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Las características diferenciadoras del ser humano


Enviado por   •  15 de Octubre de 2015  •  Tareas  •  1.923 Palabras (8 Páginas)  •  329 Visitas

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO

FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA I

ALUMNO: CÉSAR HOMERO CARRILLO BALCÁZAR

ASESORA: SANDRA REYES MARTINEZ

3 de octubre de 2015

Grupo: 9180.

Unidad 1, actividad de aprendizaje 1, Educación y pedagogía.

Lee el artículo de Alejandro Sanvisens Marfull, incluido en el anexo de la antología del curso, y contesta las siguientes preguntas:

  1. ¿Cuál es la relación y las diferencias que encuentras entre los conceptos de educación y pedagogía?
  2. ¿Cuáles son las características de la educación?
  3. ¿Cuáles son los fundamentos de la educación?
  4. ¿Por qué se habla de las ciencias de la educación?
  5. ¿Cuál es la reconstrucción de la conceptualización de pedagogía?
  6. ¿Cómo cambió tu conceptualización de la pedagogía al término de esta unidad?

a) ¿Cuál es la relación y las diferencias que encuentras entre los conceptos de educación y pedagogía?

La relación que presentan es la conducción del ser humano hacia la adquisición de conocimientos y a alcanzar el proceso de maduración.

Mientras que las diferencias que puedo observar son, que la pedagogía se  encarga de estudiar la manera en que se le va a transmitir el aprendizaje al ser humanoy la educación analiza las formas en que el niño aprende y que métodos se deben llevar a cabo para la conclusión de dicho proceso.

b) Características de la educación:

Capacidad subjetiva. Propia del sujeto humano, de desarrollarse psíquicamente, de formarse, de realizar y desenvolver su personalidad. Se trata de una posibilidad transformativa, al mismo tiempo adaptativa y proyectiva. La podemos considerar una característica condicionante, en relación con  el sujeto que se educa.

Carácter conductivo. La educación es, básicamente, una conducción. Se puede hablar de tránsito, traslado, comunicación, transmisión, siempre en el sentido de una conducción transformativa, de un guiaje estructurador, configurador de la persona.

El carácter conductivo de la educación no implica coacción, determinación impuesta, condicionamiento forzado o violento; al contrario, debe permitir la espontaneidad, el libre ejercicio de la voluntad de los educandos, es decir, el uso de su libertad. Básicamente, la educación es conducción libre de la persona que se educa; la educación, como orientación conductiva o conducción orientativa, debe potenciar la libertad de elección y determinación, promoviendo el ámbito, el medio y el modo de la actuación libre de las personas.

Vía de perfeccionamiento. La educación es perfección en el sentido de que añade cualidades nuevas que el educando no tenía, que promueven su formación integral, y en el sentido de renovación estructural y funcional como sistema de la persona y de la sociedad. La educación, rectamente entendida y practicada, favorece el cambio social, y contribuye al mejoramiento y a la superación de las formas y funciones de la vida social humana, elevando el nivel cultural y las realizaciones en este sentido. El carácter de perfeccionamiento es opuesto al estancamiento, al inmovilismo formativo y cultural, así como a las formas cerradas y estáticas que dificultan el libre desarrollo de las personas y de la colectividad. Perfección y evolución se corresponden, y se implican en el proceso educativo como favorecedor del desenvolvimiento humano.

Función receptiva y activa. La educación ofrece esta doble funcionalidad. Por una parte, implica la recepción o captación adecuada de información, proveniente de fuentes diversas, especialmente de los agentes educativos, y, por otra la selección y transformación activa de la misma, para integrarla en sentido configurativo, formativo.

Receptividad y actividad se complementan en los procesos humanos; intervienen en el proceso “memoria” o “memorias”, como registros o disponibilidades que permitirán la actualización de los datos, pautas y modos de representación o de acción. Sin memoria no habría aprendizaje, ni  experiencia, ni educación.  

La doble dimensión funcional de recepción y acción puede darse en la autoeducación, o educación intrínseca y en la heteroeducación, o educación inicialmente extrínseca. Se da forzosamente en los dos casos, aunque es de destacar que el verdadero efector de la educación es siempre el educando, quien realiza la acción educadora al transformar en estructura propia y personal la información procedente de la fuente a través del canal informativo-comunicativo.

Orientación a patrones o valores.  Todo proceso de guiaje, así como todo proceso comunicativo-informativo, unidos a la regulación y a la optimización, presuponen patrones o valores, que pueden entenderse como normas u objetivos a los que ordenar la acción informativa y directiva. Dichos patrones pueden ser meramente instrumentales, propios para regular la efectividad de la acción, o bien ideales, a manera de arquetipos, normas o modelos a los que se tiende como finalidad propia de la acción educadora. Más que  objetivos o subjetivos, más que estructurales o funcionales, pueden considerarse como “relacionantes”, es decir, una relación entre la estructura, la función y el medio en que el sistema funcional actúa. Forman parte de la dinámica del sistema operante, pudiendo admitírseles implícita o explícitamente, es decir, en el hombre, en forma preconsciente o consciente; aunque en la educación, en sentido estricto y riguroso, los valores como fines u objetivos deben tender a ser plenamente conscientes, admitidos racional y voluntariamente e, incluso, sometidos a crítica suficiente acerca de su validez, importancia y grado de viabilidad y aprovechamiento.

Intencionalidad. Sin intención de educar, no habrá educación. No cabría aceptar una educación ciega, en el sentido de inconsciente, inintencionada, involuntaria, no pretendida. Generalmente se hace referencia en este caso al educador, el agente educativo. Pero cabe hablar también de intención en el educando, en el sujeto dela educación. Varios autores no la enuncian ya como condición o característica. Para precisar la terminología, se podría distinguir entre “intencionalidad”, por su referencia objetiva, por su posibilidad de realización de un modelo o patrón determinado. Pero, en cuanto a la intención o propósito consciente y deliberado, la cuestión es más dudosa. Se habla de educación cósmica, ambiental, difusa, no formal o no establecida en formas reconocidas.  

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