Las ideas y sus tipos . Demostración de la existencia De Dios y del mundo. Las sustancias

2. Las ideas y sus tipos . Demostración de la existencia De Dios y del mundo. Las sustancias

Para llevar a cabo la reconstrucción del edificio del conocimiento, Descartes va a centrarse en el pensamiento. Pensar, para él filósofo es tener ideas y por lo tanto, para modernizar la filosofía tendrá que analizar los diferentes tipos de ideas que tenemos los humanos. Su objetivo será encontrar alguna idea que además de tener existencia subjetiva, se pueda deducir de esta su existencia extramental.

La teoría de las ideas de Descartes viene dada gracias a la aplicación del primer principio del método y del uso de la intuición para llegar al cogito, la primera verdad, desde donde se va reconstruir la filosofía como una ciencia. A partir de esta verdad, Descartes deberá afrontar el problema de deducir la existencia del mundo sensible y de resolver el origen del conocimiento pero, ¿cómo logrará hacerlo?.

La frase “Pienso, luego existo” no sólo es la primera verdad, sino también el modelo de toda verdad y certeza. Todas las ideas que se perciban a partir de ahora con igual claridad y distinción  serán tan ciertas y verdaderas como el “yo pienso”. El criterio de verdad es entonces el de la evidencia racional (claridad y distinción). Además, puedo seguir dudando de que tengo cuerpo, pero no de que dudo. La idea de mí mismo como cosa pensante la capto como distinta e independiente de la idea de mí mismo como cuerpo; la primera es clara y distinta, la segunda aún es oscura y confusa. Por tanto capto con claridad y distinción que yo soy simplemente una cosa que piensa, un espíritu, un entendimiento, una razón, un alma. Por tanto  yo soy una substancia cuyo atributo esencial es el pensamiento; una sustancia pensante (res cogitans).

Descartes toma de Aristóteles los conceptos substancia y atributo. La substancia es aquello que no necesita de otra cosa para existir, a diferencia de los atributos. Y Descartes habla de 3 substancias. Dios (substancia infinita), el yo (substancia pensante) y las cosas materiales (substancia extensa). Por otra parte, los atributos son aquellas cualidades que necesitan de una substancia que los soporte para existir. El atributo esencial es el rasgo principal e invariable de una substancia. Además se conciben clara y distintamente.

Seguidamente tenemos la teoría cartesiana de la substancia. Hay 3 ámbitos de la realidad.  La substancia pensante (res cogitans, alma), su atributo esencial es el pensamiento y es una substancia creada. Luego está la  substancia material extensa (res extensa). Su atributo esencial es la extensión (anchura, longitud y profundidad). Las cosas materiales, incluido el propio cuerpo, forman la substancia extensa y es una substancia creada. Y finalmente la  substancia infinita o Dios. Es la sustancia perfecta, eterna e infinita. Sólo Dios es substancia en sentido estricto; las otras dos, al ser creadas, lo son sólo por analogía (no se necesitan mutuamente para existir) Sus atributos son la perfección, la infinitud, la eternidad, la omnipotencia, la omnisciencia.  El ser humano es un compuesto de substancia pensante y substancia extensa, de alma y cuerpo (dualismo antropológico).

Tenemos una primera verdad, Yo existo como cosa o substancia pensante, que tiene ideas. Tenemos también un criterio de verdad (claridad y distinción) . Pero no se ha disipado la hipótesis del genio maligno, por lo que aún no podemos confiar plenamente en la razón ni en el criterio de verdad. Hay que demostrar que Dios existe, pues no permitiría que un Genio maligno nos engañara. Si existe Dios recuperamos la confianza en la razón. Pero sólo podemos partir de las ideas que

Descartes afirma que las ideas son como una representación gráfica de las cosas, estando esta representación contemplada por el pensamiento, por lo tanto, la existencia mental de estas está totalmente verificada pero no hay ninguna certeza de que estas tengan algún tipo de realidad extramental.

El análisis de las ideas, es por lo tanto esencial para dar respuesta a este interrogante, y de aquí se distingue un doble aspecto de estas. Las ideas en tanto que modos de pensamiento, esto es, actos mentales. Las ideas en tanto que imágenes que representan algo. Las ideas en tanto que modos de pensamiento son todas iguales, pero en tanto que representaciones de cosas, son diferentes ya que unas representan unas cosas y otras, otras cosas. El siguiente paso que conducirá a Descartes a solventar este problema será el análisis del contenido de las ideas, separándolas así en tres tipos, siendo estas las ideas adventicias, las ideas ficticias y las ideas innatas.

Las ideas adventicias son ideas extrañas, provenientes del exterior, cuya causa es la percepción sensible. Las ideas facticias son aquellas ideas que la mente construye utilizando otras como modelo, son ideas creadas por la imaginación. Las ideas innatas son las ideas que posee por sí mismo nuestro pensamiento, este innatismo que defiende Descartes no es referido a que todas las personas nacemos con los conocimientos de manera consciente, sino que estas ideas son connaturales y, por lo tanto, la razón posee una predisposición natural a conocerlas. Estas ideas puede decirse que brotan de manera natural en nosotros.

Pero ¿Qué ideas son más reales?. Como simples contenidos de mi mente, no hay diferencia. Todas son igual de reales, simples contenidos mentales. Todas tienen la misma realidad formal. Pero si atendemos a lo que representa cada una (lo que Descartes llama su realidad objetiva), las ideas que representan substancias tienen más realidad que las que representan accidentes (cualidades), y la de substancia infinita tiene más realidad que la de substancias finitas, etc…

La segunda verdad es que Dios existe. La primera demostración es el argumento de la causalidad aplicada a la idea de un ser perfecto e infinito. Entre las ideas de mi mente está la idea de Dios, es decir, la idea de una substancia infinita, eterna, inmutable, omnisciente y omnipotente y perfecta. ¿De dónde procede esta idea?. No puede proceder de mí, pues soy imperfecto y lo perfecto no puede proceder de lo imperfecto. Tampoco puede proceder de la nada, pues de la nada no puede proceder nada. Necesariamente ha de proceder de un ser verdaderamente perfecto y existente. Por tanto, Dios existe, no sólo como idea, sino como realidad fuera de mí.

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