Maquiavelo, El Príncipe
larasalasTrabajo12 de Junio de 2019
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3. Analice y explique la siguiente cita: “Un príncipe está por lo tanto necesitado de saber usar bien a las bestias, y de ellas debe elegir al zorro y al león, porque el león no se defiende de las trampas y el zorro no se defiende de los lobos. Entonces, es necesario ser zorro para conocer las trampas, y león para intimidar a los lobos” (Príncipe, Cap. XVIII).
Maquiavelo con esta cita, expone que quien gobierna DEBE tener una actitud y ánimo cambiante y mutable a las situaciones que se le presentan, para así poder llegar y perpetuarse en del poder[1]; es decir, tienen que hacer lo que sea necesario para la conservación del Estado[2], y no lo que se considere moral o éticamente “bien” o “bueno”. Todas las acciones tienen sus consecuencias pero estas dependen de las circunstancias y el contexto en el que se den.
En este capítulo, “Quomodo fides a principibus sit servanda”, Maquiavelo indica que existen dos maneras de ejercer el poder: una es mediante leyes, y es característica de los hombres; la segunda es gracias a la utilización de la fuerza, que es propia de las bestias[3]. Dado que la primera no siempre es suficiente, a veces conviene recurrir a la segunda; eso sí, indica, “[…] el príncipe necesita saber una y otra cosa; y que sin ambas naturalezas no es perdurable” (Maquiavelo, página 269). Y, entre las bestias, puede elegir a la zorra o al león. Generalmente, el que mejor ha sabido imitar a la zorra ha salido mejor liberado; en otras palabras, quien actúa con astucia.
También Maquiavelo afirma: “[…] hay que saber disfrazar bien tal naturaleza y ser un gran simulador y disimulador, […] el que engaña encontrará siempre quien se deje engañar.” (Maquiavelo, página 271). No es importante quien se es, sino quien se cree ser ya que, el vulgo se deja cautivar por el éxito y la apariencia.
4. Explique cuál es la articulación entre la virtú y la fortuna elaborada en el texto por N. Maquiavelo y cómo y en qué medida dependen de la acción de los hombres.
La diferencia entre la virtú y la fortuna es que, la primera es la capacidad de los hombres de dominar los acontecimientos y de realizar un fin deseado, es decir, poseer las cualidades necesarias para ser un buen dirigente[4]. La fortuna hace referencia a un curso de eventos que son externos y no dependen de la voluntad del hombre.
Maquiavelo considera que la fortuna es, en parte, árbitro de nuestras acciones, pero, que también nosotros gobernamos, ya que, por ejemplo, podemos ser precavidos con ciertas cosas que creemos o ya sabemos que van a ocurrir. Afirma que “el príncipe que solo se apoya en la fortuna se arruina tan pronto como esta cambia” (Maquiavelo p.280). El que dos personas actúen de una misma forma y lleguen a resultados opuestos, o, actúen de diferente manera y obtengan un resultado similar, depende también la variedad de los resultados y su manera de proceder. Por esto es que él se opone, en general, a la fortuna.
Este capítulo concluye con que, al cambiar la fortuna y el hecho de que los hombres se aferren obstinadamente a su modo de actuar, los mismos tienen éxito mientras ambos coincidan y cuando no, fracasan.
Cuanto más favorable es la época o las circunstancias para un gobernante, menos virtud necesitará.
Maquiavelo traza un paralelo entre la fortuna y la figura de la mujer, indica que para doblegarlas, se las debe someter y golpear, ya que se dejan vencer más fácilmente de esta manera que actuando con frialdad. (Maquiavelo p.284)
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