Mayeutica Socratica

Históricamente, el hombre ha forjado sus saberes y conocimientos a base de las distintas experiencias y/o experimentos realizados por nuestros antecesores. De este modo, nosotros descubrimos la idea de lo que es el fuego, dimos un concepto para definir la luz, el sol, los astros, las plantas y un sinfín de cosas que nos rodean. Pero, ¿Como llego el hombre a definir cada una de las cosas que sucedían a su alrededor? ¿Cómo llego el hombre a cuestionarse que es lo que lo rodea? ¿Cómo llego el hombre actual a aprender de estos hechos que aparentemente fueron descubiertos en la antigüedad? La respuesta más idónea para estas interrogantes puede ser la experiencia, pues en ella, es que basamos nuestros conocimientos actuales. Cada una de las cosas que ha descubierto o a intentado descubrir el ser humano se las ha traspasado a las generaciones que les preceden, es así como el conocimiento va de generación en generación y paulatinamente se va educando a un nuevo ciclo personas que por lógica, intriga, simple curiosidad, necesidad o por otra incontable cantidad de motivos llega a cuestionarse que es lo que los rodea.

Es así, como nace en nuestra sociedad el concepto de Educación, el cual, según la RAE se puede definir de las siguientes formas: Dirigir, encaminar, doctrinar. / Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc. Basándonos en este prospecto que tenemos de este concepto tan complicado y amplio para definir es que mostraremos nuestra idea de lo que es una verdadera educación, y el cómo debería de llevarse a cabo para que esta sea efectiva y no en roñosa, como lamentablemente se torna en ciertas circunstancias que abordaremos en los siguientes párrafos.

Hoy en día, la educación ha caído en un profundo vacio. Se ha perdido el sentido real de lo que es educar, aprender, conocer y experimentar, y por el contrario, estamos enfrascados en un incesante combate contra la razón, en el cual queremos aparentar que la idea de un hombre-máquina capacitado para no errar está dejando de ser utópica y puede convertirse en una realidad. En la actualidad, los colegios, institutos, universidades y un inagotable numero de lugares que están supuestamente diseñados para educar buscan simplemente en las personas el dar conocimiento. Probablemente ustedes se preguntaran: “¿Y qué hay de malo o anormal en eso? “. La respuesta no resulta nada sencilla. Esto, debido a que para nosotros mismos se ha transformado en una realidad aceptada socialmente el hecho de que estas instituciones mencionadas anteriormente nos otorguen el conocimiento necesario para desempeñarnos en distintas labores dentro de una comunidad, pero, ¿No seria acaso mejor encontrar este concomiendo por nosotros mismos? A este cuestionamiento, cualquiera respondería que esto es ilógico y fuera de toda concordancia, pues si así fuera, nos encontraríamos cada dia con nuevos Copernico o Fleming , que vallan “descubriendo” una y otra vez que el sol es el centro del sistema solar o que la penicilina sirve como antibiótico. Pero sin embargo, es por medio de la experimentación y estudios de estos notables próceres de la ciencias que nos surgiría más fácil entender el cómo cada uno de estos científicos llego a tales descubrimientos. Es entonces que nace la idea de que estas cedes creadas para otorgar y fomentar la educación de los individuos no debe otorgar el conocimiento “en bandeja ”, por decirlo de una forma, sino mas bien, deben otorgar herramientas para llegar a un correcto conocimiento, reflexionar y conseguir así nuestras propias conclusiones de lo aprendido.

Aparte de esta problemática del “dar” el conocimiento, existe también otra seria de acciones que nos impiden la correcta realización del acto de educar como tal.

Existe actualmente en el hombre una falta excesiva de auto examen. Es cosa de preguntarnos a nosotros mismos ¿cuántas veces nos hemos puesto a pensar cuales de nuestras acciones están bien o mal? Y más allá de eso, una vez que las identificamos ¿somos realmente capaces de corregirlas? Aunque no lo crean, esto afecta en el desarrollo de nuestra educación. El hombre, para desarrollarse, debe paulatinamente corregir áreas o aspectos en los que note ciertas falencias, ya sea de índole cívica, moral, personal, cultural, etc. Un ser educado es un ser que por sobre todas las cosas aprende de sus errores y toma el auto examen como una mirada hacia su interior en la cual aclara sus objetivos y por ende genera una idea u opinión propia sobre las cosas, la cual, a su vez lo transforma en un ser con mayor capacidad de argumentación y cuestionamiento, lo que a la larga desencadenara una mayor capacidad educativa. Sin embargo, queremos dejar en claro, que no existen hombres con mayor ni menor capacidad educativa, pues todos somos capaces de llevar a cabo este auto examen e identificar y corregir nuestros puntos bajos y es de este modos que todos somos capaces entonces de desarrollar la cualidad de poder cuestionarnos y averiguar distintas cosas como mencione anteriormente, llevan al hombre a la educación.

Esta ida que hemos planteado en párrafos anteriores respecto del aprender, educar y comprender el mundo y las cosas por medio de preguntas y acciones practicas se puede entender como lo que en el pasado se planteo como “Mayéutica Socrática”

Esta una herramienta de educación basada en realizarle preguntas al individuo con el fin de que llegue a conclusiones por sí mismo. Este método fue propuesto por Sócrates ya que él pensaba que el conocimiento era una suerte de bebé que se debía dar a luz, para este fin el “partero” o tutor debía buscar el saber dentro de su pupilo. Bajo este concepto con solo clases prácticas e implementando el diálogo como instrumento dialéctico se puede llegar a la formación de una persona completa académicamente.

La idea principal del método es que en vez de introducir el conocimiento al alumno, ya que no se considera a este una suerte de esponja o cajón vacío, se le incita a la investigación mediante el diálogo con el maestro, con el propósito de quitarle el carácter automatizado y casi domesticado que se le da a los niños en el sistema educacional actual, los estudiantes están siendo enseñados a obedecer sin necesidad de protestar, preguntar, ni tener una opinión propia.

Para comenzar con éste estilo educativo, según Sócrates uno de los interlocutores debe postular una tesis o afirmación, lo que el otro

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