Mente De Los Jóvenes

He aquí una reflexión sobre por qué los profesores deberían tener estudios en psicología, docencia y/o pedagogía además de ser ingenieros, licenciados en “x” o “y” carrera, con grado de Maestros o de Doctores.

Un profesor para un alumno y más en ésta etapa de la vida debe ser, no sólo aquel que nos provea de conocimientos, sino que además deben ser un guía en el enajenado camino de la adolescencia, debe transitar con nosotros en éste trayecto tan importante que es la educación Media Superior; el Bachillerato lugar donde decidiremos qué camino tomaremos o mejor dicho, que carrera estudiaremos, deben aconsejarnos, empaparnos de sus experiencias, sin perder el rumbo de la cátedra –claro está-, pero es la empatía quien habrá de volvernos más humanos.

¿Y cómo volvernos más humanos? Reconociéndonos como personas únicas e irrepetibles; y eso es lo que la pedagogía en singular nos ofrece al reconocer los distintos tipos de aprendizaje acorde a cada persona, y de ésta manera generar nuevas técnicas más eficaces para la educación. Pero no lo aplican y quizá más allá de la ligereza por el conocimiento del tópico, porque sabemos que es el aprendizaje la base de los seres humanos, es su contacto con el mundo, la sociedad que los rodea, siendo tan esencial del ser, y siendo éste importante por ser el principal beneficiado.

¿Por qué adaptar al estudiante a la educación? Por contrario, la educación debe adaptarse al estudiante, porque es en el aula donde el estudiante no sólo aprende matemáticas, literatura, física y demás. Es así y en ésta etapa de búsqueda de la identidad donde su desarrollo, su desenvolvimiento lo lleva a buscar patrones, ejemplos a seguir y antihéroes. Y es ahí donde los catedráticos deben hacer su papel con una clase que atraiga y atrape al joven pupilo, en vez de desinteresarlo.

Es donde el profesor debe generar un ambiente apto para la confianza, el esparcimiento y ante todo la retroalimentación para que el muchacho conozca distintos puntos de vista hasta generarse su propia opinión. Es también a partir de la psicología donde el profesor se vuelve una mano amiga; donde debe saber en qué momento y cómo exigir, el saber cuándo no podemos ofrecer más porque quizá tuvimos un mal día. Es ahí donde como mentor, él que está al frente de la clase debe alentarnos, enseñarnos a equiparar y separar, porque muchos pueden venir de familias disfuncionales talvez; y lo único y más fácil que encuentran son sólo desaliento y malas influencias.

Y teniendo como piedra angular la comprensión, hará que no logren hacer sentirnos peor y la desidia tenga lugar, lo que por consecuente trae faltas, indiferencia, desembocando en alumnos reprobados y en el peor de los casos, logrando así la deserción escolar. Expuesto lo anterior cabe señalar que tal aspiración no será la solución al problema, pero de gran ayuda sí resultará, porque

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