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Los Problemas De La Filosofia


Enviado por   •  31 de Octubre de 2014  •  6.083 Palabras (25 Páginas)  •  250 Visitas

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Problemas de la filosofía

Capítulo I

Todo ser humano nace con la capacidad de pensar, asimilar y distinguir patrones que interactúan con él desde el nacimiento. Estos patrones pueden representarse de diferentes maneras a través de la capacidad sensorial de cada uno, Russell se centra en el primer capítulo en una mesa que está frente a él. Considera que al sentido de la vista, tiene un tono de color característico. Para el tacto debe ser lisa, fría y dura y en cuanto al sonido de la madera siempre es el mismo. El color de esta mesa es variable y esta puede ser de diferentes formas (rectangular, circular, etc.) pero he aquí el detalle, al observar la misma mesa pero de un ángulo distinto se encontró con características totalmente diferentes a las que percibimos al principio, por lógica se dedujo que la mesa cambia sus características en base a los factores que inciden sobre esta y el punto de vista de cada persona, es decir, si analizamos con un microscopio la estructura de la mesa, nos daremos cuenta que realmente no es tan lisa como pensábamos, y que el sonido que emita la madera dependerá del objeto con el que se golpee la mesa.

Russell expresa en el libro su discrepancia con el color real de la mesa que cualquiera de nosotros percibamos ya que el duda que este exista, cuando nos referimos al color de un objeto, en realidad nos referimos a algo que se obtiene de la perspectiva del observador como también afirma que no hay ninguna razón para pensar que la perspectiva de cada uno sea real. Russell establece la diferencia entre lo que las cosas parecen ser y lo que son.

La realidad de la mesa, depende de las informaciones sensoriales. Las informaciones sensoriales es todo aquello que percibimos a través de los sentidos y la sensación “es aquella experiencia que obtenemos cuando nos damos cuenta de estas cosas.” Otro punto que establece Russell en su libro es ¿cómo podemos saber que una mesa es real?, a raíz de esto, por las características que se pudieron percibir de la mesa se puede decir que es un objeto físico, esto conllevaría a que se denominase “materia”, ahora la cuestión de Russell es “¿existe la materia?” Russell toma en cuenta las ideas del filósofo Berkeley a la hora de responder esa pregunta, Berkeley afirma que la mesa es “real” y cree que esta “existencia” depende de una mente como también dice que esta existencia no depende de nosotros si no de la mente de Dios para Berkeley los objetos físicos no existen más allá de la realidad del hombre, considera la mesa “real” como una idea en la mente de Dios.

Russell en su hipótesis coincide con Berkeley en que la materia son productos mentales y por tanto, que la materia no existe y que esta va más allá de la realidad del hombre. Russell concluye diciendo que lo único que sabemos sobre la mesa es que no es lo que parece ser, que las posibilidades que establece la ciencia.

Capítulo II

Russell expone sobre la materia en el capítulo II. Él sigue con su hipótesis de que la materia no es real y plantea la interrogante “si podemos estar seguros de que la materia existe o si hay que admitir que la materia es algo imaginado”. El objetivo de él en este capítulo es establecer si la mesa existe o no independientemente de nuestra percepción de ella ya que si nos alejamos de ella, la mesa aún está allí.

Russell nos recuerda a lo largo del capítulo la duda sobre la existencia física de un objeto. Sin embrago, el establece que podemos decir que el objeto que percibimos en ese momento es una mesa por nuestras sensaciones con respecto al objeto pero no se puede asegurar que la mesa sea real como también alega que todo lo que nos rodea incluidas las personas y sus mentes, son producto de nuestra imaginación, pero también sostiene que no hay razón para suponer que esto sea cierto.

El autor hace referencia a la Duda Metódica propuesta por Descartes. Este no creía en nada que no fuera claro. Se imaginó la posibilidad de una realidad desordenada, engañosa. Russell extrae el concepto de que "las cosas subjetivas son las más seguras."

El hecho de que un grupo de personas estén viendo los mismos objeto, no significa que los vean de la misma manera, esto dependen de la posición en que se encuentre cada una de las personas, ya que verán las cosas ligeramente diferentes. Estos son los llamados "objetos neutros públicos”. Pero Russell destaca que si hemos admitido las experiencias de otras personas, hemos cometido un error. Ya que estas personas son solo producto de nuestro pensamiento. Sostiene que no existe impedimento para suponer que la vida es un sueño pero tampoco existe alguna razón para poder afirmar que esto es cierto.

Russell señala que sólo hemos dudado del mundo exterior porque no es idéntico a nuestros datos de los sentidos. Sin embargo, los objetos físicos aún parecen corresponder a nuestros datos de los sentidos. Esta creencia instintiva simplifica nuestra forma de pensar acerca de nuestras experiencias, en lugar de complicarla. Él autor concluye diciendo que todo conocimiento, debe ser construido sobre nuestras creencias instintivas.

Capítulo III.

En el tercer capítulo, Russell aborda la cuestión fundamental propuesta desde el primer capítulo. En primer lugar, se analiza la respuesta hipotética ofrecida por la ciencia física. La ciencia física reduce los fenómenos naturales como la luz, el calor y el sonido a "movimientos de onda". Un cuerpo compuesto de materia emite una onda que viaja a un observador. Ahora Russell presenta una comparación entre esta visión y la nuestra, de la cual sabemos que no percibimos movimientos ondulatorios. Es posible imaginar a un hombre ciego comprender la definición científica del movimiento ondulatorio. Sin embargo, él no puede saber lo que conocemos directamente, lo que no se puede capturar con palabras. Bertrand aclara esta distinción entre la visión científica y la derivada de la experiencia directa. Él dice que los colores y los sonidos son los fenómenos de la experiencia y están ausentes del mundo científico de la materia.

Por otra parte, también afirma que el espacio conocido por la vista y el espacio conocido por el tacto es diferente. Y que mientras los espacios privados ofrecen diferentes representaciones de un objeto, el espacio público sólo ofrece un consistente. Aunque parecen diferentes, Russell concluye, con que los dos tipos de espacio parecen estar conectados.

En este capítulo, se adquiere una mejor comprensión de que los objetos físicos no parecen exactamente igual que nuestras informaciones sensoriales, y que el mundo físico parece ser el causante de

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