se procesa y se recuerda, de dos formas diferentes:

Efecto del recuerdo dependiente del estado de ánimo: la congruencia se produce entre el estado de ánimo del momento en que se procesó la información y el que se tiene en el momento de la recuperación (si se almacenó la información estando de buen humor, se recordará más cuando el estado de ánimo sea del mismo signo).

Efecto del recuerdo congruente con el estado de ánimo: la congruencia se produce entre el estado de ánimo en el momento de la recuperación y la valencia de esa información (recordar información positiva cuando se tiene un estado de ánimo positivo).

La influencia de la cognición en el afecto: puede ocurrir de diversas formas, ya sea:

• Por recurrir a lo que percibimos del exterior para poder definir nuestras experiencias subjetivas (teoría de las emociones de Schachter).

• Por la activación de esquemas cognitivos que contienen un fuerte componente afectivo. Por ejemplo si conocemos a una joven rubia, teniendo previamente el esquema de “rubia tonta”, tenderemos a pensar que todo lo que diga será algo tonto, causándonos desagrado.

• Porque nuestros pensamientos, pueden orientarnos en el modo de reaccionar estímulos que provocarán una emoción.

• Por las expectativas que tenemos en torno a algún objeto que de cierto modo van a configurar nuestras sentimientos y percepciones en el momento en que nos encontremos con aquello sobre lo cual generamos expectativas. Por ejemplo, si un amigo nos dice que una película es buena, es probable que cuando la veamos la encontraremos buena, influenciados por las expectativas que habíamos generado.

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